Microsoft, Burberry ... y los líderes que permanecen




Si usted es un prisionero estadounidense condenado a muerte, debiera rezar para que su gobernador estatal pierda la próxima elección.

Los gobernadores con el síndrome del pato cojo -aquellos que abandonan porque no han logrado una reelección o que han estado por el máximo de períodos que sus estados permiten-  tienen muchas más probabilidades de conmutar una sentencia de muerte que aquellos que siguen en ejercicio, según un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, su sigla en inglés).

Los gobernadores no son los únicos que usan el tiempo entre su renuncia y la llegada de sus sucesores para desafiar a la opinión popular y dejar a alguien fuera.

Una de las últimas leyes de Bill Clinton como presidente de Estados Unidos fue perdonar a Marc Rich, el fallecido operador de commodities que enfrentó cargos de evasión tributaria y transacciones ilegales con Irán.

En Estados Unidos, el tiempo disponible para tales actos es limitado a algunos meses. En el Reino Unido, los primeros ministros se van de Downing Street horas después de no lograr retener el cargo.

Fuera de la política, las cosas son diferentes. Tres líderes prominentes recientemente han anunciado su partida. Angela Ahrendts se va de Burberry. Steve Ballmer renuncia como director ejecutivo de Microsoft y sir Nicholas Hytner se retira como director del Teatro Nacional Británico.

Lo que es notable en estos tres casos no es sólo que se vayan, sino cuánto tiempo van a seguir en su cargo. Aunque Ahrendts tiene un gran puesto al que llegar -directora de operaciones de retail de Apple- ella se queda en Burberry hasta mediados de 2014.

Ballmer dijo en agosto que abandonaría Microsoft "dentro de 12 meses", mientras Sir Nicholas permanecerá en el cargo hasta fin de marzo de 2015.

¿Cuál es el punto de estas salidas eternas? Una vez que usted anuncia su partida, su autoridad se va con ella. Su mente, sin importar lo mucho que intente, seguramente se volcará hacia lo que usted hará después.

Si bien Microsoft todavía tiene que encontrar el reemplazo de Ballmer, tanto Burberry como el Teatro Nacional Británico han anunciado a sus próximos directores: Christopher Bailey y Rufus Norris, respectivamente. ¿Cómo se espera que comiencen a hablar acerca del futuro de sus organizaciones cuando los antiguos jefes siguen presidiendo las reuniones?

Una transición ordenada debiera darse durante tres meses, no ocho, ni 12 ni 18. De esa manera, todos en la organización saben quién está a cargo.

Las tres situaciones no son iguales. El Teatro Británico entregó una explicación convincente para el largo adiós de Sir Nicholas. "El repertorio del Teatro Nacional está planeado a veces con 18 meses o dos años de anticipación (los dramaturgos tienen que encargarse y las producciones se planean con mucha anticipación en muchos casos)", dijo.

Sir Nicholas retendría autoridad para el trabajo que se le ha encomendado, que durará hasta marzo de 2015. Esto le permitiría a Norris planear su propio programa, el cual empezaría al mismo tiempo en que asuma como director.

Burberry, en tanto, dijo que no tenía nada que agregar acerca de la partida de Ahrendt. Si Bailey es el correcto para el puesto -y como director creativo él sabe las futuras atracciones tan bien como Sir Nicholas- se le debiera permitir hacerse cargo de su puesto. Después de un corto período presentándose a la gente que no ha conocido en sus 12 años en la empresa, Ahrendts debiera prepararse para reducir las filas en las tiendas Apple.

Lo peor es con Microsoft. Ahrendts es reconocida por haber tenido una labor exitosa en Burberry. Pero Ballmer se va luego de un período prolongado en que Microsoft no logró ponerse al día con la telefonía móvil y las tablets con pantalla táctil.

El directorio de Microsoft ha tenido tiempo para preparar la salida de Ballmer. Le han dado un bono reducido en cada uno de los últimos cuatro años. Aún así, no tenía sucesor.

Si usted se está yendo de la empresa en buenos términos, generalmente debiera hacerlo rápido. Si lo están despidiendo, debiera insistir en irse de inmediato. Si los directores protestan diciendo que no hay nadie que tome su lugar, explíqueles que lo debieron haber pensado antes. Pueden nombrar un líder interino en el intertanto. Luego haga un discurso digno y váyase, porque no hay nada digno respecto de un pato cojo.

COPY RIGHT FINANCIAL TIMES

© The Financial Times Ltd, 2011.

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