Casi la totalidad de las empresas ha realizado ajustes en sus dotaciones laborales y no se descartan más despidos por coronavirus

El escenario generado por el estallido social y luego la crisis del coronavirus incrementó el pesimismo de los empresarios y ha tenido un fuerte impacto en el mercado laboral el cual podría seguir empeorando, de acuerdo al Informe de Percepciones de Negocios dado a conocer este martes por el Banco Central.

Gran parte de los entrevistados destaca un aumento significativo de la incertidumbre sobre el desempeño futuro de sus negocios. En particular, la mayoría manifiesta que ha ido prolongándose la duración que se estima tendrá la emergencia sanitaria y el tiempo que tomará la recuperación de su actividad, aumentando el pesimismo en las perspectivas para el resto del año.

Se suman las dudas acerca de cómo cambiará el comportamiento social de las personas y cómo afectará esto al devenir de la economía. Los sectores más afectados, transversalmente entre las distintas regiones, son los relacionados con actividades de servicios, como la hotelería, restaurantes y turismo, y el comercio de bienes no esenciales.

Esto, en un panorama que ya estaba resentido por el impacto de la crisis social. Los entrevistados informan de cierres parciales, temporales o incluso definitivos de algunas empresas.

Los rubros de construcción e inmobiliario también aparecen entre los más perjudicados. En la minería, si bien las operaciones de extracción han seguido su curso, las actividades relacionadas con los proyectos de inversión se han paralizado de forma parcial o total, generando mermas significativas en la actividad de sus proveedores. En el sector salmonero, la producción se ha reducido de forma importante.

Con todo, los entrevistados con negocios en aquellas ciudades donde se han instaurado cuarentenas y/o cordones sanitarios reportan desempeños negativos en casi todos los sectores.

Los resultados de una encuesta online levantada entre el 20 y 25 de abril, que se hizo de manera complementaria al informe y en la que se recibieron 251 respuestas muestran que un amplio número de empresas se encuentra operando por debajo de su capacidad habitual, con disminuciones relevantes de la demanda, los ingresos y las horas efectivamente trabajadas.

La gran mayoría de quienes responden la encuesta contempla en su plan de negocios que la emergencia sanitaria se extenderá a menos por dos trimestres más. Incluso, la proporción de personas que estiman que la crisis se prolongará más de seis meses, excede a quienes prevén que la situación estará superada de aquí a tres meses.

La mayor incertidumbre y la baja de los resultados han repercutido en la paralización de la mayoría de las inversiones, en la mayoría de los casos solo se mantienen las que ya se encontraban en ejecución o las que son necesarias para reducir costos.

Respecto de los trabajadores, los entrevistados reportan un deterioro generalizado de su situación. Casi la totalidad indica algún tipo de ajuste, incluyendo haberse acogido a la nueva Ley de Protección al Empleo, haber acordado la reducción de sueldos y/o jornadas con sus trabajadores, o haber desvinculado a parte de su personal.

Aunque esto último ha sido más frecuente en los sectores más afectados, el resto de los consultados no descarta que sea necesario realizar desvinculaciones en los próximos meses según cómo evolucione la emergencia sanitaria.

De hecho, los resultados de la encuesta señalada muestran que, de mantenerse la situación actual, un parte importante de las empresas reduciría su dotación en los próximos dos trimestres.

En tanto en la encuesta online realizada a fines de abrilmostró que los entrevistados consideran que las consecuencias más drásticas que podría tener la prolongación de la emergencia sanitaria, resalta el potencial impacto en el empleo. Una porción relevante ya ha recurrido a la reducción de sus dotaciones, la que no necesariamente es vista como una reducción temporal.

En el informe varios de los entrevistados mencionaron que habían acudido a los llamados de los bancos para postergar o refinanciar créditos existentes, para lo cual no habían observado mayores obstáculos.

Sin embargo, la caída en las ventas hacía necesario acceder a nuevos créditos, lo que se ha complicado por políticas de riesgo más estrictas de la banca.

Por lo mismo, al cierre del informe varios consultados se encontraban expectantes a la implementación de las medidas anunciadas de apoyo crediticio a las empresas (línea de crédito Covid-19).