El adiós de Lorenzo Gazmuri como vicepresidente ejecutivo de Copec: “Los actores empresariales debemos escuchar y aportar a la unidad nacional”
El 31 de diciembre recién pasado, tras 33 años, dejó de ser el principal ejecutivo del área energética del holding ligado a la familia Angelini y este mes pasará a ser director de Copec, Terpel y Mapco. En esta entrevista el también presidente de Icare repasa los principales hitos de su camino en la compañía y, por sobre todo, plasma su visión respecto al futuro de la electromovilidad, del quehacer y rol de las empresas en medio del proceso constituyente y de la recuperación económica del país.
Un cambio de era se inicia este 2021 en Copec S.A. Este 31 de diciembre Lorenzo Gazmuri dejó de ser el vicepresidente ejecutivo, cargo de máxima responsabilidad del área energética dentro del holding controlado por la familia Angelini, con lo que además puso fin a 33 años de carrera ejecutiva en el conglomerado.
Desde su rol, en los últimos cuatro años Gazmuri se centró en estructurar los equipos de trabajo de las distintas filiales nacionales e internacionales del área energética de la empresa, que está presente en siete países. Su cargo no se reemplazará, por lo que el número uno a contar de este año en el ámbito energético de Copec será Arturo Natho, gerente general de la firma.
Pero Gazmuri, ingeniero eléctrico de la Universidad de Chile, seguirá vigente en el quehacer empresarial. De hecho, no abandonará Copec. Seguirá como director allí, al igual que en las filiales Terpel y Mapco. Reemplazará en estas mesas a Manuel Bezanilla, quien se mantendrá como presidente de Arauco y director de Empresas Copec. Además, Gazmuri continuará siendo el presidente de Icare, instancia en la que confluyen distintas miradas y voces empresariales.
En entrevista con Pulso Domingo, el impulsor de la internacionalización de Copec hace un repaso de su trayectoria y, al mismo tiempo, anticipa cómo será este 2021 en el ámbito energético y para las empresas en general.
¿Cuáles fueron sus principales hitos en Copec?
-En estos 33 años fui parte de profundas transformaciones, resultado del esfuerzo de equipos altamente comprometidos con una misma visión y con un mismo sueño.
En términos de hitos, señalaría una innovación conceptual: definir que Copec atendía personas y no vehículos, lo que llevó en 1988 a la promesa de marca “Copec, primera en servicio”. Otro hito fue el inicio del proceso de concesiones de carreteras en los noventa. Fue ahí cuando la marca Copec empezó a convertirse en una marca ciudadana.
También fue importante ampliar la participación de Copec en el mercado de lubricantes. Nuestra inspiración fue que, si teníamos el 50% del mercado de combustibles, ¿por qué no también en lubricantes? Hoy Mobil es la marca más importante en este mercado, con un 48% de participación.
Otro momento que marcó un punto de inflexión fue la decisión de expandir las fronteras en 2010. Nuestra convicción era que la estrategia de servicio de Copec tenía validez universal. Después de haber visto crecer a Copec desde un 39% de participación de mercado en 1988 al 56%, orientados por ser cada día más relevantes para nuestros consumidores chilenos, pensamos que esa estrategia, modulada a las realidades culturales de los diversos países, debía ser exitosa allí donde fuéramos. Comenzó el proceso de internacionalización, a través de Terpel, hacia Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y República Dominicana.
Algunos años después dimos otro salto, cuando ingresamos al mercado norteamericano, uno de los más competitivos del mundo, tras la compra de Mapco, consiguiendo presencia en estaciones de servicio y tiendas de conveniencia en Tennessee, Alabama, Georgia, Arkansas, Virginia, Kentucky y Mississippi. La inspiración aquí fue que debíamos ir a aprender al mercado más competitivo del mundo y ello nos fortalecería en el futuro en todos los mercados donde hoy estamos. El sueño es que en EE.UU. nunca seremos los más grandes, pero no hay excusa para no ser los mejores.
¿Cómo ha variado su posición competitiva desde que llegaron a Mapco en EE.UU., a la actualidad?
-Mapco es una red muy relevante en el sureste de EE.UU. con nuestras 450 estaciones de servicio, pero en el país, como un todo, hay 130 mil. Hemos estado construyendo entre cuatro y cinco estaciones por año y ahora tenemos un plan de levantar diez estaciones cada año, porque el estado de Tennessee muestra un crecimiento demográfico muy diverso, con un interesante desarrollo inmobiliario.
