Chile crece a tasa récord de 11,7% en 2021 y se ubica cuarto en el mundo
De acuerdo con las Cuentas Nacionales del Banco Central, el aumento del consumo fue lo que impulsó la economía: este avanzó 18,2%, siendo liderado por el componente privado, con un alza de 20,3%, mientras que el gasto de gobierno se elevó 10,3%. La inversión, en tanto, creció 17,6%. En materia de ahorro total y déficit en cuenta corriente, se registraron tasas de 25,3% y 6,6%, respectivamente. Pese a lo histórico de este resultado, ya en el cuarto trimestre se observó una desaceleración que se profundizará este año. De hecho, los expertos prevén que la actividad crezca entre 1% y 3%, siendo el segundo semestre el más complejo.
La economía chilena cerró el año 2021 con un crecimiento levemente por debajo de lo que se anticipaba tras conocerse el índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de diciembre: en lugar de expandirse 12%, fue de 11,7% el avance del Producto Interno Bruto (PIB), siendo de todos modos el mejor resultado desde que hay registros.
De acuerdo con las Cuentas Nacionales del Banco Central (BC), esta expansión fue reflejo de la apertura gradual de la economía y de una mayor adaptación de los hogares y empresas al contexto sanitario y su evolución en el año. Adicionalmente, mencionó que se observó un aumento en la demanda interna explicado en parte por las medidas económicas de apoyo a los hogares y empresas, y por los retiros parciales de los fondos previsionales.
De hecho, el aumento del consumo fue el principal puntal que tuvo el crecimiento del PIB en 2021: el consumo total avanzó 18,2%, siendo liderado por el consumo privado con un alza de 20,3%, mientras que el gasto de gobierno se elevó 10,3%.
En el desglose, el BC afirmó que el crecimiento del consumo fue en gran parte explicado por un mayor gasto en servicios -restaurantes y hoteles y salud- y en bienes no durables -vestuario y alimentos-. Asimismo, explicó que, en menor medida, el gasto en bienes durables también aportó al crecimiento, en particular en automóviles y productos tecnológicos.
Por el lado del consumo de gobierno, se destacó los mayores servicios de educación pública, en línea con el aumento de la cobertura de las clases virtuales y el regreso paulatino a clases presenciales.
La otra variable de la demanda interna no se quedó atrás: la inversión total tuvo un alza de 17,6%, donde lideró el componente de maquinarias y equipos con un incremento de 26,4%, que fue favorecido por las mayores compras de maquinaria de uso industrial y vehículos de carga. Construcción y otras obras lo hizo en 12,3%, producto de una mayor edificación y por la reactivación de proyectos de ingeniería.
Al analizar el comportamiento del comercio exterior, el BC detalló que las importaciones aumentaron 31,3% y las exportaciones retrocedieron 1,5%, teniendo como resultado un deterioro de las exportaciones netas. Destacaron en las importaciones los automóviles y vehículos de carga, los productos tecnológicos, la maquinaria de uso industrial y los enseres domésticos; por el lado de las exportaciones, contribuyó mayormente al resultado la caída en los envíos de cobre al exterior.
Asimismo, el ingreso nacional bruto disponible real creció 15,9%, registrando un aumento mayor a lo observado en el PIB, explicado por una mejora en los términos de intercambio. Por su parte, el ahorro bruto total ascendió a 25,3% del PIB en términos nominales, compuesto por un ahorro nacional de 18,8% del PIB y un ahorro externo de 6,6% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos.
Dicho déficit ascendió a US$20.307 millones. Este resultado se explicó por las utilidades devengadas de la inversión extranjera en Chile y, en menor medida, por el déficit de la balanza de servicios. De acuerdo con Santander, “este registro se da en un contexto donde los términos de intercambio fueron históricamente elevados gracias al alto precio del cobre, y da cuenta del exceso de gasto que evidenció la economía durante 2021″.
