Hoteles de Angelini, Elberg y Accor incumplen covenant y renegocian pasivos ante complejo escenario derivado del Covid-19
A raíz de la pandemia, A3 Property Investments anotó una pérdida por $14.389 millones en 2020. Ante el difícil panorama, la firma debió repactar deuda, tomando créditos en Chile, Perú y Estados Unidos.
Fue un 2020 para olvidar. La pandemia del Covid-19 causó estragos en el rubro hotelero. La imposibilidad de abrir, agravado por una baja de más del 70% en la llegada de turistas, tiñó al sector de rojo. Tal fue el caso de A3 Property Investments, matriz de los hoteles Pullman, Novotel y Mercure, controlada por Inversiones Siemel –ligada al grupo Angelini-, Accor Hotels, Inversiones Algeciras, vinculado a Eduardo Elberg; e Inversiones Torca, family office de Ignacio del Río.
La firma, con operaciones en Chile, Perú, Colombia y Estados Unidos, cerró nueve de los once hoteles que posee –los que han ido reabriendo paulatinamente-, generando una pérdida de $14.389 millones en 2020, frente a una utilidad de $95 millones el año previo. Sus ingresos fueron de apenas $185 millones versus $18.110 millones doce meses antes; y su Ebitda fue negativo en $6.546 millones. Todo, derivando en un completo plan de refinanciamiento, tras incluso haber incumplido covenants.
Según se lee en sus reportes del 2020, la firma transgredió uno de los compromisos derivados de una obligación financiera que posee con el Banco Santander al vulnerar la condición de que su ratio de EBITDA/deuda no excediera 1,4 veces (fue de -1).
El Santander remitió una carta a la compañía otorgándole un waiver (permiso) por el incumplimiento. De hecho, en enero de este año, la empresa refinanció la deuda que posee Inmobiliaria Las Condes SpA –bajo la cual maneja hoteles en esa comuna- con la entidad española. El nuevo crédito –señalan- considera capital de 613.000 UF, lo que corresponde a 300.000 UF de financiamiento incremental, y adicionalmente cuenta con la hipoteca del hotel Novotel Las Condes, intereses trimestrales y un perfil de amortización bullet a 5 años de la fecha de cierre.
Pero, el refinanciamiento de sus pasivos fue mucho más allá.
Hubo una entrada importante de efectivo proveniente de actividades de financiación, por un total de $25.561 millones. “Esto se explica principalmente por créditos tomados para afrontar las necesidades de caja de la compañía producto de la pandemia del Covid-19”, señalan. Y detallan que recibieron importes por préstamos de corto plazo por $ 1.950 millones provienen en su totalidad de Chile, que corresponden a la toma de líneas de créditos con bancos.
Además, tomaron préstamos de largo plazo por un total de $ 22.687 millones correspondientes a un crédito obtenido en Chile por A3 Property Investments; $ 21.805 millones derivados por créditos en Perú obtenidos por Consorcio Hotelero Global del Perú y Pullman San Isidro, junto a un aumento de deuda por los avances en la construcción del hotel Pullman Miraflores; además de $ 668 millones derivado de un crédito tomado en Estados Unidos.
Adicionalmente, impulsaron un fuerte plan de ahorro de gastos, que contempló el cierre de los hoteles en un inicio –ya que era más eficiente financieramente mantenerlos así, que abrirlos con baja ocupación-, y una menor operación en los meses siguientes, lo que significó una baja en la necesidad de servicio de proveedores. A marzo, han reabierto seis hoteles, a los que se suman dos en Perú, pero de manera intermitente dependiendo de la demanda.
Con todo, lograron que su saldo de caja al 31 de diciembre fuera de $ 18.774 millones, $4.309 millones más respecto a 2019.
Los números locales
De los más de $14.000 millones en pérdidas que anotó la compañía, $7.687 millones fueron aportados por su operación en Chile, país donde tiene cinco de sus once hoteles que suman 1.043 habitaciones, de las cuales un 71% está en Santiago.
En el país, sus ingresos pasaron de $9.514 millones a menos $1.357 millones, mientras que de la pérdida de los $ 6.547 millones en el Ebitda, $4.247 millones vinieron de este lado del mundo.
Es que –según plantean en sus balances-durante 2020, los efectos del estallido social más el Covid-19, hicieron que la ocupación acumulada en Santiago fuera sólo de 33%, un 47% menos que el mismo período del año anterior. En cuanto a la tarifa, esta fue de US$ 86 promedio por habitación, lo que representó una disminución de 27%.
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