Argentinos aceptan por ahora la amarga píldora de austeridad de Milei
El impulso del Gobierno ultraliberal ha dado una inyección de adrenalina a los bonos locales, que llevaban mucho tiempo moribundos, y generó un repunte salvaje en las acciones.
El presidente Javier Milei, un “outsider” de la política que ganó las elecciones del año pasado blandiendo como espada -o motosierra- el ajuste del gasto público y el cierre del banco central, está desafiando todos los pronósticos con el respaldo de los argentinos pese a su plan de austeridad económica.
El impulso del Gobierno ultraliberal ha dado una inyección de adrenalina a los bonos locales, que llevaban mucho tiempo moribundos, y generó un repunte salvaje en las acciones.
El economista de pelo desalineado, símbolo de la derecha radical global y de las políticas neoliberales, ha logrado mantener a flote el país sudamericano en los últimos meses pese a la complicada situación que afronta con una recesión y preocupantes niveles de pobreza.
Su gestión, integrada por dirigentes conservadores y aliados políticos, ha logrado reducir la inflación de tres dígitos, comprar divisas para las arcas del banco central, achicar la brecha cambiaria, revertir un fuerte déficit fiscal e incrementar los depósitos en dólares de los bancos producto de un blanqueo de capitales.
Pese a que el ajuste del gasto público afectó el crecimiento económico, el estilo directo y agresivo de Milei -aunque no es para todos- ha mantenido a muchos votantes de su lado y ha apuntalado sus índices de aprobación en las encuestas de opinión.
Además, frente al fuerte ajuste fiscal su Gobierno también se ha asegurado de proteger e incluso aumentar el gasto en subsidios sociales específicos que hasta el momento han ayudado a evitar protestas violentas en las calles, aunque el nivel de pobreza supera el 50%.
A pesar de estos indicadores, la economía argentina sigue pendiendo de un hilo, pero la insistencia de Milei en sostener las políticas ultraliberales hasta ahora han convencido a los mercados.
El optimismo de los inversionistas sobre el andar de la economía se ve reflejado en niveles máximos del índice bursátil S&P Merval y paridades nunca vistas en los bonos del país sudamericano.
Entonces, ¿qué ha hecho Milei y cómo ha convencido a Argentina de tragarse una dolorosa dosis de austeridad?
El Gobierno de Milei ha logrado realizar algo que pocos creían posible sin provocar mayores disturbios en el país como recortar el gasto público en miles de millones de dólares y registrar superávits fiscales regulares después de años de saldos negativos.
Si bien la popularidad de Milei ha disminuido, sigue teniendo una buena imagen pública que, de hecho, mejoró en octubre.
El banco central está en campaña para sumar divisas a sus reservas internacionales, que a pesar de las compras realizadas por la entidad a lo largo de la gestión de Milei se mantienen en niveles negativos, según las estimaciones de distintos economistas.
La entidad monetaria ha logrado sumar unos US$19.000 millones desde la asunción de Milei en diciembre pasado.
La inflación anual de Argentina, superior al 200%, sigue siendo la más elevada del mundo. Pero los incrementos mensuales de precios se han desacelerado drásticamente del 25% en diciembre a alrededor del 3,5% en septiembre, lo que da a los argentinos la esperanza de que la inflación finalmente pueda controlarse.
Con un mayor optimismo por parte de los inversionistas en el país y un régimen de regularización de activos (blanqueo) para atraer las divisas que los argentinos tienen fuera del sistema financiero, el Gobierno ha podido incrementar unos US$18.000 millones los depósitos bancarios en moneda extranjera.
La firme postura del Gobierno por detener la emisión monetaria, recortar el gasto público y reconstruir las reservas ha ayudado a reducir la demanda de dólares -y a incrementar la de pesos-, lo que ha impulsado la moneda local en los mercados informales de cambios.
Esto ha hecho que la brecha entre el tipo de cambio oficial y las plazas paralelas se reduzca significativamente. En los últimos años la brecha superaba ampliamente el 100%, lo que había distorsionado gravemente la economía del país productor de granos y complicado el comercio.
Los argentinos están profundamente divididos en torno a Milei, que se enorgullece de ser antifeminista y escéptico respecto del cambio climático. Sin embargo, las encuestas de opinión muestran que, en general, el mandatario ha mantenido su apoyo, a pesar del recorte del gasto público y de que la gente ha tenido que ajustarse el cinturón.
Este respaldo popular es clave para sus planes de reforma, ya que su partido cuenta con sólo un pequeño número de bancas en el Congreso argentino.
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