Vittorio Corbo y debate por el PIB 2019: "Ahora mi proyección de crecimiento está entre 2,8% y 3,2%"

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El expresidente del Banco Central valida un peor escenario para Chile producto del deterioro externo y del lento avance de las reformas en lo interno. Insta al gobierno a poner el pie en el acelerador en los cambios que no requieren leyes y ve una baja de tasas si las cosas afuera empeoran.


En medio del debate que se ha generado entre las autoridades, economistas y políticos por la proyección de crecimiento de Chile para este año, el expresidente del Banco Central, Vittorio Corbo, se ubica entre quienes advierten que existe un riesgo cierto de que la expansión del PIB en 2019 se ubique por debajo de 3%. La escalada de la guerra comercial afuera, pero también factores internos, apuntan en esa dirección, señala, lo que demanda del gobierno y del resto de los actores un esfuerzo mayor para lograr acuerdos.

El resultado del primer trimestre sorprendió a la baja por el PIB de 1,6% menor a lo esperado, ¿se "chantó" la economía chilena como usted sostuvo en abril?

-Cuando hice esa afirmación fue por las malas cifras del trimestre diciembre-febrero asociada a la gran caída que mostraba la minería por un problema puntual de lluvias en el norte. Eso, más el hecho de que los otros sectores no tuvieron el dinamismo previsto, hizo que en el primer trimestre la economía chilena se contrajera una décima, trimestre contra trimestre anualizado.

Pero desde abril se ha agregado una gran tormenta internacional relacionada con la guerra comercial con China y las amenazas de alza de aranceles a las importaciones de autos y partes de la Unión Europea y Japón, y ahora contra México. El problema de la minería sabía que se iba a revertir, entonces pensaba que Chile iba a crecer en torno al 3,3% este año. Sin embargo, ahora el mundo ha cambiado para peor.

Este mal escenario, ¿responde también a factores internos?

-Así es. Si miramos la actual caída de las expectativas de los empresarios y de los consumidores, esta empezó mucho antes del mayor deterioro externo del último mes y medio. Eso muestra que hay un factor interno importante, porque había expectativas de que íbamos a poder avanzar más rápido en crear un ambiente más favorable a la inversión y al crecimiento. No se ha podido por varias razones, entre ellas, que hay muchas cosas que uno piensa que las puede hacer rápido y después resultan más difíciles.

¿Se refiere a las reformas del gobierno? Se señala que existe una desafección del empresariado, entre otras cosas, por su lento avance.

-Efectivamente, puede haber una desilusión de que en las reformas se avanzó más lento, pero me cuesta pensar que la culpa sea toda del gobierno. Se requieren dos para bailar tango. El gobierno se ha encontrado con una gran oposición en el Congreso.

Pero el presidente de la CPC también dijo esta semana que persiste la falta de certeza jurídica en el país. ¿Puede eso estar afectando la inversión?

-A través de los años se han introducido innumerables regulaciones que han terminado dificultando el proceso de aprobación y ejecución de proyectos. Hay veces que las regulaciones mismas dejan vacíos interpretativos que terminan debilitando la certeza jurídica, aumentando la incertidumbre y afectando a la inversión.

En este escenario, ¿existe el riesgo de que la economía chilena crezca menos de 3% como están advirtiendo algunos economistas?

-Es un escenario que no se puede descartar. Va a depender de cómo se desarrollen los acontecimientos afuera. Si esto sigue en la dirección que ha tomado en las últimas dos semanas, está en riesgo que el crecimiento del mundo pierda más fuerza de lo que pensábamos, especialmente para el año 2020, si bien aún no veo una recesión. En ese caso, el crecimiento de Chile también va a sufrir y podría caer este año bajo el 3%.

De acuerdo a eso, ¿a cuánto recortó su estimación de crecimiento del PIB de Chile para 2019?

-Ahora mi estimación de crecimiento está entre 2,8% y 3,2% para el año.

¿Tiene sentido que el ministro de Hacienda y el Presidente de la República insistan en que la economía va a crecer 3,5%?

-Considero muy poco probable ese número. Tendría que haber un gran cambio afuera que no avizoro, y también adentro, que tampoco lo veo.

El ministro Larraín dijo que dormía tranquilo con ese número. Usted en su lugar, ¿también lo haría?

-No sobredimensionaría eso. Creo que es una forma de mostrar que van a hacer todos los esfuerzos para crecer a esa tasa. Una manera de mover el aparato público en tal dirección.

¿Qué debiera seguir pasando con la guerra comercial?

-Pese a todo el deterioro de la situación en las últimas semanas, sumado ahora México, todavía pienso que existe una probabilidad de mejoría. En 2020 hay elecciones en EEUU y Trump quiere reelegirse, por lo que se va a preocupar si el crecimiento de la economía empieza a resentirse en EEUU. El trimestre pasado creció 3,1% y este segundo trimestre, en cambio, lo haría solo entre 1% y 1,5 %. Por lo mismo, creo que en algún momento Trump va a pactar con el presidente chino. Pero de todas formas, eso solo va a reducir el ruido momentáneamente, porque los problemas entre EEUU y China van mucho más allá de lo comercia. Este es un matrimonio mal avenido y, por lo tanto, seguiremos teniendo momentos de tranquilidad y de turbulencias.

