Jorge Selaive y decisión del Banco Central: “Deberíamos tener cuidado con domesticar al mercado con el nivel de tipo de cambio”
Para el economista jefe de Scotiabank, la incapacidad de concluir con éxito los programas de acumulación de reservas internacionales es preocupante. Y apunta además a que se perciben los límites en que el Banco Central interviene el tipo de cambio, lo que resta efectividad al régimen de flotación cambiaria.
Preocupación, esa fue la sensación con la que quedó Jorge Selaive, economista jefe de Scotiabank, una vez conocida la decisión y comunicado del Banco Central (BC) este jueves, donde informó respecto de la decisión de reducir en 50 puntos base (pb) la Tasa de Política Monetaria (TPM) a 9% (se esperaba un recorte de 75pb), y que suspendería su programa de compras internacionales ante la apreciación del tipo de cambio.
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“Estas decisiones tan importantes, donde se desecha el forward guidance que se había entregado en el último Ipom (Informe de Política Monetaria), tienen que comunicarse mejor. Sugeriría más información por parte del BC en los próximos días, para así entregar más luces respecto de la trayectoria de la TPM”, parte señalando Selaive.
En esa línea, sostiene que “se deja sin rumbo la política monetaria y muy sometida a la percepción que el Banco Central tenga sobre el tipo de cambio y las tasas externas. Eso es lo que interpreto. La economía localmente necesita más estímulo, tenemos una sequía muy grande en inversión privada, un muy bajo flujo de créditos a empresas y un mercado laboral muy deteriorado. La combinación no es buena para crecer por razones estructurales, pero la TPM tampoco está apoyando la recuperación”.
Pero su mayor preocupación está centrada en las señales entregadas por el instituto emisor. Y es que a su juicio, “la historia se vuelve a repetir, no hemos tenido ningún proceso de acumulación de reservas que haya sido concluido. Me preocupa que el mercado transforme esto en una tónica recurrente por parte del Banco Central, en un contexto donde las reservas está muy bajas desde todo tipo de medida. El mismo BC decía que quería llegar a niveles comparables con países de la región, y eso significaba un nivel de reservas internacionales entre el 16-18% respecto del PIB. Hoy estamos en 12%, cuando Perú tiene 26% y Colombia un 16%, al igual que Brasil”.
¿Es un tema estructural?
-Me preocupa, porque se nos puede percibir con la incapacidad estructural de llegar a niveles óptimos de reservas internacionales. Si eso llegase a ocurrir, es una escenario extremadamente complejo, porque se inhabilitan inmediatamente las capacidades para contener cualquier tipo de depreciación cambiaria.
También deberíamos tener cuidado con domesticar al mercado con el nivel de tipo de cambio. Esta medida se toma cuando el tipo de cambio real estaba en 106 puntos, que es el nuevo techo consistente con el rango de equilibro a largo plazo que había entregado el BC en diciembre de 2022. Lo que ocurrirá es que empieza a perder fuerza la flotación cambiaria, porque cada vez que el tipo de cambio real llegue a 94 puntos, el mercado esperará que el BC salga a comprar dólares, y cuando llegue a 106 puntos esperará que el BC salga a vender. Eso obviamente juega en contra de la flotación cambiaria, y por eso mi sugerencia sería haber separado la decisión de política monetaria de las medidas cambiarias. Haberlo hecho al mismo tiempo es una combinación que va en contra de la meta de inflación, que requiere un marco de flotación cambiaria.
¿Cuál cree que será la trayectoria del dólar tras el anuncio del BC?
-Estimo una baja por este anuncio de entre $20 a $25. Sin embargo, eso es condicional a que no se perciba que las reservas internacionales permanecerán estructuralmente bajo su nivel óptimo y bajo países comparables.
¿El BC ya no está detrás de la curva?
-Más que detrás o delante de la curva, el problema es que el BC partió muy tarde el proceso de recortes (de tasas). Debió iniciarlo el primer trimestre de este año, cuando se produjo un claro desplome del consumo. En ese momento llevábamos varios meses de apreciación cambiaria, y en la coyuntura actual nos habría encontrado con una TPM más adecuada al ciclo, en torno a 200 puntos más abajo que la actual, y no con la TPM real entre las cuatro más altas del mundo (de 4%). Eso da cuenta de que el BC se encontró con un nuevo shock externo, pero con una TPM casi dos veces y media la TPM neutral. Obviamente estamos siendo muy contractivos.
Espero que el BC tenga más flexibilidad para cuando el tipo de cambio baje junto con la volatilidad externa, y retome los recortes de tasa en dosis grandes. Esperaría que fuera simétrico cuando se den las condiciones, porque ciertamente la economía necesita más estímulo monetario.
¿Cómo impacta la decisión del BC a la economía?
-Más allá del imacec de septiembre, que será muy bueno (1% o más mes a mes) pero que estará explicado por factores puntuales, no hablará de una economía capaz de mejorar su crecimiento potencial o expandirse en torno al potencial en 2024. Requerimos el apoyo tanto del gobierno, a través de una rápida y buena ejecución de la inversión pública, así como de destrabar lomos de toro relacionados con permisos; pero también una política monetaria en línea con tratar de mejorar la actividad económica, donde la inflación ya se ve convergiendo a la meta.
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