Herman Chadwick, presidente de Enel: “Tenemos la energía suficiente sin necesidad de recurrir al carbón”

Herman Chadwick, presidente de Enel: “Tenemos la energía suficiente sin necesidad de recurrir al carbón”
Presidente de Enel

El presidente de Enel Chile -firma que esta semana anunció el cierre anticipado de sus dos últimas centrales a carbón- dice estar conforme con las medidas que ha tomado el gobierno para combatir el Covid-19, pero estima que las cuarentenas en la capital podrían modificarse, dado el nivel de pobreza que enfrenta, en especial, esta zona del país. “El hambre y el trabajo priman por sobre la salud”, señala.


Sin mucha esperanza está el presidente de Enel Chile, Herman Chadwick. Es que al ver la televisión e informarse en estos días de cuarentena -que lo tienen en su casa teletrabajando desde mediados de abril-, se da cuenta que la pandemia por el Covid-19 será más permanente, lo que, a su juicio, perjudicará de mayor forma a la gente más vulnerable del país.

“Estoy sin mucha esperanza porque veo que esto llegó para quedarse y no será tan breve. Creo que la pandemia sanitaria es una pandemia que cada día se está transformando más en una pandemia social. Hoy por donde uno vaya o mire hay pobreza”, reflexiona.

Por eso mismo, estima que es muy poco probable que las cuarentenas sigan en la Región Metropolitana, zona que tiene cerca de dos millones de personas que viven en situación de pobreza, dice. “Son personas que necesitan salir y tienen que salir y van a salir a las calles, porque el hambre y el trabajo priman por sobre la salud”, afirma.

El presidente de Enel Chile también analiza el esfuerzo que están haciendo las distribuidoras eléctricas por mantener el servicio pese al no pago de las cuentas de la luz, medida que tiene en intensas conversaciones al sector de generación y distribución para encontrar una fórmula que permita mantener la cadena de pago del sistema. Pero Chadwick le pone paños fríos y señala que hay que lograr un punto de equilibrio y que “siempre se puede encontrar una solución”.

¿También le llamó la atención el nivel de pobreza que hay en el país?

-Creo que lo que dijo (Jaime) Mañalich se pudo haber interpretado mal. Él dijo que no había previsto una realidad de tanto hacinamiento y pobreza, eso está bien; pero si hoy comprobó que así era, hay que enfrentar el problema de la pandemia y de la cuarentena, porque entiendo que en Santiago hay un millón y medio a dos millones de personas que necesitan salir y tienen que salir y van a salir a las calles, porque el hambre y el trabajo priman por sobre la salud.

¿Está de acuerdo con las medidas que se han tomado, considerando que otros países, en Europa por ejemplo, han sido más drásticos en la activación de las cuarentenas?

-Ellos pueden ser más drásticos porque no tienen la situación de pobreza que tenemos nosotros en la Región Metropolitana. Esta gente no estaba dentro del 9% de pobreza que había antes porque, dado sus ingresos y el trabajo diario que tenían, estaban un paso más arriba y como hoy no lo tienen, pasan a ser nuevamente pobres. Vamos a salir de esta pandemia, pero nos va a costar más. A lo mejor tuvimos la esperanza de que podíamos salir en mayo, pero hay que pensar ahora en julio o en agosto. Vamos a salir de a poco y con cuidado, pero buscando que el país se reactive, que haya trabajo y que haya alimentación.

¿Cree que el gobierno puede salir muy debilitado de esta crisis?

-Creo que el gobierno lo ha hecho bien hasta ahora, pero evidentemente es un tema muy complejo y muy difícil, que de repente puede costar mucho.

¿Está de acuerdo con que el debate constitucional se retome?

-El debate constitucional está planteado en la mesa y está planteado para octubre, y salvo por situaciones sanitarias, yo creo que debe mantenerse. Es un compromiso que tomaron todos los partidos políticos y que la ciudadanía aprobaría con un porcentaje muy alto. Hay que ver cómo realizar el plebiscito lo antes posible y seguir caminando en los cambios constitucionales que se han propuesto. Otra cosa es que a uno le guste o no el cambio, pero igual hay un compromiso de caminar hacia ver qué es lo que sucede en materia de reforma constitucional que hay que cumplir.

Las compañías distribuidoras están aportando a paliar la crisis social permitiendo aplazar el pago de las cuentas de la luz. ¿Existe el riesgo de que esas cuentan no se paguen nunca?

-El chileno ha sido siempre un buen pagador. La morosidad que tenemos en las cuentas de la luz es baja, por lo tanto, tenemos la esperanza de que colaborando y ayudando frente al momento que estamos viviendo y que entendemos que para muchos es muy duro, vamos a salir adelante con el pago de las cuentas, aunque sea en un tiempo más prolongado del que era habitual.

En el mundo eléctrico hay una intensa conversación para evitar el quiebre de la cadena de pagos del sector. ¿Quién debe pagar esa cuenta?

-Las distribuidoras le compran energía a las generadoras, y hasta ahora han cumplido con los compromisos que tienen y esperamos que lo sigan haciendo, pero evidentemente que las generadoras tienen una relación con las distribuidoras y ellas con sus clientes. Son cadenas de pago distintas y esperamos que las generadoras cumplan con las distribuidoras y nosotros como distribuidoras podamos buscar las soluciones adecuadas para nuestros clientes, que es lo que más nos importa y que, en el caso nuestro, son dos millones de hogares.

Esta semana anunciaron que adelantarán el cierre de sus centrales a carbón Bocamina I (2020) y II (2022), este último, previsto para 2040. ¿Qué motivó este cambio?

-Nos dimos cuenta de que este es el momento adecuado para poder cerrar las plantas, porque tenemos un precio del gas que es menor que el precio del carbón. Es decir, las térmicas que tenemos, que son varias, pueden seguir operando con gas sin ningún problema económico. Además, la proliferación de plantas de sol y de viento ha sido mucho más grande de lo que se esperaba y ya podemos tener una matriz nacional donde las energías renovables no convencionales sean muy importantes y también, porque tenemos proyectos propios que nos permiten, de acá a un par de años, tener 2.000 MW listos, por lo cual tenemos la energía suficiente para generar lo que nuestros clientes nos piden, sin necesidad de recurrir al carbón. Creemos que es un momento muy acertado para Enel.

¿Ya no es necesario el carbón en la matriz energética del país?

-Sabemos que el carbón sirvió en un momento determinado, que fue útil cuando no había gas con Argentina y fue útil en épocas de crisis anteriormente, no se trata de que nos equivocáramos con nuestra matriz a carbón. Fue útil hasta hace poco tiempo atrás.

El 2019, cuando se inició el proceso de descarbonización, entendimos en Enel que había que apurar el tranco y había que lograrlo luego, porque era una oportunidad que se nos estaba dando para fortalecer nuestra idea de que la matriz energética tiene que ser sobre la base de las energías renovables no convencionales, incluida, por cierto, el agua. Con esta medida, nosotros le estamos diciendo hasta luego al carbón. P

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