¿Está bien medida la inversión en Chile?

Cobre
Bloomberg

Convengamos que no está nada de fácil interpretar los datos económicos utilizando los análisis convencionales del pasado. La economía global, y también la economía chilena, enfrenta grandes cambios debido a los fuertes cambios tecnológicos. En la medida que la nueva economía digital irrumpe y desplaza a la vieja economía, empiezan a emerger grandes paradojas económicas que no tienen una buena explicación con los instrumentos y modelos tradicionales.


Convengamos que no está nada de fácil interpretar los datos económicos utilizando los análisis convencionales del pasado. La economía global, y también la economía chilena, enfrenta grandes cambios debido a los fuertes cambios tecnológicos. En la medida que la nueva economía digital irrumpe y desplaza a la vieja economía, empiezan a emerger grandes paradojas económicas que no tienen una buena explicación con los instrumentos y modelos tradicionales. Por ejemplo, la paradoja de la inflación, esto es enormes estímulos monetarios en todo el orbe junto a tasas muy bajas de oinflación, tiene perplejos a los economistas y autoridades monetarias por igual. Recién se están incorporando explicaciones nuevas, donde la nueva economía digital que reduce costos, la emergencia de los servicios en reemplazo de la manufactura, la cadena logística de distribución y de suministros globalmente interconectada, las nuevas formas de adquirir bienes y comparar precios por internet, entre otros, aparecen en el listado de explicaciones.

A todos estos temas se adiciona en Chile la fuerte inmigración reciente y sus diversos efectos en nuestra economía; donde estimula la oferta laboral de mediano y largo plazo, desplazando el crecimiento tendencial y potencial hacia arriba, pero que también tiene el impacto inmediato de contener salarios y gasto en consumo. Tenemos entonces nuestro propio debate respecto a si la economía se deteriora y requiere más estímulo monetario dada la también muy baja inflación subyacente, o bien si es deseable esperar mayores datos de una posible recuperación, opinión en que me inscribo.

En el fondo está en cuestión el paradigma tradicional de análisis económico y los economistas nos resistimos a modificarlo. Cuando la industria manufacturera en los EE.UU. representa el 11% del PIB y los servicios el 70%, ya no se puede predecir una recesión observando a evolución de los inventarios manufactureros. Un tema clave entonces es cuanto puede crecer la economía chilena en este nuevo mundo, y debemos preguntarnos cuál es la tasa de inversión en la nueva economía chilena. En Chile medimos la inversión por importaciones de bienes de capital, maquinaria y equipo y construcción. En los EE.UU., un tercio de la inversión no residencial es propiedad intelectual, esto es, las enormes inversiones en desarrollo tecnológico, plataformas e infraestructura digital en la nube, muchas realizadas por las llamadas bigtech. Alphabet, es decir Google, invirtió US$ 45 mil millones el año 2018, 5 veces más que Ford. En Chile las empresas enfrentan el desafío de la y transformación digital y estas inversiones no aparecen en la medición de la inversión. Cuando una empresa desarrolla su canal digital o su plataforma de ventas en la web o construye una App o desarrolla nuevos sistemas digitales que reemplazan los anteriores sistemas tecnológicos "legado", está invirtiendo y ello no está en las mediciones de inversión.

Cuando las empresas tecnológicas desarrollan y venden software, plataformas y infraestructura en la nube como servicios, ellas están invirtiendo pero normalmente imputan estas inversiones como gasto en el resultado y ello no se traduce en un incremento patrimonial en sus empresas y por ende en su capacidad de crecimiento. Nuevos temas, nuevos desafíos de análisis. Es hora de abordar una nueva forma de medir la inversión, y por ende, de la capacidad de crecer de la economía chilena. Nos vamos a sorprender.

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