Cómo los empresarios negocian las reformas tributaria y previsional con el gobierno
El año pasado, el ministro Marcel optó por conversar las reformas con los empresarios antes que negociarlas con un mundo parlamentario sumido en la indisciplina y el discolaje, lo que ya ha generado la incomodidad de algunos legisladores. Este año, las reuniones se han multiplicado de la mano de la nueva dupla al mando de la CPC, Ricardo Mewes y Susana Jiménez, quienes interactúan permanentemente con sus comisiones asesoras internas en materia tributaria y de pensiones, integradas por destacados economistas y abogados. Las “líneas rojas” y el “tejo pasado” han caracterizado la interna de las conversaciones.
Lo que hace unos 10 meses era una táctica reservada y algo tímida, hoy la estrategia del gobierno de negociar con el empresariado las grandes reformas es explícita. Convencido de la dificultad de llegar a acuerdos con un crispado y díscolo Parlamento, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, apostó el año pasado por privilegiar una discusión técnica con los privados en las reformas tributaria y de pensiones, que le sirviera de soporte para luego conseguir los votos y la venia del mundo político.
La calculada estrategia del ministro tuvo un fuerte revés luego de que a principios de marzo pasado la Cámara de Diputados rechazara la idea de legislar la reforma tributaria, lo que asestó la derrota política más dura para Marcel y el equipo económico desde que llegó a Teatinos 120. El esquema en la mente de Marcel, que se derrumbó el miércoles 8 de marzo, apuntaba a lograr un acuerdo en el Senado teniendo como base el pacto a nivel técnico conversado durante meses con el empresariado y que incluía, por ejemplo, eliminar el impuesto al patrimonio de la reforma, entre otros puntos que incomodaban al mundo privado.
El articulador clave de todo ese proceso desde el sector empresarial fue el expresidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Juan Sutil, quien dejó el timón empresarial en manos de Ricardo Mewes, en diciembre del año pasado.
Sin embargo, el trago amargo vivido por el ministro de Hacienda no lo despegó ni un momento en su estrategia de lograr consensuar primero con los empresarios sus reformas antes de entrar a la negociación dura con el mundo político.
“Los empresarios son personas pragmáticas, que más allá de sus ideas políticas, quieren que las cosas se resuelvan. He visto más apertura de los empresarios a buscar soluciones prácticas a los temas de financiamiento fiscal, de reforma previsional, que en algunos sectores políticos”, afirmó el ministro Marcel la semana pasada al DF, lo que provocó incomodidad en algunos parlamentarios de gobierno y oposición.
La nueva dupla en escena
Si bien Sutil dejó la presidencia de la CPCel 15 de diciembre pasado, el mismo comité ejecutivo del mayor gremio empresarial le pidió que siguiera colaborando en un segundo plano para llegar a un acuerdo en las reformas con los ministros Marcel y la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, con quienes había forjado una estrecha relación de confianza.
“Juan cumplió un rol relevante y tuvo muchos acercamientos con el ministro Marcel en materia tributaria. Sin embargo, el escenario cambió tras el rechazo del proyecto en la Cámara y los acuerdos que se lograron en ese momento ya no están en la mesa, como fue subir el impuesto corporativo, por ejemplo. Su rol ya no es el mismo”, afirma una fuente empresarial, quien recuerda las energías y tiempo ocupado por Sutil en la frustrada campaña para llegar al Consejo Constituyente.
Sin embargo, a partir de enero de este año la misión de construir nuevos acuerdos con el gobierno la asumieron Ricardo Mewes y la vicepresidenta de la CPC, Susana Jiménez,quien fue ministra de Energía de la segunda administración de Sebastián Piñera y es consejera de Sofofa.
Fue en ese momento que el gremio decidió crear una Comisión de Pensiones, que se encargará del análisis de las propuestas previsionales que estaban en la mesa de negociación con el gobierno. El grupo está integrado por los exsuperintendente de Pensiones Alejandro Ferreiro y Guillermo Larraín, las economistas Cecilia Cifuentes, Elisa Cabezón (Pivotes) e Ingrid Jones (LyD); la consejera de la Sofofa, Andrea Tokman, y la exministra del Trabajo, María José Zaldívar, entre otros. El exministro de Hacienda Rodrigo Valdés también integró el grupo hasta antes de ser nombrado como director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMIen marzo pasado.
“Es un grupo bien transversal y que se reúne cada un mes aproximadamente”, afirma una ejecutivo que participa en las reuniones de la comisión.
A este grupo, que es encabezado por Susana Jiménez, se suma la Comisión Tributaria, cuyo rol es más antiguo y profundo. “No sólo analiza los temas en discusión pública, sino también hace propuestas. Ellos también son contrapartes en la negociación con el gobierno”, destaca uno de sus integrantes. La Comisión, que se reúne varias veces al mes, es presidida por el abogado Christian Blanche y está integrada también por Luis Felipe Ocampo, Christian Aste, Loreto Pelegrí y Mario Silva, entre otros.
Las líneas rojas y el tejo pasado
Aunque el empresariado evita ahondar sobre detalles de las negociaciones y los lugares que frecuentan para conversar con los ministros, cercanos al mundo privado confidencian que en los últimos meses esas reuniones se han intensificado, especialmente para tratar el proyecto de pensiones.
