Chile junto a 129 países respalda el impuesto mínimo global corporativo
Eso podría significar la implementación tan pronto como 2023 de reglas que reducirían la elusión fiscal al hacer que las empresas multinacionales paguen una tasa efectiva de “al menos 15%”.
El mundo dio un gran paso hacia un cambio radical en los impuestos globales, después de que 130 países y jurisdicciones acordaron establecer una tasa corporativa mínima, además de definir las reglas para compartir el botín de empresas multinacionales como Facebook Inc. y Google de Alphabet Inc.
Después de años de pasos en falso y retrocesos, el acuerdo logrado en las negociaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prepara el escenario para que los ministros de finanzas del Grupo de los 20 firmen un acuerdo de principio la próxima semana en la reunión de Venecia.
Eso podría significar la implementación tan pronto como 2023 de reglas que reducirían la elusión fiscal al hacer que las empresas multinacionales paguen una tasa efectiva de “al menos 15%” y dar a los países más pequeños más ingresos fiscales de las empresas extranjeras.
Un “pequeño grupo” de naciones “aún no se ha unido” al plan, dijo el jueves en un comunicado la OCDE, con sede en París. Sin embargo, varios países clave que habían mostrado tener sus reservas estuvieron de acuerdo con la declaración, incluidos India, China y Turquía. Los detalles técnicos pueden dejar espacio para más concesiones a las economías en desarrollo.
El acuerdo del jueves evita otro tropiezo que podría haber resultado fatal para los esfuerzos de reelaborar las reglas tributarias, dada la breve ventana de oportunidad para obtener un acuerdo global aprobado por el Congreso de Estados Unidos y otros parlamentos nacionales.
Resolver este tema se había vuelto cada vez más urgente para la economía mundial después de que los desacuerdos sobre la imposición tributaria a las empresas de tecnología, y el establecimiento de una tasa mínima se convirtieron en tensiones comerciales el año pasado. La promesa de casi US$150.000 millones en ingresos adicionales para los Gobiernos también ayudó a que se llegara a un consenso, dado que la mayoría de los países enfrentan déficits presupuestarios masivos a raíz de la pandemia de covid-19.
La dificultad a la que se han enfrentado los defensores del acuerdo es lograr que las naciones en desarrollo adopten algo que inicialmente fue negociado por el Grupo de los Siete. El pequeño club de economías ricas, incluidas las de EE.UU., Reino Unido y Francia, acordó en Londres el mes pasado un esquema general para los dos pilares de las negociaciones de la OCDE: un mecanismo para compartir los derechos de gravar “al menos 20%” de las ganancias por encima de un margen del 10% de las grandes multinacionales; y un impuesto corporativo mínimo de por lo menos 15%.
Tal como está, el documento de la OCDE publicado el jueves hizo algunos cambios a esas propuestas, diciendo que la cantidad de ganancias a reasignar debería estar entre un 20% y un 30% de las ganancias residuales por encima de un margen de10%, lo que podría aumentar las ganancias para las economías más pequeñas.
También especifica que las empresas con ingresos superiores a 20.000 millones de euros (US$24.000 millones) estarán sujetas a las nuevas normas sobre dónde se gravan. En una concesión a las economías más pequeñas, el Marco Inclusivo acordó revisar los términos después de siete años y reducir el umbral a 10 mil millones de euros.
Las economías más pequeñas también se beneficiarán de un umbral más bajo que les permitirá gravar a las multinacionales, según los términos de la OCDE.
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