A dos meses de lanzarse, más de 1.000 productos pueden usar el “eco etiquetado”
El 80% de los productos con el sello #ElijoReciclar pertenece a la industria de bebidas y alimentos, mientras que el 60% de los envases contienen plástico como su principal material.
Luego de ser analizados más de 1.150 productos por parte de certificadoras independientes, a la fecha se ha autorizado que 1.000 envases puedan usar el sello #ElijoReciclar, a un poco más de dos meses de su puesta en marcha.
Esta eco etiqueta -la primera del país-, es parte de un Acuerdo de Producción Limpia (APL) que tiene como objetivo informar a los consumidores acerca de los atributos sustentables de estos productos, para así facilitar además la gestión de residuos post consumo mediante una etiqueta que incluye la materialidad de cada componente y las instrucciones acerca de cómo reciclarlo.
Para que un producto obtenga el sello, debe certificar que al menos el 80% del envase o embalaje está hecho con materiales técnicamente reciclables, que pueda ser separado del resto del envase y que exista demanda de cada componente en la industria del reciclaje. O sea, que tenga una valorización posterior, que es uno de los aspectos fundamentales de la Ley de Reciclaje o REP.
De esta forma, según los datos de Sofofa -entidad que participa en esta iniciativa junto al Ministerio del Medio Ambiente (MMA), la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), la Asociación de Consumo Sustentable Circular y Sernac, de los mil envases aprobados, el 85% pertenecen a la industria de alimentos y bebidas. A su vez, el 60% de los envases contienen plástico como su principal material (ver gráfico).
La ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, comentó: “Valoramos el esfuerzo del mundo privado por sumarse a la economía circular y la cultura del reciclaje. Los resultados de este acuerdo nos ayudarán a estudiar una regulación a futuro para las empresas que ponen en el mercado envases y embalajes”.
Por su parte, Bernardo Larraín, presidente de Sofofa, destacó que esta alianza pública-privada, “involucra a más de 100 organizaciones con el objetivo de aprender, desde un piloto práctico qué involucra a la ciudadanía y cómo implementar una ecoetiqueta que impulse la economía circular”.
Dentro de los objetivos del APL está pilotar el proceso de certificación bajo el cual se han evaluado todos los envases a la fecha.En los próximos meses se empezarán a ver en góndolas de supermercado los envases aprobados, siendo esta instancia en la que los consumidores interactuarán con el eco-etiquetado, que considera dos elementos en los envases; un sello frontal que indica que el envase es reciclable, y la información de la materialidad por componente del envase.
“Con este sello se facilita el rol activo que deben tener los consumidores en la gestión de sus residuos y, al mismo tiempo, representa una oportunidad para las empresas de mejorar sus estándares y agregar valor a sus productos para acceder a nuevos mercados”, explica Giovanni Calderón, director Ejecutivo de la ASCC, entidad que gestiona los APL.
Esta iniciativa cuenta hasta la fecha con cuatro casas certificadoras validadas, 15 valorizadores que respaldan la demanda de los envases aprobados y 37 empresas comprometidas a evaluar envases.
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