Economista de Gemines Consultores, Tomás Izquierdo: "Pareciera que el gobierno quisiera disfrazarse de un tinte más socialista con sus proyectos"

Incisivo es el análisis del economista de Gemines Consultores Tomás Izquierdo de la contingencia económica, que a su juicio, tiene bastante de decisiones políticas. Por lo mismo, ratifica el diagnóstico de lentitud en el envío de reformas. El crecimiento se juega en casa, es su principal conclusión.

¿Cómo evalúa el fenómeno del deterioro de expectativas?

-En materia económica el desempeño del gobierno no ha sido malo. Sin embargo, dado el programa las expectativas eran bien claras: una reforma a la reforma tributaria, corregir problemas de la reforma laboral, revisar el modelo de regulación medioambiental para la aprobación de proyectos, el tema de las pensiones, salud, etc. Diría que en lo social ha sido bueno, pero el empresariado esperaba mucho más y la verdad, no veo razones para que una propuesta de cambio al régimen tributario haya tardado tanto.

¿Debió ser antes?

-Teníamos la idea que previo al traspaso de gobierno en marzo, había un proyecto bastante avanzado. Y ya han pasado 5 meses. Eso genera cierta frustración, porque los empresarios no viven de discursos sino de hechos. No basta con decir que se van a hacer las cosas bien, no basta el cambiar la marca Bachelet por la marca Piñera. Se podría decir que la luna de miel se acabó y se desaprovechó. Los primeros meses, cuando estás con todo el impulso de haber ganado con una buena votación es muy importante pasar rápidamente los proyectos clave y eso se desperdició.

¿Por qué la ciudadanía se ha contagiado con este ambiente? La última Cadem dice que 64% siente que la economía está estancada.

-Las personas no tienen por qué conocer los rezagos que tiene la economía entre que se recupera la actividad y eso llega al empleo. Es normal que haya un desfase de entre 6 meses y un año para que se note. Además, cuando las expectativas mejoran, más gente busca empleo. Y tiene otro elemento que agrava la situación: el empleo del sector público el año pasado creció muy fuerte y ahora está cayendo, entonces estás poniendo una exigencia aún mayor al sector privado.

¿Qué proyectos debieran acelerarse?

-Lo primero es dejar de acomplejarse por defender ideas de centroderecha y de corte más liberal. En materia de políticas públicas, económicas y sociales pareciera que el gobierno quisiera disfrazarse de un tinte más socialista al momento de presentar sus proyectos. Me han preguntado, "¿cómo quieres que el gobierno presente un proyecto de reforma tributaria si no tiene mayoría en el Congreso?" Cierto, pero la realidad es que fue elegido con el 54% y que teniendo ese respaldo, Piñera tiene que jugársela por llevar a cabo su programa, sin disfrazarlo de lo que no es y reconociendo que una parte de lo que proponga será rechazado.

¿Exceso de cautela?

-Lo peor que puede hacer el gobierno es no enviar los proyectos pensando que no tiene las mayorías. Eso apela a que Piñera ejerza un liderazgo político, ser capaz de generar ideas fuerza que ayuden a sacar adelante los proyectos. Me sorprende la excesiva cautela de mostrar las banderas de la centroderecha: ese complejo estaba en el primer gobierno de Piñera y sigue estando en este segundo gobierno. Y me parece bastante absurdo.

¿Cuáles son las prioridades?

-Hay que tomar algunas banderas de lucha y priorizarlas: una es la reforma tributaria; otra es la corrección a la reforma laboral; el tema medioambiental; la modernización del Estado que es de mucho más largo aliento. No son tantas las iniciativas que tendría que presentar el gobierno para recuperar las expectativas empresariales. Insisto: no hay que tener complejos de presentar las ideas más liberales y saber defenderlas con liderazgo.

¿Qué espera de la reforma tributaria?

-Integrar el sistema ordena y simplifica, pero hay que ser creativos, por ejemplo, gravar algunos servicios exentos, excepto salud y educación. Ahí hay bastante espacio para ampliar la base tributaria o eliminar la renta presunta que no tiene justificación.

Economía turbulenta

Persiste la incertidumbre por la guerra comercial entre China y EEUU, ¿Cómo ve el escenario?

-Se ha deteriorado. Pero así como en el gobierno de Bachelet donde dos tercios del mal desempeño de la economía era responsabilidad interna y sólo un tercio era externa, hoy aplican los mismos porcentajes. La economía chilena muy pequeña y abierta y una amenaza de guerra comercial dañando los mercados y generando incertidumbre tiene contagio para Chile. El más rápido ha sido la caída del cobre que tiene un montón de impactos sobre la economía. También por el lado de las monedas, el peso chileno se ha depreciado en forma importante. Pero pese a todo y en el entendido que no caemos en una crisis global, la responsabilidad mayor para el crecimiento sigue siendo interna.

¿Con alza de tasas?

-El tipo de cambio está en torno a $640-$650 que son niveles de equilibrio para el escenario externo e interno. En materia de inflación, insistí en que iba a volver a niveles de equilibrio y eso ha sucedido. ¿Significa eso que el Banco Central debe subir luego la tasa? Por ningún motivo. Si el tipo de cambio sigue subiendo será porque la situación externa empeora. Si eso pasa, va a afectar al crecimiento de Chile, por lo tanto sería un despropósito que la tasa subiera cuando sabes que la economía se va a frenar sola

¿En 2019?

-Si no logras liberar un paquete de políticas de oferta procrecimiento en lo que queda de este año será muy difícil hacia adelante. La economía puede retomar un crecimiento más alto porque tiene el potencial para hacerlo, por ejemplo, flexibilizando el mercado laboral para fomentar la participación de mujeres y jóvenes y por la vía de ordenar la inmigración para que aporte al mercado laboral. En calidad de mano de obra hay que fomentar la formación técnico profesional. No me cabe duda que puede haber un crecimiento importante en la tasa de inversión cuando el gobierno entregue las señales correctas.

¿Qué señales esperas para la discusión de la Ley de Presupuestos?

-El Ministro de Hacienda cayó en una trampa autoinfligida. Él podría haber dicho que la prioridad era recuperar el crecimiento y luego avanzar en la consolidación fiscal para no limitar su capacidad de actuar. Y con precios ilusorios para el precio del cobre: hace un mes dijo que el cobre promediaría US$3,12 y ahora está en US$2,65.

Y el compromiso de reducir el déficit estructural en 0,2% por año...

-Si el precio del cobre se recupera, la economía mundial no se deteriora mucho y seguimos creciendo en los próximos años, me parece razonable. Pero si no acompaña el cobre y la economía mundial anda floja, empieza a ser bastante más exigente. El ministro de Hacienda no puede hacer su gestión de cara a ser un buen alumno ante las clasificadoras de riesgo, tiene primero que recuperar el crecimiento, que la recuperación sea sostenible y después preocuparse por la consolidación fiscal.