Por su parte, la deuda externa aumentó hasta ubicarse en US$239.002 millones (84,4% del PIB), impulsada, principalmente, por las emisiones de bonos de gobierno y de empresas no financieras.
El BC reestimó las cifras de cuentas nacionales correspondientes a 2019, 2020 y 2021, por efecto de las revisiones habituales y de aquellas derivadas de la nueva compilación de referencia 2018. Así, como resultado, el PIB se revisó dos décimas a la baja el 2019 y 2020, pasando su variación de 1% a 0,8% y de -5,8% a -6,0%, respectivamente.
El cuarto lugar
Con el crecimiento de 11,7%, Chile se ubicó en la cuarta posición a nivel mundial, entre 74 países que han informado su crecimiento y que fueron recopilados por Bloomberg. La primera posición fue para Panamá, con 18,4%, seguido por Perú con 15,9%, e Irlanda con una expansión de 13,7%. La posición de Chile muestra lo rápido que se recuperó el país de la crisis sanitaria, en base a las ayudas estatales y los retiros de los fondos de pensiones.
Perspectivas
No obstante, una clara señal de desaceleración se refleja ya al analizar las cifras ajustadas estacionalmente y respecto del trimestre anterior: el primer y tercer trimestre fueron los más dinámicos (3,4% y 4,5%, respectivamente). En tanto, el último cuarto registró un crecimiento de sólo 1,8%.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, sostuvo en Tele13 radio que “la economía está entrando en un proceso de adecuación que es necesario para reducir las presiones inflacionarias”, apuntando específicamente a la desaceleración que está mostrando el consumo de bienes durables.
El secretario de Estado dijo también que las cifras correspondientes al cuarto trimestre de 2021 muestran una moderación en relación al trimestre inmediatamente anterior, lo que es positivo dada la coyuntura de la inflación.
Para los economistas, el proceso de ajuste de la economía ya comenzó, y las expectativas para el año se ubican entre 1% y 3%.
En Santander señalan que hacia adelante “seguimos manteniendo nuestra visión de una desaceleración importante de la actividad, tanto por los menores estímulos monetarios y fiscales, como por la incertidumbre política interna y los efectos del conflicto en Ucrania”. No obstante, precisaron que “la revisión a la baja de 2021 reduce la base de comparación, por lo que ajustamos marginalmente al alza nuestra estimación de crecimiento desde 1% hasta 1,5%”. En Banchile, en cambio, recortaron su previsión para el año de 1,8% a 1,3%, “debido al impacto del conflicto bélico sobre el escenario económico mundial”.
Andrés Pérez, economista jefe de Itaú, comentó que, “en el margen, la actividad se desaceleró hacia 1,8% trimestral, en cifras ajustadas estacionalmente (SA). Esta desaceleración demuestra la pérdida de momentum en la economía, visión confirmada por otros datos recientes”. En ese contexto, agregó que “en los próximos meses esperamos que la economía siga perdiendo impulso, para terminar el año con una desaceleración hacia 2%, incluyendo una recesión”.
El economista de Libertad y Desarrollo, Tomás Flores, afirmó que “la proyección 2022 está en torno a 2%, con sesgo a la baja, lo que tomará un rango más concreto a partir del Informe de Política Monetaria del BC que conoceremos a fines de este mes”.
Josefina Henríquez, investigadora de Clapes UC, mencionó que con las nuevas cifras que corrigió al alza el BC -Imacec de enero- mejora el escenario para 2022. “De mantenerse constante la serie desestacionalizada, es decir, con un crecimiento nulo mensual, el crecimiento se modifica a 3,4% para el año 2022 (previo: 2,9%)”. En su análisis acotó que “nuestras estimaciones aumentan para los meses de febrero y marzo, pasando de crecimientos de 8% y 6,4%, respectivamente, a 8,6% y 6,8%, explicado por la corrección al alza de enero”. Así, para el año espera una expansión del PIB de entre 2,5% y 3%.
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