Polémica por una solicitud del SII
La reciente petición del Servicio de Impuestos Internos (SII) a grandes contribuyentes, entre los cuales se encontraban asesores tributarios, respecto de información tributaria, ha levantado polvareda. El Servicio asegura que no se trata de un mecanismo de fiscalización ni de control y que la información es para un uso casi académico de la OCDE. De hecho, es una puesta al día de versiones anteriores que han medido la caracterización de los asesores tributarios a nivel global. Sus funciones y recomendaciones a los clientes son parte de esta caracterización. Esta solicitud significó que incluso el Colegio de Abogados analice acciones a seguir, por lo que califica como un exceso de los límites de atribuciones del fiscalizador. Más allá del “tono” de la carta y que inicialmente hubo en ella un error al afirmar que habría una multa si no se respondía, es importante aclarar que responder es de carácter voluntario. Que el SII pida a empresas -incluidas oficinas de abogados- la información que estime conveniente es lo normal y está dentro de sus atribuciones, mientras se resguarde la confidencialidad. No debería ser motivo de alarma para las compañías, porque además el SII expresó que solicitar información no implica investigación; por lo tanto, en caso de fiscalización, ello debe ser notificado explícitamente. El problema surge cuando a los asesores se les solicita información relacionada con el secreto profesional, ya que no queda claro si es este el caso.
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