Cómo enfrentan la escalada de precios de fertilizantes importadores y agricultores
Compras adelantadas, búsqueda de nuevos proveedores y aprovechar las ventanas de corrección de precios en los mercados internacionales son algunas de las medidas adoptadas por los comercializadores. Mientras que en el agro han optado por aplicar menos nutrientes a los cultivos en la medida de lo posible. Todos esperan que la cotización se estabilice, pero tienen claro que no volverá muy pronto a los niveles prepandemia.
“Se espera que los precios de fertilizantes se mantengan altos por más tiempo”, advierte un artículo sobre el tema publicado en el blog del Banco Mundial el 11 de mayo. Mal presagio para los habitantes del planeta, ya horquillados por una inflación desbocada que día a día los hace más pobres. Porque como estos nutrientes son clave para el rendimiento y la calidad de los cultivos, si los agricultores optan por restringir su uso para capear esta ola alcista se producirán menos toneladas de trigo, maíz, soja o arroz por hectárea, estrechando aún más la oferta de alimentos (sobre todo en economías en desarrollo).
La Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) manifestó preocupación porque, según sus estimaciones, “el precio de la urea subió 282% en los últimos 12 meses, mientras que el potasio lo hizo en 278% en el mismo periodo”. Pero en el gremio saben que es poca la capacidad de maniobra interna, porque Chile es importador neto de casi todos estos productos, los más consumidos a nivel mundial ya que abonan los cultivos más relevantes en cuanto a superficie.
Cristián Allendes, presidente de la SNA, destaca que la urea y el potasio es lo que más se usa en el caso del trigo y maíz, también en las empastadas; y que los fertilizantes representan 30% del costo total en cultivos anuales, mientras en frutales y otras especies oscilan entre 15% y 20%. “En el caso del trigo esta alza y otras, como la del petróleo que se usa en maquinarias, se ha traspasado a precio en la mitad del consumo que se produce en Chile; el otro 50% se importa y está llegando caro. Las hortalizas no han subido tanto porque se usó fertilizante más barato, comprado hace ocho a seis meses; pero en los cultivos de primavera se verá el efecto”.
Cómo funciona el mercado
El grueso del mercado mundial de fertilizante corresponde a nitrógeno, fósforo y potasio, que se venden granulados y se transan como commodities, en grandes volúmenes. Están destinados a cultivos de extensas superficies y, por lo mismo, sus cotizaciones van a la par con las de granos y oleaginosas. De estos, el nitrógeno representa más o menos 50% del total y la fuente más barata para su producción es la urea, cuyos principales productores son Rusia, China, Arabia Saudita, Irán y Egipto. Chile importa todo su consumo.
Los fosfatos son cerca de 25% del mercado y su materia prima es la roca fosfórica, que Chile tampoco posee, así es que depende de las internaciones, mayoritariamente de Estados Unidos, México y China. Hay más productores, pero como con ellos no se tiene tratado de libre comercio, el arancel los deja fuera de competencia.
China es el proveedor estrella de Chile, porque a diferencia de Rusia cuenta con TLDC, pero cada cierto tiempo cierra sus exportaciones para proteger el abastecimiento local, como hizo en esta coyuntura.
La producción de cloruro de potasio es liderada por Canadá, Bielorrusia y Rusia. Chile también produce: se sitúa octavo en el ranking, con 1% del volumen mundial de ventas, aportado por SQM. Según la Asociación Internacional de la Industria de Fertilizantes, los cereales concentran alrededor de 45% del consumo mundial de potasio, incluyendo maíz (14%), arroz (13%) y trigo (3%); las oleaginosas demandan otro 16%; mientras que frutas y vegetales consumen 22% y los cultivos para azúcar rondan el 7%.
En Chile hay unas siete empresas relevantes en este segmento de fertilizantes. Las más importantes son Anagra, CNA Chile y Vitra. Anagra es el principal importador con una participación en el mercado local estimada en 32%. Pertenece a la japonesa Mitsui y comercializa una amplia gama de productos: “Las plantas necesitan 16 nutrientes y nosotros traemos productos con todos ellos. Urea (nitrógeno), fosfatos (fósforo), productos potásicos y hacemos mezclas para soluciones específicas de cultivos y suelos”, explica Luis Cruz, su gerente general. Agrega que se importa alrededor de un millón de toneladas al año y ellos aportan unas 350.000 .
