Mercado de Renta Fija local en la mirada del 2019
Transcurridos ya los tres primeros meses de 2019, las expectativas se vuelven algo más negativas en el plano local e internacional. Sin embargo, es probable que veamos un crecimiento en la emisión de deuda corporativa que supere a los montos de 2018.
Cuando a fines de 2018 las expectativas mostraban una franca mejoría local, esperábamos un mayor crecimiento de la inversión en Chile y por ende mayor actividad en la emisión de deuda (entre otras fuentes) para financiar esas nuevas inversiones. Y las condiciones de la macro, del mercado internacional, la liquidez, y los temas estructurales de la economía local nos hacían pensar que, de haber alzas de tasas, serían acotadas.
Un escenario que, en general, no era compartido por la mayoría de los analistas que esperaban un ciclo alcista todavía más pronunciado; sin embargo nos quedamos cortos en las expectativas. En los últimos meses hemos visto correcciones a la baja en los niveles de tasas locales, externas y ajustes en los spreads, en una dinámica que por ahora no parece detenerse.
Las tasas de los BCU 5, 10 y 20 ha caído cerca de 35 bps entre diciembre 2018 y la última semana; la inflación implícita a 5 y 10 años está cerca 2,75%, 25 puntos por debajo del objetivo del Banco Central. Los spreads de las diferentes categorías de riesgo han caído y hoy no se observan diferencias relevantes entre los rating de los distintos emisores.
Transcurridos ya los tres primeros meses de 2019, las expectativas se vuelven algo más negativas en el plano local e internacional. Recientemente el Banco Central corrigió a la baja sus expectativas de crecimiento del PIB. Sin embargo, es probable que veamos un crecimiento en la emisión de deuda corporativa que supere a los montos de 2018.
Seguimos pensando que, dadas las condiciones de la macro, los flujos esperados, las condiciones del mercado internacional y el desbalance estructural provocado por un exceso de liquidez y poca oferta de activos, veremos acotadas alzas tanto en la curva base como en los spreads de la curva de plazos.
Todo lo anterior exige, por parte de las empresas, flexibilidad para ir adaptándose a las velocidades con que cambia el mundo y sus condiciones. La importancia de estar "fit" en la estructura financiera y tener la capacidad para responder de forma rápida a los cambios del ambiente local e internacional, y sobre todo, tener la carga financiera bien distribuida para evitar ser "arrastrado" por el mercado y ser un emisor atractivo, capaz de aprovechar las condiciones que hoy existen para financiarse, tanto en deuda local como internacional.
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