Soy optimista
Es innegable que hace 40 años la seguridad y salud en el trabajo no era una prioridad, y hoy es parte de los pilares estratégicos de prácticamente todas las empresas y entidades de nuestro país. Es por esto que veo las cosas desde otra óptica y me gustaría que más se sumasen a ver Chile con otros ojos.
Veo con optimismo la seguridad social de Chile. Como nunca en la historia de nuestro país se está produciendo una convergencia de distintas reformas en materias de protección, salud y seguridad de los trabajadores de nuestro país, que buscan poner a tono el marco regulatorio con el nuevo contexto, necesidades y urgencias de las personas.
Salud común, jubilaciones, la cobertura a trabajadores independientes, son temas en los que existe consenso en cuanto a la necesidad de mejoras, y donde las personas, gremios, sindicatos, Gobierno y parlamentarios están fijando posición con fuerza, aportando al debate en un proceso de transformación positivo.
En lo que a nuestra gestión concierne, no hemos tenido miedo a desafiarnos para mejorar, avanzando de forma importante en nuestra transformación digital, enfocados en una nueva manera de hacer prevención y así acercarnos a la realidad de las empresas adherentes y a las necesidades de nuestros trabajadores protegidos.
Nos hemos propuesto conectar mucho mejor con la nueva realidad laboral, atendiendo con convicción, de forma concreta, el rol de la mujer en el trabajo, nuevas miradas para la protección laboral de la población adulta, así como también apoyar la inclusión, diversidad y migración, que son los principales desafíos a los que todas las organizaciones nos enfrentamos, y que para nosotros ha representado un importante proceso de cambio.
Es innegable que hace 40 años la seguridad y salud en el trabajo no era una prioridad, y hoy es parte de los pilares estratégicos de prácticamente todas las empresas y entidades de nuestro país. Es por esto que veo las cosas desde otra óptica y me gustaría que más se sumasen a ver Chile con otros ojos. Ser diferentes frente a tantos que semanalmente escriben columnas, cartas al director o publican tweets mostrando una realidad desgraciada y poco alegre.
La seguridad laboral es un derecho intransable y hoy tenemos la madurez de poder discutir y plantear la necesidad de reformar y mejorar, en un trabajo conjunto entre las mismas empresas y sus trabajadores, logrando aplicar prácticas y valores internos que implican ir más allá de lo que exige la ley.
Como Mutual de Seguridad nos alegra ver que los esfuerzos mancomunados se centran en la prevención de accidentes, no en la gestión de los mismos, invirtiendo y apostando en cultura de seguridad, capacitándonos en competencias e innovación, no en construir hospitales y centros de tratamientos. Tengo la convicción que una vez que florezcan las semillas de lo que estamos plantando hoy, habremos avanzado más en las condiciones laborales y bienestar para los trabajadores de nuestro país, sin discriminación alguna.
Y por favor, no confundamos el optimismo para mirar el futuro, con estar conforme. Nos queda mucho por avanzar, para instalar la prevención y la cultura de seguridad, incorporándola también en la educación de nuestros hijos. Presentamos como país una deuda histórica en nuestra convivencia vial, tenemos que reducir de forma rápida la cantidad de personas que año a año se accidentan o incluso mueren en nuestras calles, con todos los impactos que produce, el dolor, el impacto económico familiar y el costo cercano al 2% del PIB nacional.
Como Mutual de Seguridad creemos que como país es posible seguir mejorando, el camino parece estar claro y hay compromiso con recorrerlo, Con el esfuerzo conjunto de todos, empresarios, trabajadores, parlamentarios y el gobierno mismo, tengo certeza que podemos avanzar en una mejor calidad de vida y así construir una seguridad social acorde al país que queremos ser.
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