Plenario chino: posibles reformas ponen a la defensiva a empresas estatales
Los hombres y mujeres en los principales cargos de la economía china están a la defensiva, en una reunión que determinará la dirección y el tono del nuevo liderazgo comunista por una década.
Los ejecutivos senior de las mayores empresas estatales chinas se unieron a gobernadores, generales y ministros, en momentos en que los 376 miembros titulares y alternativos del XVIII Comité Central del Partido Comunista se reunieron en Beijing este fin de semana. De estos cuatro grupos, son los gerentes de empresas estatales los que han atraído mayor escrutinio, de cara al “tercer plenario”, que partió el sábado.
Los líderes de firmas estatales son seleccionados por el partido y se les ha pedido en los últimos meses que se unan a exhaustivas rondas de “críticas y auto críticas” bajo las órdenes del presidente chino y secretario general del partido, Xi Jinping.
Los analistas dicen que el resurgimiento de eslogans y prácticas de la era maoísta, por parte de Xi, como por ejemplo una campaña para que los jefes del partido se comprometan más directamente con el público, pretende reafirmar la autoridad en sí mismo y restaurar la disciplina del partido. Pero ha tenido un efecto desmoralizador en al menos algunos de los ejecutivos de empresas estatales que deben administrar algunas de las empresas más grandes del mundo, mientras obedecen órdenes del partido.
“Ellos se quejan de que no tienen tiempo para dirigir sus empresas, porque están tan ocupados escribiendo miles de palabras de auto críticas y simulando estar ‘aprendiendo de las masas’ para cumplir con sus requerimientos políticos”, dijo un banquero senior occidental, que trabaja muy cerca de los jefes de las grandes empresas estatales chinas.
“En los últimos años, solo tenían que ir a reuniones importantes del partido y asegurarse que sus empresas estuvieran alineadas con políticas del partido, pero ahora con estas campañas, están bajo fuerte presión”.
Un miembro senior del partido hizo eco de este sentimiento, diciendo que también había oído quejas de ejecutivos del sector estatal. “Xi pasó mucho tiempo enfocándose en asuntos del partido. Ha habido un énfasis en la política y la ideología, lo que puede generar preocupaciones sobre dónde se dirige el país... pero en China las cosas pueden coexistir”.
Junto a reformas de un sistema de residencia que impone una forma de apartheid a los 260 millones de trabajadores migrantes de China, las esperanzas previas al plenario de muchos analistas y académicos a favor de la reforma, se enfocó en una revisión de los poderes y privilegios de que disfrutan las mayores empresas estatales del país.
“La reforma de las firmas estatales tiene que aparecer en el plenario. Es imposible que no aborden este tema”, contó el economista basado en Beijing, Ma Guangyuan. “El mayor problema que enfrentamos es que no haya igualdad de condiciones económicas”, añadió.
En julio, el comité supervisor de activos estatales, que vigila 113 firmas estatales controladas por el gobierno, reportó un alza de 18,2% en las ganancias del primer semestre, hasta 631.500 millones de yuanes (US$102.300 millones)
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