¿Qué tan delicado es entonces este momento para Chile?

-Chile está bastante mejor preparado que muchos países emergentes para navegar en aguas turbulentas. Pero al ser una economía muy abierta, también sufrimos cuando el mar se agita. Como sabemos eso, invertimos mucho en defensas, que son las políticas y la institucionalidad macrofinancieras. Así, Chile tiene buenas defensas frente a la guerra comercial, pero con defensas no se ganan los partidos ni se meten goles.

Entonces, si bien estamos afectados porque el contexto externo se nos echó a perder, a la par con ello no hemos podido avanzar internamente en crear un ambiente más favorable a la inversión y el crecimiento sostenido. En los últimos 5 años retrocedimos mucho en esa área y ha costado sacar los lomos de toro y avanzar en crecimiento inclusivo.

¿Qué implicancias tiene crecer de 3% hacia abajo?

-Habrá una mayor desilusión en la clase media chilena, que tuvo una tremenda mejora en 1986-2014. Ahora esa clase media tiene nuevas demandas, pero eso requiere más crecimiento y mejor gestión. El mayor crecimiento no se baja por internet, hay que hacer un avance importante en productividad. Las reformas del gobierno iban a contribuir en esa dirección. Si postergamos las reformas, a la clase media que esperaba seguir surgiendo, la escalera mecánica se le puede trabar, y eso es un riesgo.

¿Por qué?

-Porque eso incrementa el nivel de molestia de la sociedad, lo que después le abre la puerta al surgimiento de populistas ofreciendo la última solución mágica. Y los países con la última solución mágica terminan como Argentina, que pasó de ser una nación desarrollada a ser una subdesarrollada. Ese es el cuidado que hay que tener.

¿Cuál es el llamado al gobierno y al resto de los agentes en ese sentido?

-Al gobierno es a seguir perseverando en las reformas, siempre y cuando no se desdibujen mucho. Pero al mismo tiempo, a hacer cosas que no requieren de leyes. Mejorar la gestión de la salud no requiere leyes, mejorar y podar procedimientos administrativos tampoco, especialmente dada la revolución de la digital y de la inteligencia artificial. El mensaje al gobierno es: ponga el pie en el acelerador en los cambios que no requieren leyes.

Y a los otros actores…

-Que miremos lo que está pasado afuera y veamos que el mundo se nos ha complicado. Entonces, tratemos de no complicarnos nosotros adicionalmente dentro del país. Este es el momento en que se requiere mucha más colaboración, como cuando los países van a la guerra. Para capear la tormenta externa y seguir creciendo con equidad, ahora hay que colaborar entre las partes.

Qué hará el Banco Central

¿Cómo incidirá este escenario en el próximo IPoM del BC?

-En la parte interna el BC tiene que afinar su mirada, porque atribuyó casi toda la desaceleración a factores transitorios, especialmente en la minería, pero también en la agroindustria, y en electricidad, gas y agua, y puede haber una ralentización que en esos sectores que dure más tiempo. Y en la parte internacional, ahora con mayor fuerza va a reconocer que se ha deteriorado mucho más desde su última RPM.

¿A cuánto cree que ajustará su estimación de crecimiento, de 3%-4%, para el año?

-Hay dos rangos: entre 3% y 3,75%, y entre 2,75% y 3,5%. El más razonable es entre 2,75% y 3,5%.

También el BC va a recalcular la tasa neutral.

-Hoy se sitúa en torno a 4, 25% y creo que la va a reducir a una entorno a 4%.

¿Y cuál debiera ser la señal en política monetaria, tras la RPM de mayo en que ya evaluó una baja de tasas?

-El BC va a dejar más claro que tal vez se requerirá un mayor estímulo. Por eso creo que el mensaje será que la tasa se mantendrá igual hasta avanzado el año, y que dependerá de la evolución del escenario si luego se ajusta hacia arriba o hacia abajo.

¿Eso es pasar a un sesgo neutral o expansivo?

-Aún neutral, pero moviéndose hacia uno expansivo si es necesario.

¿Y será necesario hacer una baja de tasa de aquí a fin de año?

-Con una desaceleración mundial acotada, basta con mantener la tasa donde está y esperar mucho más tiempo para una normalización, hasta avanzado el próximo año. Pero si las cosas afuera se deterioran más, el BC tendrá que bajar las tasas sin ninguna duda.

¿Es compatible bajar tasas con el alza del dólar y su efecto en inflación?