“El abastecimiento ha estado difícil. Los precios subieron por el alza de la energía, al igual que otros costos de producción relacionados, como el gas natural. Esto, sumado a la inflación generalizada, a que China comenzó a restringir las exportaciones de materias primas y en particular de fertilizantes, más la guerra en Ucrania, nos ha llevado a conseguir productos desde lugares como el Golfo Árabe y África”, detalla Cruz.
Otro actor relevante en este rubro es CNA Chile, que empezó a operar en 2016. Tiene como principal proveedor al trader estadounidense Nitron y es la segunda más grande del país con una cuota de mercado que ronda el 24% en granulados. Su gerente general, Claudio Morales, relata que la urea partió 2021 cerca de los US$ 300 y en octubre ya estaba en US$ 550, pero después se produjo un alza fuerte en pocas semanas de US$ 550 a US$ 900 promedio.
A los altos precios y la escasez de oferta se ha sumado el costo de los fletes: “Los de contenedores pasaron de US$1.500 a unos US$ 12.000 y eso puso presión a los fletes de cargas a granel”, comenta Cruz.
Destaca que a comienzos de este año los precios comenzaron a aflojar por la destrucción de demanda, pero la invasión rusa a Ucrania sacó del mercado gran cantidad de oferta de grano (Rusia, Bielorrusia y Ucrania suman buena parte de las exportaciones de estos cultivos y de fertilizantes), y los precios se dispararon, llegando en valores nominales al peak de 2008. Ese año hubo un boom de commodities inflado por capital especulativo; al caer Lehman Brothers los precios se fueron al suelo.
Morales explica que los movimientos del fosfato y el potasio, que andan por sobre los US$ 1.000 por tonelada, son más lentos porque su consumo es menor y hay menos productores. En cambio el mercado del nitrógeno es muy volátil, porque hay muchos productores, brokers y compradores: “En los últimos cuatro meses el fosfato y el potasio se han mantenido arriba y es difícil que haya corrección. En el nitrógeno hubo una corrección importante en las últimas semanas de US$ 1.100 a unos US$ 600. Puede que no marque tendencia, porque suelen ser quemas de posiciones, pero los precios debieran mantenerse entre US$ 600 a US$ 700″.
El gerente de Anagra advierte que como los precios de los fertilizantes están determinados por el valor de los granos, semillas de oleaginosas y soja −sobrevalorados producto de la guerra−, existe gran demanda mundial de estos productores por fertilizantes; pero cultivos menos transables como las papas o las pasturas en Chile, cuyos precios finales no han subido al mismo ritmo que el de los granos, se ven obligados a aplicar menos fertilizantes: “Determinar cuánta demanda se ha destruido producto de esta situación es difícil, pero claramente se demandará menos”.
Un ejecutivo de otra empresa del rubro dice que en este otoño ya se notó una leve baja en el consumo de commodities, pero en los de especialidad ha estado estable.
El presidente de la SNA afirma que en las empastadas del sur aplicaban fertilizantes todos los años y ahora están usando entre 50% y un tercio; y en el trigo, un tercio menos: “Saben que la cosecha será menor, pero como no saben a cuánto podrán venderla prefieren gastar menos”.
Lecciones del otro peak
El gerente de CNA plantea que por la lección de 2008, la mayoría de los operadores han sido más conservadores en las decisiones de compra: “Creemos que este año habrá una corrección en la expectativa de siembra cercana a 20% y eso se traducirá en menos consumo de nuestros productos. Pero hay otra variable relevante: el financiamiento, porque si los fertilizantes han triplicado su valor, los agricultores necesitarán triplicar su acceso a crédito y en general quienes los financian son los intermediarios (comercializadores y cooperativas), que tienen que conseguir esas líneas de crédito. A lo que se suma el mayor costo del financiamiento”.
En todo caso, cree que los precios actuales son insostenibles dado que no toda la agricultura es capaz de traspasar estos costos al cliente final, por lo que habrá una corrección para equilibrar oferta y demanda, sobre todo en productos de fosfato y potasio; aunque estima será lenta, indicando que en 2008 fue brusca y la industria perdió mucho dinero: “Es poco probable que los precios lleguen a niveles prepandemia en el corto plazo. En Chile no se alcanzará a ver la corrección este año, porque la temporada empieza ahora y los importadores compraron en forma anticipada. Solo en nitrógeno hubo algo de espacio para aprovechar las bajas de las últimas semanas, contrarrestadas por el precio del dólar”.