Todos los años hemos crecido en participación de mercado, donde el crecimiento promedio de la industria en ese país es de 1% anual, pero nosotros hemos estado por arriba de esa tasa. Además, hemos hecho una propuesta de valor diferenciada. En este año de pandemia, Mapco superó todas las expectativas, y pese a que en algunos meses el mercado de combustibles cayó hasta en un 30%, nuestro negocio de las tiendas fue muy relevante y tuvimos un resultado histórico.
¿Cómo visualiza su aporte a la Copec del futuro desde la posición de director?
-Lo que distingue a estos directorios es la visión de futuro, basada en la anticipación de las grandes tendencias, las transformaciones que van ocurriendo en el entorno y que nos desafían como compañía. Buscamos liderar esos cambios, aunque ello signifique acelerarlos en desmedro del negocio actual. Debemos empujar todos los cambios que sean favorables para el consumidor y para los países. En los últimos años esta visión nos llevó a la convicción de que Copec debía ser un actor relevante en el propósito de acelerar la transición energética, no solo porque los consumidores lo demandan, sino porque el planeta lo exige con urgencia. Creo que la Copec del futuro se está haciendo realidad hoy: impulsando la electromovilidad, trabajando con emprendimientos tanto en Silicon Valley como en Chile, desarrollando o sumándose a los nuevos modelos de negocios del futuro.
¿Cuál cree que es la variable crítica para que Copec pueda cumplir con su meta de ser un actor relevante de las nuevas energías y la nueva movilidad?
-Contar con un marco regulatorio que permita y promueva estas transformaciones es muy relevante. Creo que el proyecto de Ley sobre Portabilidad Eléctrica que se discute hoy en el Congreso apunta en la dirección correcta, por cuanto busca contribuir a entregar a los usuarios finales el poder de elegir tanto a su proveedor como el tipo de energía que utilizarán. Copec será un actor relevante en este nuevo escenario. Para ello debemos seguir fortaleciendo nuestro ecosistema de innovación, para entregar a los clientes nuevas soluciones de inteligencia energética integral.
¿Ve a Copec invirtiendo en hidrógeno verde? ¿Cree que esa tecnología será un gran futuro para la movilidad?
-Me imagino perfectamente a Copec invirtiendo en hidrógeno verde. Nuestro país tiene un gran potencial de desarrollo en torno al hidrógeno verde. Sin embargo, tenemos camino por recorrer: estamos aún en un proceso de definición de la estrategia de desarrollo de esta fuente de energía. Este proyecto tiene urgencia, ya que Chile cuenta con fortalezas para ser un actor relevante a nivel mundial, pero competimos con varios países con similares condiciones. En 2020 Copec ya estaba trabajando con el objetivo de llevar el hidrógeno verde a la movilidad sustentable, impulsando alianzas con compañías de los rubros minero y forestal para generar proyectos piloto.
Trabajando tantos años con Roberto Angelini y también con Anacleto Angelini, ¿cómo describiría el ADN empresarial de ambos?
-Tienen una mirada puesta en el país, en la educación y en el desarrollo empresarial de la mano de los desafíos de Chile. Más aún, ambos tienen un sello, tienen en el centro la preocupación por las personas al interior de las empresas. Esto hace toda la diferencia. Nunca olvidaré mi conversación con Roberto Angelini la mañana del sábado 27 de febrero de 2010, horas después del terremoto. Su único encargo era que nos dedicáramos a ubicar a todos los empleados de la compañía y asegurar que todos ellos y sus familias se encontraran bien. Esa ha sido una impronta permanente, tanto de don Anacleto como de Roberto. Una impronta que hoy forma parte del ADN de todas las empresas del grupo.
¿Hasta cuándo se extenderá su presidencia en Icare? Luego de eso, ¿le gustaría seguir involucrado en gremios?
-La presidencia de Icare es por un período de dos años. Creo que en el mundo de hoy dos años es largo plazo. Estaré concentrado en lograr que Icare continúe siendo un espacio de generación de pensamiento, que mueva la aguja respecto del clima y la conversación que necesitamos para enfrentar los hitos institucionales que tenemos por delante y que son absolutamente cruciales para el futuro de Chile.
Ahora que ya no está en la parte ejecutiva de Copec, ¿cuáles serán sus proyectos empresariales?
-Estaré en los directorios de Copec, Terpel y Mapco y en la presidencia de Icare. No tengo ningún proyecto empresarial en ciernes. En la medida que disponga de tiempo, espero vincularme a proyectos sociales, fundamentalmente en el ámbito de la educación pública secundaria.