-La inflación subyacente está en torno a 2% y la total en 2%. El aumento del precio de los combustibles y la depreciación cambiaria van a empujar la inflación algo hacia arriba, pero lo preocupante es si esto impacta la inflación subyacente. Además, llevamos mucho tiempo por debajo de la meta y si hay aumentos transitorios, eso debiera servir para anclar mejor las expectativas en torno a 3%. Por último, pasar a precios depreciaciones cambiarias es cada vez más difícil, sobre todo en una economía desacelerada y sujeta a la penetración del comercio digital.

¿Hasta dónde ve subiendo al dólar?

-Depende. Si EEUU con China logran un acuerdo en la reunión del G-20, el tipo de cambio caerá con fuerza bajo $700. Pero si se pasa a una etapa más difícil de la guerra comercial, la moneda podría incluso depreciarse al más. En condiciones más normales el tipo de cambio debiera moverse en torno a $660-$670, pero hoy no es así.

"Desde el punto de vista económico, no tiene mucho sentido excluir a las AFP"

Reforma de Pensiones: "Desde el punto de vista económico, no tiene mucho sentido excluir a las AFP de la administración del 4% extra de cotización. Si no hay espacio político para esto, un segundo mejor es que el ente público propuesto por el gobierno licite la administración de esos recursos. No se requiere una empresa estatal que haga la gestión. Un factor que deberá estar en la discusión, de todas maneras, es que con esta figura pública, si se excluye a las AFP, estamos restringiendo la libertad de elección de los cotizantes. En el caso del 10% original, uno decide a qué AFP envía sus recursos. Hay competencia".

Reforma Tributaria: "Subimos y subimos el impuesto a las empresas, llegando a una tasa por sobre el promedio de los países avanzados. Y eso ha tenido efectos. También pasamos a un sistema semiintegrado en el cual quedó un tremendo impuesto a los emprendedores. ¿Se demoró mucho el gobierno en enviar el proyecto? Algo de eso hay y es una cosa que aprender para el futuro. Ahora, si vamos a terminar con una iniciativa peor de lo que tenemos, no reintegrando totalmente el sistema, es preferible no perseverar. De todos modos, si se toma conciencia de cómo está el mundo hoy, espero que salga algo razonable, mejor que lo que hay".

Reforma Laboral: "La estrategia del gobierno de dividir en tres la reforma y dejar para el final el proyecto sobre negociación colectiva, se decidió así porque de momento no tiene agua en la piscina para este último. Entonces, prefiere avanzar en los otros dos componentes y dejar esto para más adelante. Es una estrategia política que creo tiene sentido, aunque finalmente no me sorprendería que se termine no enviando. En algún momento el país se va a dar cuenta, como lo hizo Francia y los países escandinavos, que para subirse al carro del siglo 21 , dominado por la cuarta revolución industrial, necesitamos un mercado laboral mucho más flexible, de mucha mayor colaboración entre empresas,trabajadores y tecnología.

"La UF es un gran activo. Sería un error eliminarla"

¿Qué opina de la denuncia de una eventual manipulación en el IPC?

-La investigación tiene que llevarse a cabo y ver los resultados de la fiscal. Esto refuerza la idea de que debemos invertir para crear un INE autónomo, con un presupuesto suficiente para tener personal técnico al nivel del ingreso per cápita que posee Chile hoy. Se puede aprender mucho de las entidades estadísticas de países como Australia, Nueva Zelandia y Canadá.

Persisten dudas de si fue una manipulación dolosa o un error técnico. El principal acusado niega un delito.

-Espero que sea lo segundo. Lo otro sería muy grave.

Respecto al proyecto del INE, en el Congreso hay una discusión por el grado de autonomía. A su juicio, ¿es mejor una figura donde el director es designado por el Presidente de la República con o sin aprobación del Congreso?

-Lo mejor es usar un esquema parecido al del Banco Central, donde todos los miembros del Consejo del INE pasen por el Congreso y después el Mandatario elija entre ellos a su timonel. Eso valida y refuerza la institucionalidad.

Dada la alteración del IPC, hay quienes plantean el fin de la UF. ¿Está de acuerdo?

-No. La UF es un tremendo activo y tiene una gran ventaja: los países que no cuentan con la UF, terminan haciendo muchos contratos en dólares para cubrirse contra la inflación. En casos como esos es muy difícil alcanzar una depreciación real cuando se amerita. Un ejemplo es Argentina. En Chile hemos hecho un gran esfuerzo en estabilidad de precios, pero este es un fenómeno solo de las últimas tres décadas y tenemos antes un siglo de inflaciones altas y variables. Entonces, pienso que sería un error eliminar la UF. De hecho, un compañero mío graduado de MIT y Premio Nobel, Robert Shiller, es un gran fan de la UF y tiene una unidad de reajustabilidad similar en su página web.

Entonces, pese a la estabilidad inflacionaria, ¿todavía se justifica mantener la UF?

-Sí, claro, porque la inflación sigue siendo variable. La UF y la reducción gradual de la inflación facilitaron la creación de un mercado de instrumentos a largo plazo, que en otros países no existe, por ejemplo en el tema hipotecario, porque tenemos esta unidad de cuenta que protege de la inflación.

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