Hierve el negocio de la nieve

Valle Nevado
Hierve el negocio de la nieve en Chile, especialmente en la zona central.

El atrevido aterrizaje del consorcio estadounidense Mountain Capital Partners, que en sólo un año y medio compró Valle Nevado y La Parva e hizo una oferta por la sociedad dueña de Farellones y El Colorado, removió a un mercado antes operado sólo por chilenos y que requiere modernizarse para atraer más visitantes, sobre todo del Hemisferio Norte. La arremetida podría estimular el mercado doméstico. Mientras ocurra eso, en la industria al menos esperan con optimismo esta temporada.


El lunes 10 de junio, Andacor, sociedad dueña de los centros de esquí Farellones y El Colorado, informó que la estadounidense Mountain Capital Partners (MCP) había ofrecido $6 mil millones para hacerse del control de la compañía, hoy en pleno proceso de reorganización judicial.

Es la última movida de este grupo de Durango, Colorado, que ha revolucionado el negocio de la nieve en Chile en un año y medio. Es el mismo que a inicios de mayo le compró La Parva a Leonidas Vial y que en enero de 2023 se hizo del control de Valle Nevado, dejando a la familia Senermann como minoritario.

MCP, encabezado por el texano James Coleman y sus socios Scott Price y Kuzi Mutsiwegota, busca en Chile lo que ya hizo en su país: convertirse en un consorcio controlador de varios centros de esquí, que le permita hallar economías de escala. En Estados Unidos poseen 12 centros. Y hallaron el destino ideal en la zona central de Chile, dado que se da la condición poco usual de tres complejos invernales vecinos, de dueños distintos y muy cercanos a una gran metrópoli. En la jerga esquiadora, esta área es llamada Tres Valles y es considerada por los especialistas el centro invernal con mayor potencial de Chile y la región.

“Tres Valles, donde se interconectan El Colorado, La Parva y Valle Nevado, es la mayor área de esquí de Sudamérica, con un total de 48 andariveles y cerca de 120 kilómetros de pistas utilizables. Está a 40 kilómetros de Santiago y llega a los 3.630 metros (sobre el nivel del mar). Además, el área base de Valle Nevado, enclavada a 3.025 metros de altitud, es reconocida como la más alta del mundo”, comenta a Pulso el suizo Laurent Vanat, el consultor más connotado de la industria global de turismo de invierno, quien desde 2004 elabora el Informe Internacional de Turismo de Nieve y Montaña, conocido como Informe Vanat.

“Santiago es la ciudad con los centros de esquí más cercanos en distancia en comparación a sus símiles de Argentina o el Hemisferio Norte”, dice un informe del Sernatur de 2014, en referencia a los centros ubicados en Tres Valles y que da cuenta de la ventaja turística que esto representa.

Pero los complejos invernales cercanos a la capital son sólo parte de la oferta de nieve que ofrece Chile.

Según un reporte de Econsult del año pasado, en Chile existen 21 áreas de esquí con cinco pistas o más, distribuidas en tres regiones: la zona central con los ya nombrados El Colorado, Farellones, La Parva y Valle Nevado, que se suman al complejo que inició la industria en el país, Portillo (propiedad de la familia Purcell y ubicado en Los Andes), Lagunillas (concesión estatal gestionado por el Club Andino de Chile, situado en el Cajón del Maipo) y Chapa Verde (perteneciente a Codelco y ubicado en las cercanías de El Teniente); la zona sur, que incluye a Termas de Chillán (del empresario Guillermo Harding), Pucón (concesión administrada por Andacor), Antillanca (gestionado por el Club Andino de Osorno) y Corralco (dentro del Parque Nacional Malalcahuello y propiedad de un grupo de empresarios locales encabezado por Enrique Bascur); y la Patagonia, donde están los centros Cerro El Fraile de Coyhaique (administrado por el Estado) y Cerro Mirador (del Club Andino de Punta Arenas).

Valle Nevado
Panorámica de Valle Nevado

La fortuna climática

Nadie podría prever con seguridad que este año sería climáticamente tan bueno para los deportes de nieve en la zona central chilena, cuando se observa la cordillera nevada en pleno. Pero al menos las empresas dicen que a estas alturas del 2024 esta temporada se avizora como la mejor en años, pues incluso abrieron antes de lo normal y sus recintos están completos a diario.

Las proyecciones de la industria apuntan a más de 900 mil visitantes en total y así ir retomando las tasas de más de un millón 200 mil que mostraba a inicios de la década pasada, cifras que desde esa época no se alcanzan. Lo mejor se había conseguido en 2017 y 2018, cuando superaron apenas el millón, según el informe Vanat. La pandemia fue fatal.

“El muy fuerte impacto de la pandemia en todo el país llevó a una apertura muy limitada en 2020 y deprimió las cifras de visitas en cerca de un 90%. Con una apertura retrasada de algunos centros y otros cerrados, la temporada 2021 también fue mucho más baja que la de años normales (unos 517 mil visitantes)”, recuerda Vanat.

