¿Nueva crisis en el horizonte?
No necesariamente se materializarán los pronósticos de recesión, pero la prudencia indica que el país debe estar preparado en la eventualidad que se concrete. Es necesario retomar la responsabilidad fiscal.
A 10 años desde la caída de Lehman Brothers muchos análisis se han concentrado en las lecciones de la gran recesión y si estamos mejor preparados que antes para enfrentar un escenario adverso. En general, las conclusiones apuntan a que la regulación avanzó en el sentido correcto, aunque no es garantía de que no vuelva a pasar una crisis económica mundial. De hecho, en este mismo contexto, varios economistas y bancos de inversión han mencionado que 2020 puede ser el año de una nueva recesión.
"En 2020 estarán dadas las condiciones para una crisis financiera, seguida de una recesión global", sostuvo Nouriel Roubini, el "gurú" de las finanzas que tiene a su haber que fue uno de los que predijo la crisis de 2008. JPMorgan indicó en una nota que "pese a que el 2020 parece más probable que el 2019 para el comienzo de la próxima recesión, es probable que estemos a la defensiva más temprano".
Son varios los factores que indican que es factible presenciar una recesión. Quizás la más relevante es que se está viendo una economía estadounidense con riesgos de sobrecalentarse, dado el bajo nivel de empleo y un dinámico crecimiento económico.
Ello podría obligar a la Reserva Federal a acelerar su proceso de normalización monetaria o volverse más agresiva, lo que implicaría que se invierta la curva del bono del Tesoro, dañando la creación de crédito.
En ese cuadro el dólar podría apreciarse a nivel mundial, lo que repercutiría en los países emergentes, en especial a los más débiles como Turquía y Argentina. A ello se agrega la posibilidad de que el estímulo fiscal en Estados Unidos empiece a moderarse y que la escalada arancelaria entre EEUU y China tenga consecuencias en la economía real.
Si bien estas predicciones no necesariamente se concretarán, obliga a a estar preparados. Como país es momento de retomar el orden de las finanzas públicas, para lo cual se requiere un nivel importante de austeridad, y estimular el crecimiento de largo plazo.
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