Telepandemia
"La pandemia nos ha traído muchos aprendizajes y nos ha enseñado a hacer las cosas de otras formas. Aprovechemos esta enseñanza para adaptar la forma en que trabajamos, apuntando a una más productiva y también más flexible."
Antes de la pandemia solo el 1,5% de los trabajadores teletrabajan en Chile. Durante el peak de la pandemia, en junio del año pasado 36.8% de las empresas lo habían implementado. Eso sí, cuando el paso a paso empezó a avanzar ese número volvió a disminuir a un 18.4%. Es decir, muchas organizaciones quisieron volver a lo conocido. Ahora bien, lo que hemos vivido desde el 2020 sin poder pilotearlo ha sido algo que podemos llamar Telepandemia.
Tenemos la oportunidad de ver qué elementos podemos rescatar de la telepandemia y cuáles podemos mantener de nuestra antigua forma de trabajar.
Un primer paso, es distinguir en nuestras organizaciones qué trabajos necesariamente son presenciales y cuáles pueden tener “flexibilidad de espacio”, o sea pueden realizarse en otro lugar. La pandemia nos enseñó que muchas más labores de las que creíamos se podían hacer de forma remota. El segundo paso, es tener claro los equilibrios y elementos que impactan la productividad de las personas que van a trabajar en otro lugar.
En el Centro Trabajo y Familia del ESE Business School de la Universidad de los Andes, medimos el impacto del teletrabajo antes y durante la pandemia. Entre varios elementos que influyen me gustaría destacar dos. El primero y muy relevante es el jefe. Las personas que contaban con el apoyo de su superior para teletrabajar, mostraban un nivel de rendimiento del trabajo un 8,2% mayor, la calidad de este aumentaba en un 11,2%, al igual que la energía en un 12,3%. Ellos, hacen una gran diferencia.
El segundo elemento, es que la mayoría de las personas prefería un mix entre el trabajo en la casa y el trabajo en la oficina. Solo un 12% de las personas prefería teletrabajar todos los días y solo un 4% prefería trabajar solo en la oficina. Mientras que el 68% de las personas prefería teletrabajar entre dos y tres días a la semana. Una de las explicaciones para esta combinación era el aislamiento social que produce el teletrabajo, como también la calidad de la relación con los compañeros. Otro punto importante, es que esta mezcla en la forma de realizar las labores se daba bastante estable en los diferentes grupos de edades que medimos.
La pandemia nos ha traído muchos aprendizajes y nos ha enseñado a hacer las cosas de otras formas. Aprovechemos esta enseñanza para adaptar la forma en que trabajamos, apuntando a una más productiva y también más flexible.