Chile mejora en el ranking de Índice de Desarrollo Humano y se mantiene como líder de Latinoamérica y el Caribe
En la edición de este año aparece en el puesto 42, uno más arriba que el anterior, de 2020. Sin embargo, el país todavía no recupera el puntaje previo a la pandemia que tenía en la medición del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Chile mantiene su trono en Latinoamérica y el Caribe al subir su puntaje en el Índice de Desarrollo Humano del Programa (IDH) de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El país se ubicó en el puesto 42 entre 191 naciones y territorios, escalando una posición respecto de la medición anterior, según informó la Oficina del Informe de Desarrollo Humano (HDRO).
El IDH para Chile en 2021 fue de 0,855 (con escala de cero a uno), aumentando respecto de la cifra de 0,852 de 2020. Ante este puntaje, el país se mantiene en la categoría de países de desarrollo humano “muy alto”.
Chile también se ubicó en el lugar 47 entre 170 países en la medición del Índice de Desigualdad de Género. Esto, “fundamentalmente”, gracias a un “aumento en la presencia de mujeres en el Parlamento, uno de los cinco indicadores para la construcción del índice”, explicaron desde el PNUD.
Sin embargo, la valoración de Chile todavía no regresar aún a los niveles previos a la pandemia y la crisis social y sanitaria. Además, el PNUD destacó que el país baja en más de 15% en su indicador de desarrollo cuando este se ajusta por desigualdad, “un desafío persistente para el país en las últimas décadas”, resaltó por medio de un comunicado.
En 2019, el país llegó a anotar su cifra más alta en el índice desde que se comenzó a medir en 1990 y, en 2020, el IDH de Chile retrocedió a niveles cercanos a los del 2016. “Esta caída fue mayor a la experimentada posterior a la crisis económica del 2008″, explicó el PNUD.
“El informe nos muestra que la pandemia tuvo un fuerte impacto en las distintas dimensiones del desarrollo humano en el mundo, y en esa línea, Chile no fue una excepción. Y si bien la medición de 2021 muestra un aumento en el IDH del país —fundamentalmente alentado por un crecimiento del PIB—, el reporte es claro en señalar que no hemos regresado a los niveles previos a la pandemia”, indicó Álvaro Bello, Coordinador de Investigación PNUD Chile.
Situación global
Aunque Chile tiene desafíos y niveles que recuperar respecto al IDH, el PNUD contextualizó que por primera vez en los 32 años que llevan elaborando el índice, que mide la situación de la salud, la educación y las condiciones de vida de los países, ha empeorado a nivel mundial durante dos años consecutivos, resultando en una reducción significativa del IDH en el 90% de los países y territorios considerados.
“La creciente inestabilidad global ha provocado un deterioro en los avances de desarrollo humano en el 90 por ciento de los países del mundo. Los efectos de la pandemia —exacerbados por las desigualdades, las crisis climáticas, la rápida innovación tecnológica, y la desconfianza a nivel social— han generado un serio retroceso del progreso humano”, resaltó el informe llamado “Tiempos inciertos, vidas inestables, dando forma al futuro en un mundo en transformación”.
El PNUD señala eso sí que “algunos países están empezando a recuperar el terreno perdido, pero la recuperación es parcial y desigual, lo que amplía aún más las brechas en el desarrollo humano a nivel global. América Latina y el Caribe se ha visto particularmente afectada como región. Al observar el IDH, que captura la situación de los países a fines de 2021, vemos que varios países de la región sufrieron retrocesos significativos en el desarrollo humano en comparación con 2019. Esto no es sorprendente, ya que la región fue una de los más afectadas por la pandemia, con el 9% de la población mundial y el 33% de las muertes por COVID-19 a nivel mundial a fines de 2021. También fue la región con la contracción económica más fuerte, de cerca del 7% en 2020. Mientras que algunas economías de la región se recuperaron en 2021, la recuperación en la región fue lenta y desigual”.
Por otro lado, la publicación apuntó el aumento a nivel mundial de la sensación de angustia en la población: “Ya en los últimos diez años se han ido incrementando los sentimientos de estrés, tristeza, ira y preocupación en las personas, que en estos momentos alcanzan niveles históricos. La proporción de personas que declaran sufrir estrés en todo el mundo supera el 35%, un 10% más que hace una década”.
Además, menos de un tercio confía en los demás, “lo que supone un importante obstáculo a la hora de adoptar políticas constructivas para las personas y el planeta”. De hecho, puntualiza que las personas a mayor sensación de inseguridad, son más propensas a caer en el extremismo político.
El texto también reiteró que la pandemia significó un deterioro “sin precedentes” para el desarrollo humano, y que se hizo patente en las dimensiones económicas y sociales del desarrollo.
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