A nivel interno no se avizora desabastecimiento. Sí sigue habiendo problemas logísticos en la llegada de los productos: “Antes demoraban 60 días y ahora de 90 a 120. Para asegurarse hay que comprar antes, lo que afecta el capital de trabajo. Puede que nos lleguen con destiempo, pero no creo que vayan a faltar”, confía Cristián Allendes. Parte del destiempo se ocasiona en los puertos nacionales: “A los fertilizantes no se les da prioridad y eso ha generado dificultades operativas en un contexto de terminales colapsados, mucho retraso en los arribos y en la descarga de barcos”, explica el gerente de otra comercializadora. Pese a todo, mantuvieron la cadena de suministro.
Lo que pase en la segunda parte del año dependerá de cómo evolucione el conflicto en Ucrania y de las medidas que adopten países relevantes para el mercado chileno en cuanto a normalizar sus exportaciones, como China y Estados Unidos. Lo que es crucial dado que la oferta de fertilizantes está en sus niveles más bajos de la última década.
Fertilizantes de especialidad
Desde comienzos de los 90 el mercado internacional para nutrientes vegetales de especialidad ha crecido a tasas más altas que el de fertilizantes commodity, de la mano de tecnologías como fertirrigación, hidroponía e invernaderos; el incremento del costo de los terrenos, la escasez de agua y la creciente demanda por cultivos de mayor calidad. Aun así, representan no más de 20% del mercado total; transan menores volúmenes, pero generan mayor margen.
Los fertilizantes de especialidad, solubles y líquidos, mejoran el rendimiento y la calidad de hortalizas, frutales, cultivos de flores y otros vegetales, y se aplican vía fertirriego, suelo y foliar.
La chilena SQM estima ser el mayor productor mundial de nitrato de potasio de origen natural. También produce nitrato de sodio, nitrato de sodio potásico, mezclas de especialidad y sulfato de potasio. El año pasado los precios promedio de estos nutrientes subieron algo más de 16% y en el cuarto trimestre superaron los US$ 940 por tonelada, principalmente por mayores precios del nitrato de potasio.
En 2021 SQM vendió en volumen 51% del total de nitrato de potasio comercializado en el mundo. Su competidor más grande es Haifa Chemicals de Israel (17%). En Chile comercializa sus nutrientes vegetales de especialidad a través de la filial Soquimich Comercial (SQMC) que tiene una participación de mercado en torno a 24%. Otro productor chileno de nitrato de potasio es ACF Minera, filial de la belga Independent Lodine, que ingresó a este mercado en 2005. En este rubro operan los grandes importadores y empresas de nicho.
Razones del incremento de precios según el Banco Mundial
Costos de insumos récord. El alza del gas natural −especialmente en Europa− implicó recortes generalizados en la producción de amoníaco, insumo clave para fertilizantes en base a nitrógeno. Y el aumento de los precios del carbón en China, principal materia prima del amoníaco en ese mercado, obligó a las fábricas de fertilizantes a reducir la producción, lo que contribuyó al aumento de los precios de la urea. El encarecimiento del amoníaco y el azufre ha impulsado la cotización de fertilizantes fosfatados.
Sanciones y restricciones a la exportación. Los precios de los fertilizantes aumentaron producto de las sanciones económicas e interrupciones en las rutas comerciales del Mar Negro debido a la guerra en Ucrania. Rusia representa alrededor de 16 % de las exportaciones mundiales de urea y 12 % de las exportaciones de DAP (fosfato diamónico) y MAP (fosfato monoamónico), mientras que Rusia y Bielorrusia suman dos quintas partes de las exportaciones mundiales de MOP (muriato o cloruro de potasio), una de las fuentes de este nutriente más utilizadas en agricultura. China suspendió las exportaciones de fertilizantes hasta al menos junio de 2022 para garantizar disponibilidad nacional.
Interrupciones del suministro. Aunque los precios de la urea y el DAP se han retraído en las últimas semanas debido a ofertas de licitación más bajas en India, ya que los compradores esperan claridad sobre los subsidios a los fertilizantes indios, los precios de la potasa no muestran signos de alivio. La escasez de potasa y la incertidumbre han aumentado tras las nuevas sanciones a Bielorrusia y Rusia (además de las impuestas a Bielorrusia en 2021). Lituania detuvo el uso de su red ferroviaria para transportar potasa bielorrusa al puerto de Klaipeda, que moviliza 90 % de estas exportaciones.
Demanda robusta. El consumo mundial de fertilizantes siguió fuerte durante la pandemia. Brasil y Estados Unidos asignaron una superficie récord a la soja (cultivo intensivo en fertilizantes). La demanda también es fuerte en China por el mayor uso de piensos, especialmente maíz y harina de soja, para reconstruir su población de cerdos tras el brote de peste porcina africana.
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