Indicadores muestran mayor velocidad de adaptación de empresas a la nueva normalidad

Gerdau

Un análisis de Deloitte de diversos indicadores a nivel mundial, muestra los albores de la reapertura en diversos países. Congestión vehicular, producción industrial, variación del empleo y confianza, son algunos de las variables consideradas. Prevén que Chile repuntará hacia fin de año, y que el potencial se alcanzará en 2022.


En las últimas semanas la reapertura gradual de Asia, Europa y la incipiente en Estados Unidos, mejoró el ánimo de los inversionistas, aunque en lo más reciente se levantaron dudas por rebrotes del coronavirus. En paralelo, organismos como la Ocde y el FMI han empeorado sus pronósticos para la actividad mundial tanto para el año, como para el próximo.

De hecho, el viernes pasado el Fondo Monetario Internacional afirmó que sus proyecciones de crecimiento económico que publicará el 24 de junio “serán, muy probablemente, peores de lo que teníamos” en abril, aunque persiste una “profunda incertidumbre” en torno a las previsiones, manifestó Gita Gopinath, economista jefa del FMI.

Pero qué nos están diciendo los indicadores líderes respecto del repunte (rebote) y recuperación (alcanzar el potencial de la economía) de los países. Una recopilación de datos a nivel mundial y análisis elaborado por Deloitte refleja que la actividad de países que ya iniciaron el desconfinamiento está despertando y algunos sectores han reaccionado mejor a lo esperado.

“La experiencia internacional en países que ya reabrieron sus economías confirma la sorprendente capacidad de readaptación de ciertos segmentos del sector privado para reanudar actividades en la pospandemia”, explica Craig Alexander, líder del equipo económico de Deloitte Chile-Canadá.

Dentro de las variables que monitorea semana a semana Deloitte, figura el empleo. La destrucción en Estados Unidos persiste, pero con una clara tendencia descendente. En la región, aún se está en una fase posterior, en la que aún falta más destrucción de puestos de trabajo. De hecho, la encuesta de la UC mostró que en mayo la tasa de desempleo ascendió a 11,2% y se destruyeron casi 2 millones de puestos de trabajo en 12 meses.

Otro dato a mirar es la actividad industrial y el índice de confianza en Chile. Todo muestran ciertas mejoras. A nivel mundial, en abril el índice llegó al piso de los 26,18 puntos, tercer mes consecutivo de retrocesos. Pero ya en mayo se observó una mejora hasta los 36,30 puntos. En China, el piso fue en febrero con 27,50 puntos, y en mayo se situó en 54,54 puntos, incluso por sobre lo observado en enero (51,91 puntos).

El nivel de congestión vehicular también dan luces de la actividad. Chile tiene la menor congestión de la región, mientras que Berlín y algunas ciudades en China ya están con valores similares a los de 2019, según datos de Tom Tom recogidos por Deloitte, dando una señal de qué tan normalizado está el escenario.

Pero todos estos indicadores estarán sujetos a lo que suceda con las cifras sanitarias. “Hubo una explosión de casos (en Chile) en los últimos 30 días. Esto se podría explicar por múltiples factores, entre los que podemos mencionar: baja respuesta en medidas por parte de la población, un aumento de la cantidad de test realizados y la intensificación del frío y las lluvias”, afirmó Andrés Awnetwant, socio de Deloitte.

Pronósticos

Con estos indicadores líderes y suponiendo la prolongación de confinamientos parciales y la posibilidad de brotes adicionales, aunque menos severos dada la continuación de las medidas de prevención y los cambios en comportamientos, en Deloitte contemplan para Chile una contracción anual del PIB de 4,2% en 2020. “La caída será mayormente aguda en el segundo trimestre del año, con una disminución de 6,8%, seguida de otra baja de 0,9% en el período que va de julio a septiembre”, precisa Alexander. Con un alza de casi 4%, prevén que los últimos tres meses del año marquen el inicio de la recuperación, no obstante, la actividad no llegará a su potencial hasta principios del 2022. El próximo año se crecería 4,2% y el subsiguiente 3,8%.

Si bien los efectos económicos de la pandemia serán transitorios en muchos casos, en Deloitte esperan un alto grado de persistencia en la debilidad de industrias golpeadas por las medidas preventivas de mediano plazo.

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