¿Haciendo clases en liceos públicos?
-En educación la desigualdad en Chile es brutal, por lo tanto el espacio para trabajar en escuelas públicas y hacer un aporte educacional preciso, está. Tengo el deber de devolverle a la sociedad todo lo que nos ha dado. Quiero hacer clases de matemáticas en un tercero medio. Fui profesor universitario, pero me gustaría hacer clases en colegios, porque ahí es donde se juega el verdadero partido.
¿Cuáles cree que serán los grandes temas de los que tendrá que hacerse cargo el empresariado en 2021?
-En el 2021 el país está convocado a un proceso constituyente de gran trascendencia para las próximas décadas, y en el cual los actores empresariales debemos sentirnos convocados a escuchar, a contribuir con nuestra experiencia e ideas y a aportar a la unidad nacional. Sin embargo, no debemos olvidar que la pandemia sigue vigente y es probable que el proceso de vacunación tenga un impacto significativo a partir del segundo trimestre de 2021 y no antes. Por lo tanto, los efectos negativos de la crisis sanitaria seguirán golpeando a los hogares chilenos y son una preocupación prioritaria. Por eso, es fundamental evitar mayor desempleo, recuperar 1,3 millones de empleos de los 1,8 millones que se perdieron en el peak de la crisis en 2020. En particular, asumir la extrema dureza que ha tenido en el empleo femenino, donde hay reformas legislativas pendientes desde hace años. Debemos asegurar el sostenimiento del mundo de las pymes (más de 700.000 empresas), muchas de las cuales han sobrevivido con mucha dificultad.
A su parecer, ¿cuáles serán los grandes protagonistas y temas económicos o de innovación que irrumpirán en Chile en 2021, y por qué?
-En la Enade que se realizará el 14 de enero abordaremos nueve temas relevantes para el desarrollo del país. Entre ellos destaca el tema del agua, no sólo como proyecto que asegure su disponibilidad, sino como oportunidad de desarrollo futuro. Otros temas de innovación son el hidrógeno verde, big data, el desarrollo de 5G, la reforma al mercado del trabajo y pensiones. Son temas que el país no puede postergar por el proceso constituyente, sino que, al contrario, debe empujar estas grandes transformaciones y oportunidades.
¿Cuál es su opinión respecto al rol de las empresas en el cambio social?
-Las empresas son parte del tejido social del país, proveen el 80% del empleo y aportan vía impuestos al financiamiento del Estado. La empresa es clave para el desarrollo del país y también para el cambio social, porque en su esencia está la capacidad de adaptación y lectura de las aspiraciones y necesidades de la sociedad.
¿Y no considera que haya que hacer un mea culpa por parte del empresariado en los últimos años?
-Hay infinitas cosas que mejorar, no me cabe duda. El mundo de las empresas ha cambiado en los últimos 20 años y el estallido social le demostró a toda la sociedad que había cosas que no habíamos visto, en particular las empresas. Pero aprendimos cosas muy positivas de las empresas también, dado que la gente se cobijó en sus lugares de trabajo después de la angustia del estallido social. No quiero vivir en el mundo de lo culposo y hay mucho que mejorar en objetivos de integración, de sustentabilidad y de desarrollo de sus colaboradores.
¿Qué piensa del proceso constituyente, cree que tendrá a las inversiones de las empresas en compás de espera?
-Creo que el proceso constituyente es una oportunidad que el país se ha dado, no exenta de riesgos. Si somos capaces de aislar la violencia, puede proyectarnos como un país integrado y pujante que se esfuerza por impulsar el desarrollo. En este proceso debemos promover la convergencia y los acuerdos, lo que ayuda a reducir la incertidumbre.
¿Cree que la economía local repuntará en 2021 a niveles pre Covid o esa recuperación tomará más tiempo?
-Estimo que nuestra economía terminará cayendo en torno al 6% este año, y ya vemos que los efectos de la pandemia se prolongarán al menos por el primer semestre. Creo que el país retomará el crecimiento, pero dificulto que recuperemos el 2021 los niveles pre Covid. El empleo está demorando en recuperarse y hay nuevas incertidumbres globales que pueden afectar a nuestra economía, pese al muy buen desempeño del precio del cobre. Como la economía funciona en base a señales y expectativas, un elemento importante será la forma en que la política y sus instituciones afronten el año electoral que se avecina.
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