Una fuente oficialista recuerda el encendido debate en una reciente reunión entre la CPCy la dupla integrada por la ministra Jara y su subsecretario de Previsión Social, Christian Larraín, quien renunció a su cargo este viernes. “En general, son diálogos bastante cordiales, pero en esa reunión hubo un encendido, aunque respetuoso debate entre Larraín y Susana Jiménez. Ambos son economistas y se manejan muy bien a nivel técnico”, relata una fuente que estuvo en la reunión y que revela que los contactos han sido múltiples para tratar el tema.
“La incorporación de Susana Jiménez a las negociaciones con el gobierno ha sido un gran aporte a nivel técnico. Hacen muy buena dupla con Ricardo Mewes”, añade otra fuente gremial, quien destaca las habilidades como negociadora de la ministra Jara.
Los empresarios entienden que las reformas planteadas por el gobierno tienen un gran “tejo pasado”, por lo cual la estrategia de los privados ha sido poner inmediatamente “líneas rojas” en cada reunión, como privilegiar el crecimiento económico y las certezas jurídicas.
“Muchas veces es más difícil negociar con el ministro Marcel que con la ministra Jara. Hay posturas corporales y faciales que hacen difícil ‘leer’ a Marcel en una negociación; es una persona muy seria”, relata un cercano a las conversaciones, quien destaca la solidez técnica del ministro.
La semana pasada el ministro de Hacienda se reunió públicamente con la cúpula de la CPCen la sede gremial donde se analizaron las reformas.
En el seno del mundo empresarial creen que hoy se está más cerca de llegar a un acuerdo en materia previsional que en el proyecto tributario. “Hay más consenso entre los privados que la reforma previsional es más urgente y necesaria. En cambio, en la tributaria han variado mucho los montos de recaudación y Hacienda ha modificado varias veces los destinos de los recursos. Eso ha despertado las dudas sobre su conveniencia”, sostiene una fuente empresarial.
Pero la misma fuente del mundo privado va más allá y cree que tanto el gobierno como los empresarios están proclives a llegar a un acuerdo con prontitud en las reformas. “Aunque tienen razones distintas para llegar a un acuerdo, ambos lados quieren cerrar los temas pronto. Mientras los empresarios quieren terminar con la incertidumbre y retomar las certezas en sus negocios, el gobierno está urgido por mostrar logros políticos y repuntar en su aprobación ciudadana”, explica.
La incomodidad parlamentaria
Fue la propia ministra del Trabajo la que este lunes reafirmó su postura de conversar y buscar consensos con el mundo privado en materia de reformas. “El momento de los acuerdos llegó. Esta semana siguen trabajando los equipos del Ministerio del Trabajo, Dipres y Hacienda, para ir modelando alternativas y nos vamos a reunir con los empleadores, especialmente con el presidente de la CPC, por esta misma temática”, sostuvo Jeannette Jara sobre las conversaciones en materia previsional.
Sin embargo, tanto las palabras de Marcel como Jara de conversar en primera instancia con los empresarios, han despertado malestar en el mundo parlamentario, quienes insisten en que los proyectos de ley sólo se negocian en el Congreso.
El senador de Renovación Nacional (RN) Rodrigo Galilea explicita la molestia de algunos legisladores. “El gobierno en su calidad de colegislador puede y debe conversar con todo el mundo, pero no debe confundir nunca que las leyes se presentan y se negocian en un solo lugar: el Congreso Nacional. Si el gobierno cree que porque llegó a un acuerdo con un grupo de empresarios avanzó mucho, está cometiendo un error”, sostiene a Pulso el senador RN, quien es sindicado por muchos como un actor clave en la oposición para dar viabilidad a las reformas.
Conscientes de que la molestia comenzaba a expandirse entre los parlamentarios, el propio presidente de la CPC, Ricardo Mewes, puso “paños fríos” a las conversaciones entre el gobierno y los empresarios por las reformas esta semana. El timonel empresarial dijo que el llamado de la ministra Jara del lunes a propósito de la reforma de pensiones también debe incluir al mundo político. “Ellos son los que van a votar en definitiva”, afirmó Mewes a Radio Duna.
“Desde que se inició esta discusión, planteamos nuestra voluntad y pusimos nuestros equipos técnicos para avanzar en un acuerdo. Hoy día esperamos que el ministro (Marcel) pueda llegar a un pacto tributario con los parlamentarios. Aquí tiene que trabajar directamente con el Senado para ver si una propuesta tributaria nueva les hace sentido o no a los parlamentarios. El ministro tiene que conversar con ellos. Nosotros pusimos ya hace un tiempo todo nuestro aporte técnico”, añadió el dirigente gremial en la misma oportunidad.
En el seno del empresariado reconocen que para el gobierno es menos traumático negociar en primera instancia con los privados, dada la rebeldía que ha caracterizado al mundo parlamentario en el último tiempo, pero insisten en que no están llanos a aprobar una reforma mala para el país.
“No somos los tontos útiles y no estamos disponibles para un acuerdo que no sea bueno para el país”, concluye una alta fuente empresarial.
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