Los 10 motivos por los que hay que alejarse de las acciones tech, según BofA Merril Lynch
Desde que se desató el escándalo en torno a Facebook por la utilización de datos con fines políticos, en medio de un periodo de volatilidad generalizada para la bolsa estadounidense, los papeles de las principales tecnológicas han estado sufriendo los efectos en ese mercado.
Pero mientras algunos ven una oportunidad de entrada, Bank of America Merrill Lynch recomienda mantenerse lejos del sector.
"Es poco probable que se detenga la disrupción económica y social de la tecnología. Tiene muchos impactos beneficiosos. Pero el crecimiento, poder y visibilidad del sector tecnológico lo hacen extremadamente vulnerable a un aumento en las regulaciones y los impuestos, específicamente si una recesión destruye las finanzas del gobierno", advirtió el banco de inversiones en un informe reciente.
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En esa línea, la firma delineó diez motivos por los que es mejor reducir las posiciones en este tipo de acciones este año:
1. Las valoraciones de los papeles: el sector tecnológico estadounidense ha tenido el mejor desempeño entre sus pares en la era del estímulo monetario (quantitative easing, o QE), con una rentabilidad anualizada de 20%. El índice S&P 500, excluyendo a las firmas tech, estaría en torno a los 2.000 puntos y no en torno a los 2.600 actuales.
2. Precios de burbuja: las acciones de comercio on-line en EEUU se han empinado un 624% en siete años hasta su peak, lo que las deja como la tercera mayor burbuja en los últimos 40 años en el mercado accionario.
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3. Exceso de capitalización bursátil: el valor de mercado de las compañías tech estadounidenses, de US$6,4 billones (millones de millones), supera a los US$5 billones de la Zona Euro. Es más, el patrimonio bursátil del grupo FAAMG+BAT –acrónimo que engloba a Facebook, Apple, Amazon, Microsoft y Alphabet más las asiáticas Baidu, Alibaba y Tencent– llega a US$4,9 billones, superando los US$4,6 billones de los mercados emergentes excluyendo a las acciones BAT.
4. Arrogancia por ingresos: las compañías tech y de e-commerce son responsables de casi un cuarto de las utilidades por acción (EPS, por su sigla en inglés) en EEUU. Es raro superar ese nivel, y generalmente se asocia al punto álgido de una burbuja. Incluso están las recomendaciones: sólo cinco de las 250 asociadas al grupo FAAMG sugieren "vender".
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5. Políticas: está el riesgo ligado a que la privacidad se convierta en un tema de políticas, considerando que las búsquedas en Google alcanzan un equivalente a la población de todo el planeta cada dos días. Además, los 1.579 "ataques cibernéticos" del año pasado para obtener información expusieron los nombres personales y datos financieros o médicos de 179 millones de personas. Las regulaciones pendientes en estas materias en EEUU y Europa amenazan con costarle al sector un 4% de sus ingresos.
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6. Disrupción en salarios: el Fondo Monetario Internacional (FMI) dice que el 50% de la participación del trabajo en los ingresos se puede atribuir a la tecnología, mientras que un 25% se puede relacionar a la globalización. Mirando hacia adelante, se espera que el número de robots industriales suba a 3,1 millones a nivel global en 2020, luego de alcanzar el millón en 2010.
7. Harto efectivo, poco impuesto: el sector tecnológico en EEUU tienen US$740.000 millones en efectivo fuera del país, una suma superior a la de todos los otros sectores juntos (US$510.000 millones). Por su parte, la tasa tributaria efectiva de estas compañías es de 16,9%, por debajo del 19,3% que pagan otras firmas del S&P 500.
8. Pocas regulaciones: sólo hay 27.000 normativas para esta industria. En contraste, los manufactureros se enfrentan a 215.000 normas y el sector financiero está sometido a 128.000 reglas.
9. Comercio exterior: las firmas tech de EEUU tienen una exposición de 58% de ventas al exterior, la más alta entre todos los sectores de la bolsa norteamericana.
10. Occupy Sillicon Valley: en el pasado se observa que una ola de regulación puede hacer que las inversiones tengan un mal desempeño. Pasó con el tabaco en 1992, la industria financiera en 2010 y la de biotecnología en 2015.
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