Colbún logró por tercer año consecutivo el primer lugar en Informe Reporta: “Hoy la transparencia no es sólo una opción, si no una obligación”
“Los inversionistas están demandando información de las empresas no sólo en sus aspectos financieros, sino en las variables de ESG (Enviromental, Social y Governance) que son relevantes para el negocio en el que operan”, destaca Thomas Keller.
Es un hecho que los inversionistas ya no miran solo las cifras financieras de las empresas en las que participan, por lo que las exigencias hacia las compañías cada vez son mayores. Ya en enero, el CEO de BlackRock, Larry Fink, lo dejaba claro: “Las perspectivas de crecimiento de todas las empresas están inextricablemente vinculadas a su capacidad para operar de forma sostenible y satisfacer las necesidades de todas sus partes interesadas”.
En Colbún lo tienen claro y quién mejor que su gerente general, Thomas Keller, para transmitir el mensaje. “Los inversionistas, en particular los institucionales, están demandando información de las empresas no sólo en sus aspectos financieros, sino en las variables de ESG (Enviromental, Social y Governance) que son relevantes para el negocio en el que operan”, señala el ejecutivo.
No por nada la generadora ligada al grupo Matte obtuvo por tercer año consecutivo el primer lugar en el ranking Informe Reporta, que elabora la consultora española Deva y que mide la calidad del reporting de las empresas del IPSA, reconocimiento que se entrega hoy.
“La reportabilidad no es algo estático, sino un proceso dinámico y de aprendizaje, donde año a año nos ponemos como objetivo reducir las brechas de información que puedan existir y adoptando las mejores prácticas en la materia”, afirma Keller. En 2020, la compañía obtuvo 85,3 puntos el ranking de Informe Reporta, bastante por encima de los 77,7 con que lideró en 2019.
En ese contexto, el ejecutivo destaca el cambio que se ha venido dando en el mundo de los inversionistas, dado que es evidente el creciente interés por conocer el desempeño de la empresas en las distintas variables no financieras o ESG. “En particular, lo que apreciamos es interés y demanda de información en materias vinculadas a gobierno corporativo, desempeño social, cumplimiento regulatorio y políticas medioambientales”, puntualiza.
Eso se ha expresado en que una serie de instituciones del mundo financiero, como BlackRock y S&P, estén privilegiando incluir en sus portfolios a aquellas empresas que integran adecuadamente las variables ESG que son relevantes para sus respectivos negocios. El director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock, Axel Christensen, ratifica el punto. “Los inversionistas se fijan crecientemente en dos ejes en sus conversaciones con las empresas en las que invierten: la capacidad de medir variables materiales en relación a la sustentabilidad -ya que lo que no se mide no es posible de gestionarse-, pero también en comunicar esa información a los diversos grupos interesados (stakeholders), porque lo que no se comunica, no existe. Gestionar y comunicar son las dos acciones clave”.
En ese contexto, Thomas Keller es enfático en que “hoy la transparencia no es sólo una opción, sino una obligación. Y la coherencia entre lo que se dice y hace es fundamental. Obviamente que la reportabilidad representa un desafío de aprendizaje continuo, no para entregar más información a nuestros grupos de interés per se , sino para que que esa información sea materialmente relevante, pertinente y oportuna”.
Dado lo anterior, indica que existe un gran desafío y es que las empresas puedan entregar datos que sean verificables, “que muestren una tendencia en el desempeño a lo largo de los años y que nos planteemos metas de mediano y largo plazo para mejorar nuestra gestión ESG”.
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