Las protestas de Ucrania merecen solidaridad




Desde hace tiempo que está claro que Viktor Yanukovich , presidente de Ucrania, se preocupa más por mantener el poder que de la promoción de los intereses del país que dirige.

Fue casi con certeza el instinto de auto preservación del presidente el que lo llevó a rechazar un acuerdo con la Unión Europea, que le habría ofrecido a Ucrania el acceso a los mercados europeos a cambio de reformas políticas y económicas.

El acuerdo fue rechazado por Rusia, que trató de socavarlo por medio de amenazas a su vecino de restringir las importaciones, entre otras formas de presión.

Se cree que Vladimir Putin hizo una oferta rival para mantener la lealtad de Yanukovich, en dos reuniones a puerta cerrada durante las últimas semanas.

Pero precisamente qué tipo de ayuda pudo haberle ofrecido Putin no está tan claro. La contraída economía ucraniana necesita ayuda externa  para evitar una crisis de balanza de pagos antes de las elecciones presidenciales, que se realizarán en poco más de un año.

En respuesta al desaire, la Unión Europea hizo hincapié en que la puerta se mantuvo abierta a Ucrania, mientras sabiamente resistía las peticiones del presidente por más alicientes.

Sin embargo, una indicación más oscura de la determinación de Yanukovich para permanecer en el cargo se produjo poco después de que saliera de la reunión en Vilna, donde el acuerdo se debió haber firmado. El fin de semana, los manifestantes pacíficos que expresaron su apoyo a un acuerdo con la Unión Europea fueron brutalmente atacados por policías armados con bastones y gases lacrimógenos y perseguidos por las calles laterales cuando trataban de huir.

Esta violencia contrasta con la moderación de las autoridades durante la Revolución Naranja de 2004 . Exige una respuesta firme, que debiera apelar al agudo sentido de auto interés de los funcionarios ucranianos. Figuras gubernamentales de alto nivel tienen activos en el occidente y educan a sus hijos en escuelas occidentales.

La UE debe dejar claro que va a congelar los activos de cualquier persona cómplice de la violencia política, y que las solicitudes de visado presentadas por dichos malhechores les serán negadas.

La debacle llevará a algunos a concluir que la UE debería haber ofrecido términos que eran más del gusto de los políticos sobre los que debe apoyarse para implementar cualquier acuerdo. Esta crítica es injusta. Siempre iba a ser difícil de arrebatar de las garras de Rusia a Ucrania, incluso con el apoyo del pueblo ucraniano. Un compromiso habría traicionado los principios de la UE de que la mayoría de los ucranianos endosa.

Europa debe ahora dejar claro que no se va a quedar de brazos cruzados si las autoridades ucranianas asaltan a más personas por expresar su acuerdo con sus valores.

COPY RIGHT FINANCIAL TIMES

© The Financial Times Ltd, 2011.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.