PDVSA parece más bien un "cero", según ex-gestor de Elliott
Newman advierte sobre la deuda de la firma venezolana. El ex administrador dijo que podría no tener valor en caso de default, dado que no es dueña del petróleo.
Jay Newman, ex administrador de fondos de cobertura que ayudó al multimillonario Paul Singer a ganar una pelea de 15 años con Argentina, lanza una advertencia a los inversores que tratan de reproducir su éxito en medio del caos que se está desarrollando en Venezuela.
Actualmente retirado de Elliott Management (el fondo de Singer de US$34.000 millones), Newman se basa en su propia experiencia en librar una de las batallas más épicas de la historia de los fondos de cobertura. Al estar a cargo de la inversión de Elliott en la deuda impaga de Argentina desde el comienzo hasta el final, planeó los esfuerzos para hacer efectivo un fallo a favor del reembolso total de los bonos, incluida una búsqueda por todo el mundo de activos estatales para confiscar.
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La opinión generalmente aceptada entre los tenedores de bonos es que resultará mucho más fácil tomar el control de los activos venezolanos, especialmente los de la empresa estatal Petróleos de Venezuela, simplemente porque hay una cantidad mayor diseminada por el mundo. No es tan simple, dice Newman. Los US$30.000 millones de deuda emitida por PDVSA, en realidad, podrían no tener ningún valor en una cesación de pagos, sostiene.
"PDVSA no es dueña del petróleo. Es una especie de amalgama de activos de producción, camiones, oficinas y oleoductos oxidados", dijo Newman desde Nueva York. "El petróleo pertenece al Estado. Si PDVSA se reorganiza conforme a la ley local, los bonos externos podrían valer cero. Los inversores deberían pensar en la posibilidad de que nunca verán demasiado, si es que ven algo, por sus bonos de PDVSA".
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La escasez de efectivo en Venezuela alcanzó un punto crítico. Este mes, el gobierno anunció que reestructuraría su deuda con inversores globales, y posteriormente las compañías calificadoras de riesgo lo consideraron, junto con PDVSA, en cesación de pagos. Una comisión de operadores de instrumentos derivados de crédito e inversores determinó el jueves que las demoras generaban pagos sobre permutas de incumplimiento crediticio atadas a su deuda.
El país insiste en que cumplirá con sus obligaciones en tanto elabora un plan de reestructuración -algo que es casi imposible de hacer con los acreedores estadounidenses debido a las sanciones que restringen su interacción con algunos altos funcionarios, así como también la compra de nueva deuda-.
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La hipótesis apocalíptica que imagina Newman se plantea desde hace tiempo, pero en general es desoída. Implica que Venezuela en la práctica cancele miles de millones de deuda de PDVSA transfiriendo concesiones de perforación petrolera, equipo operativo e infraestructura de la compañía a una nueva entidad, dejando a la vieja PDVSA sin ninguno de sus activos, pero con todas sus deudas existentes. (Como una especie de banco malo, pero para una compañía petrolera.) Esto dejaría a los inversionistas peleando por unas pocas migajas para cubrir una cantidad tremenda de deuda.
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Es algo que podría ocurrir conforme a la ley venezolana, y es poco lo que los bonistas pueden hacer al respecto, aun cuando sus papeles hayan sido emitidos conforme a normas de Nueva York. Si bien eso autoriza a los acreedores a llevar a PDVSA ante la justicia en los Estados Unidos y a tratar de aplicar fallos en su contra, "si PDVSA, como compañía insolvente, está siendo administrada según el régimen legal venezolano, cualquier cosa puede ocurrir", dijo Newman, que también fue abogado.
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