Fue, de hecho, la pandemia la principal detonante de los problemas financieros de Valle Nevado, La Parva y Andacor, que terminaron cambiando de mano.

El 2022 fue un año de recuperación, pues la industria recibió a 918 mil visitantes. En 2023, las cifras oficiales aún no se conocen, pero la Asociación de Centros de Ski calcula en torno a 800 mil tickets vendidos. “En 2023, la zona central tuvo nieve temprano, pero ya en julio no tenía tanto, aunque llegaron bien a final de temporada”, recuerda James Ackerson, presidente del gremio. “¿Qué va a pasar este año? No tengo contacto con Dios, aunque he tratado de tenerlo”, bromea. “Recibimos una cantidad muy inusual de nieve en mayo tanto en la zona central como en el sur, por lo que hay acumulada nieve en junio. Se va a entrar a vacaciones de invierno con buena cantidad de nieve. Pero como adelantaron las vacaciones, se podrían perder días de visitas, dado que normalmente en junio se acumula nieve para aprovecharla en julio”, advierte.

Ackerson no se atreve a adelantar “la mejor temporada en años” como algunos de sus pares, pero es cautelosamente optimista sobre el 2024.

Un negocio complejo

Es que este negocio depende demasiado de condiciones que no son asibles, como el clima. Por eso es tan complejo. Pero hay elementos de los que sí se pueden hacer cargo y que abren más posibilidades. Más todavía para un mercado cuya principal fortaleza es que abre a contratemporada del Hemisferio Norte, por lo que podría ser un atractivo aún mayor del que es para esquiadores de Norteamérica y Europa. Además, la oferta es escasa. De los 68 países que ofrecen áreas de esquí, el 91% está en la mitad norte del planeta y sólo el 9% restante en el Hemisferio Sur, según el informe Vanat.

líneas de andariveles
Los andariveles figuran entre las deficiencias en los centros de esquí en Chile, según el experto internacional Laurent Vanat.

“La mayor debilidad de los centros de esquí de Sudamérica, tanto de Chile como de Argentina, es que les falta renovar sus andariveles, por lo que no están bien posicionados para atraer visitantes que suelen usar instalaciones modernas”, dice el propio Vanat a Pulso.

Lo que ocurre es que, con temporadas cortas, en promedio de 108 días en la zona central y 125 días en el sur, respecto a los 148 días en Seattle, 145 días en Barcelona, 137 días en Montreal, según el estudio de Sernatur de 2014, las inversiones necesarias se hacen más onerosas.

“El capital necesario para echar a andar un centro de esquí y mantenerlo son astronómicas. En Corralco estamos invirtiendo US$4 millones para una nueva telesilla, lo que es gigantesco para nosotros. Pueden ser hasta 10 años para recuperar la inversión”, cuenta Ackerson, quien es gerente general de Corralco.

“Otra gran debilidad de Chile es que su mercado doméstico es limitado, porque la tasa de participación de la población es baja y su consumo individual de esquí también es bajo”, añade Vanat.

En Chile, al menos, el esquí es considerado un deporte de élite, dado los altos costos que implica su equipamiento y, sobre todo, los tickets de andarivel. Según el informe Sernatur, claro que de hace 10 años, el precio promedio por ticket en los centros de Santiago era el más caro, US$65, frente a otras ciudades con destinos de esquí como Munich (US$46), Montreal (US$47), Barcelona (US$47) o Seattle (US$60).

Y, según Ackerson, una razonable cifra de ingresos para que un centro de esquí pueda reinvertir es de 150 mil tickets. Por lo que, si los chilenos no llegan, deben venir de afuera. Otro estudio de Sernatur estableció que en 2018 sólo el 43,8% de los visitantes a complejos invernales fueron chilenos y que, dentro del resto de extranjeros, los brasileños, un enorme mercado y creciente para el esquí, representaban un quinto del total.

Con los elevados niveles de inversión requeridos, era esperable que un grupo ya consolidado como Mountain Capital llegara a hacerse cargo de centros de esquí con un futuro interesante, creen en la industria. “La realidad de nuestro negocio hace que una consolidación de estos tres centros tendrá beneficios: la oferta que podrían construir para el consumidor para hacerlo más accesible. Nuestro negocio es de volumen y la inversión está ligada a la cantidad de gente a la que uno le vende tickets”, estima Ackerson. Y se espera que los MCP ofrezcan a sus clientes paquetes que incluyan pistas de esquí en ambos hemisferios, lo que podría acarrear más público.

Vanat siente que este aterrizaje tiene posibles ventajas, pero también amenazas a la hora de hablar de libre competencia: “Al tener una misma compañía el control de un área completa de esquí, puede haber sinergias y garantías de un mismo nivel de servicio. El problema de ausencia de competencia podría surgir si suben el precio (de los tickets) a niveles exorbitantes, como lo hacen en Estados Unidos. ¡Los esquiadores chilenos que quieran esquiar en un gran centro invernal tendrán que irse al extranjero!”, alerta.

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