Quién es el nuevo mandamás del TDLC
Nicolás Rojas Covarrubias conoce de cerca el tribunal. Fue por cuatro años ministro suplente. Y si bien siempre priorizó la vida académica, ahora optó por transar esa determinación. Músico autodidacta con tres discos a su haber, reservado y conciliador, llega al TDLC con el desafío de acelerar sus fallos. “No tengo una posición tan fuerte respecto a si sólo la FNE debe tener la acción penal”, señala frente al debate constitucional.
Se han ido reuniendo uno a uno. El jueves, Nicolás Rojas Covarrubias (45 años, casado, tres hijos) cumplió una semana como presidente del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC). Siete días antes, el Presidente Gabriel Boric lo había nombrado titular del organismo en reemplazo de Enrique Vergara. Rojas, así, se convirtió en el presidente más joven en asumir.
Desde ese día, las reuniones no se han detenido. Ya se ha juntado con todos los ministros -conocía a la gran mayoría, con excepción del economista Ricardo Paredes y los ministros suplentes- y ha ido avanzando en paralelo con todo el personal del organismo. Estima que las conversaciones terminarán a comienzos de la próxima semana. Quiere tener una mirada amplia del sentir de los funcionarios sobre el Tribunal y de los aspectos a mejorar. “En general la gente está muy motivada y muy contenta de trabajar acá, y eso me ha sorprendido muy gratamente”, señala a Pulso. Destrabar el gran número de sentencias pendientes será una de las prioridades. “Eso implica revisar bien cómo son todos los procesos internos, que es un trabajo que ya había empezado el presidente Vergara para ver cómo podemos hacer más eficiente la labor, y revisar dónde se está gastando tiempo que no es necesario o cómo aprovechar mejor las distintas competencias que tienen los profesionales de acá”.
Rojas dice que serán pocas las causas en las que se tendrá que inhabilitar, dado que lleva varios años abocado a la academia y no a los litigios. Las más relevantes serán aquellas en las esté involucrada Walmart, por una asesoría que le hizo hace algunos años. Este viernes, Rojas se inhabilitó en una causa que involucra a la supermercadista.
La importancia de la U. de Chile
Siempre supo que las carreras humanistas serían lo suyo. Nicolás Rojas nació en un entorno de abogados. Su padre, Sergio, un jurista especializado en procesos comerciales, permeó no sólo al nuevo presidente del TDLC, sino también a su único hermano: ambos siguieron la ruta del Derecho.
Estudiante del colegio La Salle y amante de los libros de historia, a fines de los 90 concretó su segunda convicción. Tenía claro que su camino era lo humanista, pero también que estudiaría en la Universidad de Chile. Fue su primera y única opción. Su máxima cercanía a esa casa de estudios era su pasión por el equipo de fútbol de la U.
En la casa de Bello conoció a quien sería su primer jefe: Enrique Barros, expresidente del CEP y del Colegio de Abogados. Cercanos a Rojas aseguran que lo marcó profundamente... más que mal fue su profesor de Derecho Civil, ramo que atravesaba los primeros cuatro años de carrera. En quinto, sería el profesor de Derechos Humanos, el fallecido José Zalaquett, otra de sus grandes influencias.
Si bien la carrera era eminentemente teórica, había un ramo más práctico, casuístico: Derecho Económico. El profesor Luis Montt repasaba y analizada los fallos de la Comisión Resolutiva Antimonopolios, órgano que en 2003 se transformaría en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. Fue compañero de universidad de los abogados Paulo Montt, Mario Yvar, José Miguel Huerta, entre otros.
Y gracias al profesor Montt se vinculó con la libre competencia, a tal punto que en 2002 ingresó al antiguo estudio Barros, Court & Correa -luego sería Barros, Letelier y González-, invitado por Enrique Barros.
“Nicolás fue uno de los mejores alumnos de su generación en Derecho Civil. Luego fue ayudante y lo invité a trabajar conmigo en materias de libre competencia, donde entonces tenía intensa actividad profesional, y en opiniones legales”, recuerdas Barros.
