Empresas latinoamericanas con menos objetivos climáticos que el resto del mundo, pero superiores en lo social
Un informe realizado por la consultora WTW revela que hay una tendencia a la mejora en los índices ESG (medioambientales, sociales y gobernanza corporativa) en las compañías, donde la regulación y reputación son impulsores clave.
Casi tres cuartos (74%) de los gerentes de riesgo a nivel global considera que mejorar sus índices medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ASG por sus siglas en inglés) es central para sus empresas; mientras que el 77% cree que su rol debe ser más activo en este aspecto. Estos son algunos de los resultados de la “Encuesta Global ESG con Gerentes de Riesgo” elaborado por la consultora de seguros WTW, que reveló la preocupación sobre este tema pero, a la vez, que la falta de normativa es uno de los frenos en su mayor avance.
El estudio, realizado el primer semestre de 2022, tuvo la participación de 312 empleadores que representan a más de 2,1 millones de colaboradores, y constató que, en general, se pueden apreciar tendencias similares en América Latina, donde el 64% de las firmas que participaron en el sondeo son del rubro de energía/servicios públicos o de fabricación, las que -según el informe- tienden a adoptar un enfoque ESG más avanzado.
El 76% de los encuestados de Latinoamérica, en comparación con el 67% a nivel mundial, cree que su empresa tiene objetivos ESG claros y específicos. Además, el 75% de los consultados de la región (versus 67% global) ve el impacto en la rentabilidad y el riesgo a largo plazo como un motivador clave para la acción orientadas a temas ambientales, sociales y de gobernanza. Un porcentaje más alto (89% frente al 77%) de los latinoamericanos afirma que la función de gestión de riesgos debería desempeñar un papel más activo en la estrategia y las iniciativas ESG, estando dentro de las prioridades corporativas.
Sin embargo, según Roberto Umaña, gerente del Departamento de Consultoría de Riesgos WTW Chile, América Latina va más atrás con respecto al mundo en materia de ESG, en lo que tiene que ver con la falta de normativas. “Vamos avanzando en la misma dirección, pero básicamente lo que se ve es que Latinoamérica es más reactiva en temas legislativos, pero por esta inercia nos movemos siguiendo lo que está pasando en Europa y en Estados Unidos, países con normas más estables, más estrictos, que los hacen ir a la cabeza en estas materias. Una distancia que no parece tan lejana en nuestro país, ya que, por ejemplo, estamos avanzando con la normativa 461 (de la Comisión para el Mercado Financiero). Aunque no existe acuerdo bajo qué criterio se medirán las compañías (norma europea o americana), es un paso muy importante”.
Así, el informe detalla que los problemas regulatorios (76%) y el riesgo para la reputación (75%) lideran como impulsores de la estrategia y la acción ESG. No obstante, existen porcentajes significativos que reconocen la rentabilidad y el riesgo a largo plazo (67%), las cambiantes demandas de los clientes (65%) y la confianza de los inversores (54%), como factores que alientan dicha estrategia.
En el área ambiental, en Latinoamérica las empresas están quedando atrás con respecto a la tendencia global en el establecimiento de objetivos climáticos y la evaluación de los riesgos de transición climática. Un tercio de los encuestados dice que sus compañías no tienen objetivos o metas establecidas, en comparación con el 18% a nivel mundial. Además, el 37%, en comparación con el 25% a nivel global, afirma que no se han tomado medidas para abordar el riesgo climático físico en los últimos tres años.
Con respecto al factor social, se identifican prioridades claves de gestión de riesgos, como la privacidad de datos y el riesgo cibernético (97%), la seguridad en el lugar de trabajo (88%), la responsabilidad por productos (79%) y la responsabilidad por prácticas laborales (78%). Una gran mayoría de los gerentes de riesgos coincide en que el progreso en las prácticas en estas áreas puede mejorar la posición ESG de su organización.
En el área de responsabilidad laboral, por ejemplo, el 69% de las organizaciones tiene objetivos específicos y medibles de inclusión y diversidad o equidad salarial. Más del 80% realiza un seguimiento de las escalas salariales por nivel y por demografía.
Con respecto a la resiliencia para enfrentar los riesgos derivados de temas de ESG, el 93% de las empresas de América Latina dice que mejorar la resiliencia de los empleados es una prioridad del área de gestión de riesgos y el 98% (78% a nivel mundial) señala la necesidad de abordar el riesgo de responsabilidad por prácticas laborales.
“El trabajo híbrido es una práctica que se instauró durante la pandemia y es una pregunta recurrente de los colaboradores. Los beneficios laborales y el cuidado de la salud mental son importantes para retener talento, son inquietudes que nacen al momento de entrevistar a postulantes a los trabajos”, cuenta Umaña.
En temas de gobierno corporativo, los resultados de la encuesta de Latinoamérica tienden a corresponderse más estrechamente con los hallazgos globales. La principal divergencia en esa área es que el 83% de los encuestados latinoamericanos afirma que la empresa ha trazado completamente su proceso de cadena de suministro, frente al 65% de los consultados globalmente. En cuanto a la validación externa y el gobierno corporativo de las iniciativas ESG, la gran mayoría señala no utilizar ninguna fuente externa. El 29% utiliza la calificación MSCI, luego Sustainalytics (25%) y después Moody’s (21%).
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