Problemas de confianza al otro lado de la cordillera

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El Presidente Macri.

Lamentablemente, el plan económico inicial se fue desdibujando a medida que la "política" empezó a ser más relevante.


Pocos días faltaban para terminar 2017, y una conferencia de prensa en Argentina que buscaba dar señal de coordinación entre el gobierno y el Banco Central, fue la semilla de la desconfianza del mercado. Las principales autoridades económicas del gobierno de Macri junto con el presidente del Banco Central informaron que el gobierno relajó la meta de inflación al fijarla en 15% para 2018 (desde 8%-12%), lo que permitía al Banco Central bajar la tasa de interés, con el fin de apuntalar la economía.

Fue en ese instante que el mercado percibió que la falta de independencia del Banco Central era una realidad, y que todo el esfuerzo inicial por recuperar la credibilidad en las cifras y metas del país empezaban a relajarse. A esa altura, ya se habían ido varios economistas relevantes del equipo.

Los inversionistas poniendo en duda todo lo avanzado por Macri, una guerra comercial que ponía presión al dólar a nivel global (y a todos los mercados emergentes), y la fijación de un nuevo impuesto para las ganancias de capital de las Lebacs (letras argentinas) en abril, fue la combinación perfecta para que los inversionistas decidieran alejarse de un mercado que ya no les daba confianza. Ahora el gran déficit fiscal parecía tener más peso.

Como consecuencia, la moneda local se depreció fuertemente a mínimos históricos, hasta hablar de crisis cambiaria.

Así, en lugar de bajar la tasa de interés, el Banco Central se vio obligado a subir las tasas. Ya va en 60%, la más alta del mundo. Su economía se enfrió a tal punto que decreció y se espera que la recesión llegue hasta el próximo año. La ayuda comprometida parece solo aliviar de manera momentánea la desconfianza de los inversionistas.

La situación transandina es preocupante y se mantendrá por un tiempo prolongado. Lamentablemente, el plan económico inicial se fue desdibujando a medida que la "política" empezó a ser más relevante. El corto plazo pareció ser más importante que el largo plazo. Se borraron los límites de las entidades que debiera tener más autonomía. En definitiva, cuando el gobierno de Macri se alejó de las políticas públicas basadas en un fundamento económico, se minó la confianza, y las consecuencias recién se empiezan a ver.P

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