Correcto uso de las licencias médicas
Lo que correspondería es analizar de qué manera se pueden generar espacios que contribuyan a una mayor rigurosidad a la hora de entregar una licencia, para que quienes la obtengan sean los que realmente la requieren, y no otros que lo único que generan es dañar el sistema.
Un estudio elaborado por la Asociación de Isapres -y publicado esta semana por PULSO-, revela que solo el 4% de los cotizantes de las isapres concentran más de la mitad de los gastos en licencias médicas.
Según el informe, durante el año 2017 la industria gastó unos $472.000 millones en el Subsidio por Incapacidad Laboral (SIL), para pagar algo más de 1,3 millones de licencias médicas, pero con ellas sólo se benefició el 29% de los cotizantes con derecho a pago de licencia, es decir, unos 560.000 cotizantes activos.
De ellos, el 47% usó una licencia médica, y el restante 53% usó más de una licencia en el año. Ahora bien, si se analiza a quienes utilizaron cinco o más licencias médicas en 2017, estos corresponden al 4% de los cotizantes activos totales, unos 75.700 cotizantes, lo que significó un desembolso de unos $250.000 millones, más de la mitad de $472 mil millones totales. Según dice el informe, "para pagar las licencias médicas de estos cotizantes se utiliza lo aportado por él y tres cotizantes más".
Más allá de la situación de este grupo de personas, la Asociación de Isapres ha insistido en que el chileno es uno de los sistemas más permisivos a la hora de obtener una licencia médica. Lo que correspondería es analizar de qué manera se pueden generar espacios que contribuyan a una mayor rigurosidad a la hora de entregar una licencia, para que quienes la obtengan sean los que realmente la requieren, y no otros que lo único que generan es hacerle daño al sistema.
Una de las fórmulas que se han planteado en el pasado es la de mejorar el sistema de fiscalización de la entrega de licencias médicas. Hoy, cuando una isapre quiere alegar por la entrega de una licencia que cree no corresponde, debe acudir a la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez, los llamados Compin, que actúa como árbitro.
Si bien existe un coordinador nacional, en la práctica cada Compin depende del seremi de Salud regional. Un buen primer paso podría ser institucionalizar esta comisión para así objetivar los estándares por los cuales se rechaza o aprueba una licencia.
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