Ni Trump, ni el BCE ni la Fed evitaron la peor caída bursátil desde 1987
Mientras la recesión aumenta de probabilidad a nivel mundial, las autoridades buscan tomar medidas para controlar la propagación del coronavirus, así como también para evitar el impacto en la actividad y en los mercados. No ha sido suficiente.
Como siempre, cuando las expectativas son elevadas y la realidad no se alinea con ellas, la decepción es grande. Y eso ocurrió este jueves en los mercados, en medio de crecientes pronósticos de recesión.
Primero, la decepción marcó la reacción de los inversionistas a nivel mundial desde las primeras operaciones de Asia, luego de que el presidente Donald Trump anunciara que bloqueaba la llegada de extranjeros provenientes de Europa por 30 días. Las aerolíneas del mundo, incluida la chilena Latam, fueron los más damnificados.
Luego, el Banco Central Europeo desplegó nuevas medidas (nuevos préstamos a los bancos, concederá instrumentos de liquidez ya pactados a tasas aún más favorables e incrementará temporalmente sus compras de activos para sostener a la actividad económica), pero ello tampoco calmó los temores. Incluso Wall Street tuvo que detener las transacciones a poco andar del comienzo de la jornada, pues ya retrocedía 7%.
La trayectoria bajista de las acciones, tenía su contracara con las monedas. El dólar se fortalecía sin encontrar un muro de contención.
Solo hubo algo de alivio cuando la Reserva Federal adoptó nuevas medidas para enfrentar la menor liquidez producto de la pandemia, pero que al poco andar se diluyó.
Acciones en rojo
Así, las acciones estadounidenses cayeron registraron su peor caída diaria desde 1987 (Black Monday), ya que los inversionistas señalaron que las extraordinarias medidas de compra de bonos de la Reserva Federal y las propuestas económicas de Donald Trump no serán suficientes para contrarrestar el impacto económico del coronavirus.
Los tres principales indicadores de renta variable de EE. UU. cayeron más del 9%, con el Dow Jones y el S&P 500 en un desplome histórico. La caída de las acciones fue mundial, con un índice de referencia de Europa que bajó un 11% en una disminución récord. El Ibovespa de Brasil cayó hasta 20% en un punto, extendiendo la pérdida de este año a casi el 50% en términos de dólares. El indicador principal de Canadá tuvo un descuento de más del 12%, su peor día desde 1940. En Chile, el IPSA se contrajo sobre 6% en la jornada.
El S&P 500 ingresó a un mercado bajista, eliminando todas sus ganancias desde finales de 2018. Ahora los inversionistas están tratando de adivinar la efectividad de las medidas de las autoridades para frenar la propagación del coronavirus y limitar su daño económico.
“Los mercados probablemente necesiten más. Más innovación de los bancos centrales, ayuda más específica para las partes más vulnerables de la economía, y la acción de las autoridades fiscales para evitar que este choque transitorio se convierta en una crisis de insolvencia más prolongada “, dijo Seema Shah, estratega de inversiones globales para Principal Global Inversores. “La emoción ahora está conduciendo los mercados”.
Bonos y materias primas. Los rendimientos del Tesoro a diez años borraron las caídas y subieron más a medida que la promesa de los responsables políticos de US$ 1,5 billones (americanos) en liquidez recordó la relajación cuantitativa utilizada durante la crisis financiera.
El petróleo y los metales preciosos cayeron, y el paladio entró en un mercado bajista al caer más del 20% el jueves.
El crudo WTI se contrajo 4,49% hasta los US$31,5 por barril, cerca del piso alcanzado esta semana luego de que se conociera el quiebre de las conversaciones entre Arabia Saudita y Rusia.
Cobre cerró en US$2,44, con un retroceso diario de 2,98%, acumulando durante 2020 un deterioro de 12,5%.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.