Ministro del Trabajo: "Populista sería rebajar la jornada sin medir el impacto en el empleo"
El secretario de Estado defiende la nueva jornada laboral de 41 horas promedio y afirma que para definir la gradualidad "se deben estimar todos los costos". Sostuvo que la principal diferencia con el proyecto de oposición es la flexibilidad.
Sorpresa causó el anuncio que hizo el jueves el gobierno. Es que la propuesta de rebajar gradualmente a 41 horas promedio la jornada obligatoria no dejó indiferente a nadie, ya que la lectura que se tuvo fue que con esta modificación el gobierno quiso frenar el proyecto de los diputados de oposición que busca reducir de 45 a 40 las horas obligatorias.
Las críticas a la nueva propuesta no se dejaron esperar, especialmente del empresariado, que alertó por el efecto en el empleo. Desde el gobierno, el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, salió al paso de eso reparos señalando que la implementación será bien pensada y, por ello, no tendrá efectos negativos en el mercado laboral.
¿Qué tan parecido es su proyecto al de Camila Vallejo?
-Si bien es cierto ambos proyectos comparten el objetivo final, que es mejorar la calidad de vida del trabajador, evitando jornadas tediosas que hacen compleja la compatibilidad del trabajo y la familia, tienen diferencias importantes en los caminos que se proponen. Esto, porque un proyecto se centra solo en rebajar las horas de trabajo, manteniendo rígida la jornada, mientras que el nuestro reduce horas, pero promueve la necesaria flexibilidad.
Si el proyecto de la oposición no hubiera irrumpido y ganado terreno en el debate público, ¿qué tan probable es que ustedes hayan ingresado esta indicación?
-Definitivamente, el Presidente Piñera ha defendido desde su primer mandato hasta la fecha la flexibilidad laboral, para permitir que la jornada sea más compatible con cada trabajador.
¿Por qué, entonces, no se avanzó de inmediato con esta propuesta?
-Desde el primer momento que ingresó el proyecto establecimos una jornada de 180 horas mensuales que equivale a 41 horas promedio a la semana. Lo que hacemos ahora es ser consistente con la propuesta anterior. Si hay algo que nuestra iniciativa ha tenido es que la rebaja de jornada debe hacerse con adaptabilidad, para que los trabajadores puedan adaptar la jornada a su vida y a la realidad de los ciclos productivos de la empresa.
Pero ahora, a diferencia de la anterior, se hace obligatoria...
-Esto garantizará a los trabajadores una reducción efectiva de jornadas y también la flexibilidad indispensable para que éstas puedan adaptarse a la realidad de cada empresa y cada trabajador.
¿El apoyo que entregaron algunos parlamentarios de RN al proyecto de Camila Vallejo forzó al gobierno a hacer este cambio?
-Los tres parlamentarios que apoyaron el proyecto de la oposición lo hicieron condicionándolo a que la rebaja tenga la adecuada flexibilidad. Ahora estarán apoyando nuestro proyecto. Además, ellos mismos han convocado, y me hago eco de ese llamado, para que los parlamentaros del PC se abran a terminar con la rigidez del código actual.
Otra de las críticas que se ha escuchado es que este giro se dio por lo que mostraban las encuestas, ¿ha sido populista el gobierno?
-El populismo no tiene cabida en este gobierno, sino que todo lo contrario. Desde el primer día planteamos una rebaja de jornada, y siempre hemos dicho que debe ser con flexibilidad y eso no ha cambiado. Chile no será país desarrollado si se mantiene con una jornada rígida. Nuestra propuesta es todo lo contrario al populismo. Populista sería rebajar una jornada sin medir el impacto en el empleo y sin pensar en los cambios del mercado laboral a futuro.
Algunos empresarios criticaron la propuesta señalando que afectará el empleo y aumentará los costos, ¿cuál es su visión al respecto?
- Todo lo contrario, el proyecto no solo cuida el empleo, sino que va a crear del orden de 300 mil nuevos puestos de trabajo. Además, cada vez serán más los trabajos que aparecerán en horarios distintos y, si el Código del Trabajo no lo reconoce, vamos a perder dichas oportunidades o fomentar la informalidad y eso es lo que no queremos.
Entonces ¿los empresarios que critican no entienden bien la fórmula?
-En relación a la jornada de trabajo, hemos recogido las mejores propuestas y estándares Ocde. En todos los países se han establecido que tengan un máximo promedio para que no tengamos que asumir costos extras. Esto permitirá mejorar la productividad, ya que hay muchas horas en donde el trabajador no está produciendo, se queda en su lugar de trabajo a cumplir horario en lugar de irse a su casa y disfrutar de su familia.
Se dijo que la implementación será gradual, ¿se tiene definida la gradualidad?
-En esto quiero ser claro, no se trata de establecer gradualidades discrecionales o improvisadas. Para implementar una propuesta de esta naturaleza, sin que afecte el empleo ni a las pymes, se deben estimar todos los costos y antecedentes que se requiera. La gradualidad que vamos a proponer será en base a fundamentos objetivos sobre la realidad del empleo de nuestro país, teniendo en consideración todas las reformas que estamos realizando.
¿Qué pasará con las otras dos modalidades: 4x3 y la jornada de 180 horas mensuales? ¿Se mantienen? O, cuando esté en régimen la nueva jornada ordinaria de 41 horas promedio, ¿las otras alternativas desaparecerán?
-Se mantienen como alternativa y el trabajador la podrá acordar como opción a la jornada ordinaria que hemos planteado.
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