En 2006 partiría a Nueva York a hacer un magíster en Columbia. Al volver, retomaría sus labores con Barros, incluso harían un curso en conjunto en un ciclo de Derecho Civil, hasta que decidió priorizar las clases.
“Cuando iba a ser socio, decidió dedicarse a la academia”, recuerda Barros.
El análisis tras esta decisión -señalan personas que conocen al nuevo presidente del TDLC- radicó en su deseo de tener tiempo. Tenía una guagua pequeña y la vida de abogado corporativo era muy dura. “Quería que su vida no sólo se redujera al trabajo”, indica un conocedor. A ello se sumó su real interés por hacer clases. “Tiene una personalidad pedagoga”, dice un cercano. Creó un Twitter para comunicarse con sus estudiantes. “Solo cuestiones relacionadas con el curso”, se lee en la descripción.
Estuvo cuatro años con jornada de medio tiempo, a cargo de cátedras de Derecho Civil, mientras paulatinamente iba dejando el estudio de abogado. En ese mismo lapso asumió como investigador senior -luego sería su director- del Centro de Regulación y Competencia de la Chile (RegCom). Si bien estuvo en la universidad los mismos años que estudió el Presidente Gabriel Boric, no le hizo clases. Lo vio sólo un par de veces en la facultad.
En abril de 2015, Davor Harasic fue nombrado como decano de la Facultad de Derecho. Y el 6 de mayo, Rojas asumió como subdirector de Escuela de Pregrado. Tras la renuncia de Harasic en 2018, luego de la ‘toma feminista’, Rojas llegó a la dirección de manera interina. Ya estaba radicado cien por ciento en la universidad... o casi.
Calificado como una persona reservada, más bien tímida, mesurada, y buena para trabajar en equipo, siempre había mostrado interés por desempeñarse en el TDLC. Conocía a varios miembros. Y tenía también una gran ventaja: no era de dedicación exclusiva, por ende, podría seguir en su adorada U. de Chile. Postuló para el cargo de ministro abogado suplente. En 2017 fue nombrado. Estaría ahí hasta 2020.
Según datos recopilados por el Centro de Competencia (CeCo) de la UAI, durante su permanencia en el TDLC Rojas participó en al menos siete decisiones: entre ellas, el expediente de recomendación normativa sobre restricciones verticales en el mercado eléctrico, o la consulta de Watt’s sobre las condiciones de recepción y compra de leche fresca. En esta última -se lee en CeCo-, Rojas fue parte de un voto de prevención junto a la ministra María de la Luz Domper, en el que advirtieron de los límites de las atribuciones del TDLC a la hora de resolver consultas. Apuntaban a no regular mercados en general, sino solo afectar a sujetos obligados por la sentencia previa, cuya modificación se discutía en la consulta.
En 2020, postuló para ser ministro titular, sin embargo, fue designado Jaime Barahona. Volvió cien por ciento a la universidad.
En el intertanto, partió con Proyecto Vigía, un portal de académicos de Derecho Privado para analizar y difundir sentencias dictadas por la Corte Suprema en materia de Derecho Privado Patrimonial, para generar una base de datos amplia y gratuita.
La pasión por la música
En 1998 se creó Pez Blanco. En la búsqueda de un sonido influenciado por The Beatles, Pink Floyd y Spinetta, los amigos Carlos Sanguinetti, Paolo Ezquerra, José Marcos y Nicolás Rojas crearon esa banda de música. Rojas tocaba bajo y cantaba; una pasión autodidacta que aprendió de chico. En 2003, la banda sacó su primer disco -Pez Blanco- y en 2011, vino el segundo, En Curso.
Si antes de la pandemia se reunían y ensayaban, con la crisis sanitaria esa frecuencia se redujo, lo que no impidió que Rojas siguiera adelante con la música. Desde su casa grabó un disco solista, Cristales, que hoy está en Spotify.
