¿Buena? solo si se puede comer
Seth Klarman, uno de los mejores inversionistas de nuestra época, cuenta una historia de cuando las sardinas desaparecieron de Monterrey, California.
Entusiasmados por la escasez, los traders de este commodity hicieron que el precio del tarro de sardinas se disparara a niveles absurdos. Un día de esos, un comprador de este alimento decidió darse una cena de lujo abriendo una de las latas que había comprado, sin embargo, en vez de disfrutarla, terminó intoxicado.
Ante esto, el comprador enfermo le hizo ver al vendedor que éstas no eran buenas; quien le responde: "Es que tú no entiendes, éstas no son sardinas para comer, son sardinas para tradear".
A partir de esta historia es fácil ver lo que diferencia una sardina buena de una mala. La buena no es la más cara, sino que aquella que se pueda comer (por si se lo estaba preguntando). Adicionalmente, podrá recordar esta historia la próxima vez que necesite diferenciar un activo bueno de uno malo.
Por ejemplo, si ha estado comprando una moneda buena, como dólares, usted siempre podrá usarlos para lo que fueron inventados: comprar algo (se los podrá comer). Si, por otra parte, ha estado comprando una mala, como bitcoins, su único plan es cruzar los dedos para que alguien esté dispuesto a cambiárselos por una moneda buena, porque pagar con sus bitcoins las compras del súper va a ser difícil.
Con las empresas pasa algo parecido, usted quizás compró una acción que a los traders les encantaba, y aun así se enfermó. Una empresa que en su vida útil no produce para sus accionistas más de lo que ellos pagaron por comprarla no es una empresa para comer, sino que para tradear. Y rápido, porque aquí el tiempo no es su amigo.
Los sufridos accionistas de Latam han visto cómo en los últimos 10 años su acción ha ido para todos lados (y para ninguno también). De $8.500 a $15.000, para retroceder a $3.500, y luego para recuperar parcialmente hasta los $7.700 en que la veo hoy.
Si bien estos movimientos han dado para "tradear"; los $100 por acción que la empresa ha ganado en promedio en la última década claramente no ha dado para "comer". Como "ganado", me refiero a "ganado por los accionistas", no a algún "earnings before everything" que entendiblemente tanto les gusta reportar a las empresas intensivas en gasto de capital, y que por alguna razón misteriosa las corredoras han adoptado como driver de valor.
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