La advertencia de Molycop
A la espera de que la Comisión Antidistorsiones se pronuncie, al menos de manera provisional, sobre la aplicación de aranceles compensatorios a las importaciones de bolas de molienda de acero, esta compañía de controladores norteamericanos, pero que lleva 64 años en Chile, cree que si estas medidas no se aplican, deberá dejar el país, donde tiene dos fábricas, en Talcahuano y Mejillones. Posiblemente, se lleve esta operación a Perú.
Molycop lleva más de 60 años en Chile, pero en la empresa advierten que este podría ser el último. La compañía productora de bolas de acero para molienda, controlada por el fondo de capital privado estadounidense American Industrial Partners, enfrenta serias dificultades para mantener sus dos operaciones en Chile, en Talcahuano y Mejillones, debido a la competencia que enfrenta con las bolas importadas desde China, a las que acusa de dumping y por las que solicitó medidas compensatorias a la Comisión Antidistorsiones. Un pedido que esperaban que al menos provisoriamente ya estuviera resuelta, pero que aún no se contesta.
Las bolas de molienda son un insumo estratégico para la industria minera del cobre o el oro. Son pequeñas esferas de acero, de hasta 3,5 pulgadas de diámetro, cuya función es moler la roca con el fin de reducirla a gránulos de hasta 0,18 milímetros para, en el caso del cobre en sulfuros, ir luego al proceso de flotación y fundición.
El mercado local
En Chile existían cuatro empresas que producían estas bolas: Molycop, Sigdo Koppers (mediante su unidad Magotteaux), Aceros Chile y Prodemol. Pero la llegada de la producción china sacó del mercado a estas dos últimas, por lo que hoy sólo compiten Molycop y SK. “Esas dos no lograron subsistir a la andanada de precios bajos con dumping de China”, dice el gerente general de Molycop-Chile, Gustavo Alcázar.
Molycop tiene un 35% del mercado chileno y SK, en torno al 20%, aunque ésta trabaja un modelo híbrido de producción e importación china. El resto del mercado está en manos de firmas del gigante asiático, las que, según Alcázar, ofrecen precios inferiores a sus costos, gracias a los subsidios que reciben de su gobierno, o sea, compiten gracias al dumping. Sus precios son tan atractivos que las importaciones de bolas convencionales desde China han crecido un 114% entre 2018 y 2022.
En esta pelea Molycop está del mismo lado que CAP, controladora de Siderúrgica Huachipato, que también ha reclamado en contra de las bolas que vienen de Asia, cuyo principal importador es Elecmetal, la empresa del grupo Claro.
CAP es el principal proveedor de acero de Molycop. Es más, el 60% de la producción de Huachipato tiene como destino final la producción de bolas de molienda.
Sin embargo, en Molycop aclaran que los verdaderos afectados por estas distorsiones de mercado son ellos y no CAP.
“La investigación por las bolas de molienda nace por solicitud de Molycop. Huachipato, no teniendo un caso, pero sí una situación financiera complicada, le pide a la Comisión Antidistorsiones que inicie una investigación de oficio”, explica, en una clara señal de que no se sienten socios de CAP en esta pelea. “Huachipato no tiene un caso, porque ellos producen barras de acero y prácticamente no hay importaciones de barras, sino de bolas”, aclara.
El caso
Molycop pidió el pasado 21 de noviembre a la Comisión Nacional Encargada de Investigar la Existencia de Distorsiones en el Precio de las Mercaderías Importadas (Comisión Antidistorsiones) que iniciara una investigación al mercado de las bolas de molienda de hasta 3,5 pulgadas, buscando que sugiera aplicar medidas compensatorias contra las importaciones chinas, aplicándoles un arancel del 16%. El 9 de diciembre, la comisión aceptó iniciar la indagación. La normativa obliga a que este proceso dure hasta nueve meses, pero en la práctica pueden llevar hasta un año, pues deben ser consultadas todas las partes, como los competidores acusados y los clientes. Sin embargo, a contar de los 60 días de iniciada la investigación, la comisión puede recomendar a la Presidencia de la República la aplicación de medidas provisionales que deben tener una vigencia máxima de cuatro meses, ampliable a seis o nueve meses en circunstancias puntuales. Si finalizada la investigación, la comisión concluye que se cumplen los requisitos para imponer la medida, es decir, existencia de dumping, daño o amenaza de daño a la industria nacional, y causalidad entre ambas, recomendará la aplicación de una medida definitiva al Presidente, la que podrá regir hasta un año.
Alcázar acusa que China está aplicando un rebate (o devolución) del equivalente al Impuesto al Valor Agregado (IVA) nuestro para las bolas de acero fabricadas allá del 13%. Por tanto, sería esperable que cualquier medida al menos supere ese monto. Como ejemplo, asegura que Estados Unidos y México aplicaron aranceles compensatorios del 25%.
Perú, el mercado más cercano al chileno y donde Molycop también tiene operaciones, no enfrenta estos problemas, pues las bolas chinas aún no han entrado con tanta fuerza, dice Alcázar.
Y es justamente Perú el que representa la mayor amenaza para la operación chilena.
“Si no va a haber una regulación que elimine el dumping, no quedará otra que buscar otras alternativas y una de esas es llevarse la operación afuera. Una alternativa es Perú”, advirtió Alcázar. “Estamos haciendo lo posible para que eso no ocurra”, agregó.
Molycop en Chile tiene una capacidad instalada de 476 mil toneladas en sus dos fábricas de Talcahuano y Mejillones, y dada la situación actual del mercado, sólo están vendiendo 280 mil toneladas. “Hemos perdido mucho volumen”, se queja Alcázar. Hasta ahora no han perdido dinero, pero la rentabilidad ha caído. Producto de eso, el mes pasado tuvieron que despedir al 15% de su dotación operacional, que hoy ronda las 220 personas. “Somos una empresa altamente tecnologizada y extremadamente eficiente”, dice para justificar por qué no es tan intensiva en mano de obra. No obstante, aclara, su operación provoca un efecto multiplicador sobre 15 mil personas, partiendo, dice, por la planta de CAP.
Dice que su producto no es conocido, pero advierte que es fundamental para la minería. “Somos un insumo estratégico. Tanto que si no hubiésemos estado acá en Chile en la pandemia, varias minas habrían tenido que detener sus operaciones, porque el mercado chino se cerró”, sostiene.
Asiduo visitante de la comisión
Molycop, sin embargo, ha sido, tal como su proveedor CAP, un asiduo solicitante de medidas de protección a la Comisión Antidistorsiones.
En 2019, la comisión accedió a aplicarle un derecho anti-dumping provisional a las bolas de molienda de 9% entre el 19 de enero y el 22 de mayo de ese año, y después, desde el 23 de mayo hasta igual fecha de 2020, una medida definitiva de 5,6%.
El 25 de marzo de 2020, volvió a pedir un impuesto adicional del 7%, pero el 19 de noviembre de ese año la comisión dijo que no aceptaba la solicitud, pues no se acreditaba que existiera un dumping mínimo del 2%.
Y de ahí surge una crítica a la normativa por parte de Gustavo Alcázar, pues considera que si la Comisión Antidistorsiones prueba la existencia de dumping, aplicar medidas compensatorias sólo por un año tiene “muy poco efecto”. “El ideal sería como en países como Australia, Estados Unidos o la Unión Europea, donde estos periodos van de los tres a los cinco años”, puntualizó.
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