El economista Jorge Hermann conoció a Nicolás Rojas cuando postularon como suplentes al TDLC. El primero entró como economista, y el segundo, como abogado. Lo describe como un hombre de la casa. Rojas era el único de la quina propuesta para presidir el Tribunal que tenía experiencia previa en el organismo. “No había ninguno como él que conociera las cosas positivas y las falencias o debilidades del tribunal”, señala. Agrega que lo más urgente es acelerar las sentencias. “Nunca antes se le ha generado un taco tan grande de fallos por sacar”, subraya. La pandemia retrasó todos los procesos.
Rojas -según varios contactados- tiene experiencia en redacción de fallos, procedimental, derecho civil y regulación de libre competencia. “Fue director de Facultad de la U de Chile, por ende, tiene experiencia en gestión. Y mejorar los tiempos de resolución probablemente va a requerir que se tomen decisiones de gestión importantes como crear una segunda sala”, añade el ex TDLC Jaime Velozo. “Mi opinión de él es la mejor”, añade.
La vida académica de la Chile, del decanato, se volvió más solitaria. La experiencia -dicen conocedores de Rojas- ya no era la misma que había tenido antes de la pandemia. Y ese fue uno de los impulsos que lo hizo mirar nuevamente al TDLC... ahora, a un cargo de dedicación exclusiva.
Compitió con el director del RegCom, Francisco Agüero; el socio del Estudio Lewin, Fernando Araya; el profesor de la Usach, Ernesto Ravera; el ministro del Tribunal de Propiedad Industrial, Marco Arellano, y Óscar Torres, socio de Torres & Loyola Abogados. Ganó Rojas.
“El Presidente Boric designó a un gran profesional. Es riguroso y prudente y tiene experiencia académica y de práctica privada, lo que es una muy buena combinación de cualidades para enfrentar el desafío de encabezar el TDLC”, subraya el socio de Carey, Claudio Lizana.
Ahora será Nicolás Rojas el que, además, deba encabezar un eventual cambio constitucional. Por ahora prefiere no adelantarse: “Es difícil hacer un análisis en este momento porque no tenemos un texto final, estamos esperando lo que resulte para poder tener una opinión. Creo, eso sí, que es bien significativo que la libre competencia pase a ser una disposición constitucional.
Hasta antes de su designación, Nicolás Rojas tenía cerca de 44 horas en la Universidad de Chile. Ahora, el cargo sólo le permitirá mantener doce horas semanales.
Algunas definiciones
Retraso en las sentencias del TDLC
“Hay sentencias que se han tomado mucho tiempo para su dictación, pero creo que eso se debe fundamentalmente a un incremento del número de causas del tribunal. Hay, también, situaciones derivadas de la pandemia. Se activaron muchos términos probatorios al mismo tiempo”.
Forma de acelerar los fallos
“Hay que revisar bien cómo son los procesos internos para ver cómo podemos hacer más eficiente la labor. Además, vamos a hacer un análisis de cómo se están haciendo las sentencias, no sólo en términos de fondo, sino también en términos de redacción, para ver si estamos dedicándole más tiempo a cosas que pueden hacer que la decisión no sea tan directa”.
Nueva Constitución
“Es difícil hacer un análisis en este momento porque no tenemos un texto final, pero creo que es bien significativo que la libre competencia pase a ser una disposición constitucional, y eso debiera redundar en permear un poco la interpretación de las normas. Pero en lo demás, creo que todavía estamos a la espera”.
Posibles cambios en el TDLC con la CC
“El sistema de protección de la competencia chileno es muy bueno. Puede haber correcciones que uno pueda realizar en el tema de la celeridad de la sentencia, pero más allá de eso, está bien conformado, tiene un nivel profesional bien alto. Las instituciones chilenas de competencia están muy bien evaluadas. Y es un valor para el país que el sistema funcione”.
Delación compensada y acción penal
“Hay que esperar la redacción de la norma. La delación compensada es un instrumento indispensable para la lucha contra los carteles y uno esperaría que se tomen todas las medidas para combatir eficazmente la colusión. Y el sistema debe ser diseñado para eso. No tengo una posición tan fuerte respecto a si sólo la FNE debe tener la acción penal”.
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