¿Qué podrá cumplir Trump sin pasar por el Congreso?
Revisión de las sanciones económicas a Rusia
Moscú y Washington parecen estar cerca de una nueva era en sus relaciones, pero la carga que arrastran por viejas las rencillas no es liviana. Las sanciones impuestas a Rusia durante la administración de Barack Obama son variadas y responden a diferentes poderes de EEUU, por lo que Donald Trump tendrá un margen de maniobra si quiere levantarlas.
“Hay diferentes sanciones, algunas impuestas por la ONU, otras por el Congreso, otras por la acción ejecutiva. Trump puede con la acción ejecutiva levantar las sanciones contra ciertos funcionarios y corporaciones rusas, pero necesitará autoridad del Congreso para abordar otras sanciones”, dijo Marvin Kalb, académico de la Universidad de Harvard.
Por su parte, Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, asegura que Trump prefiere tener un aliado en Rusia, en lugar del enemigo que fue para Obama, por lo tanto apostará por una buena relación, “lo que posiblemente se entiende como no intervenir en su esfera de influencia”.
Revertir el deshielo con Cuba
“Si Cuba no está dispuesta a hacer un acuerdo mejor para el pueblo cubano, para los cubano-estadounidenses y Estados Unidos como un todo, pondré fin al acuerdo”, escribió Trump en su cuenta de Twitter. El nuevo presidente estadounidense amenazó con poner fin a todas las acciones ejecutivas realizadas por su antecesor con respecto a Cuba, para volver a las frías relaciones que han marcado la historia entre ambas naciones.
Según Alberto Rojas, Trump sí puede frenar el acercamiento con Cuba, pero no revertirá lo hecho por Obama. “El piso de las relaciones entre ambos está dado por lo hecho por Obama. Es más factible que congele el acercamiento con Cuba, a que revierta lo que está hecho. Lo que está esperando Trump y el lobby anticastrista de EEUU es que Raúl Castro flexibilice su posición con la oposición. Un emblema del deshielo es el tema de los vuelos comerciales a Cuba, desde EEUU, tal vez podría revertir eso”, aseguró.
Derrotar al Estado Islámico es la prioridad
Mientras Barack Obama insistió en apoyar a los rebeldes “no terroristas” que luchaban contra el gobierno de Bashar Al-Asad en el conflicto en Siria, el foco de Donald Trump es diferente: derrotar al Estado Islámico, objetivo que podría alcanzar sin la necesidad de pasar por el Congreso.
“En la política exterior tiene más libertad para actuar como comandante en jefe”, explica Marvin Kalb, agregando que “su equipo de transición señaló que el Pentágono está preparando propuestas de acción anti-ISIS para su rápida implementación”.
Alberto Rojas precisa que el visto bueno del Congreso se necesitaría si quisiera declararle la guerra al Estado Islámico. En cambio, no lo requiere “si lo que hace es aumentar los bombardeos sobre el territorio del califato o desplegar algún contingente militar en un tiempo limitado”.
Estrechar lazos con Benjamín Netanyahu
Cómo un balde de agua fría cayó la abstención estadounidense en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre el gobierno de Benjamín Netanyahu, a partir de la cual se condenaban los asentamientos de Israel en territorio palestino. Pero en medio de la escalada de tensiones, Donald Trump llamó a la calma, asegurando vía Twitter que las cosas cambiarían cuando él llegue a la Casa Blanca.
En efecto, la diplomacia en la ONU depende del enfoque del ejecutivo, donde se verá reflejada la lealtad incondicional que pregonó Donald Trump hacia Israel en las próximas votaciones en torno al conflicto con Palestina.
De hecho, podría ir incluso más allá. “Él tiene interés en estrechar vínculos con Benjamín Netanyahu y una de las cosas que ha dicho y ha despertado alto interés es la posibilidad de trasladar la embajada estadounidense desde Tel Aviv a Jerusalén”, indicó Alberto Rojas, quien sostiene que estos movimientos, que podría evaluar junto a su equipo de consejeros y la secretaría de Estado, generarían conflictos tanto con las autoridades nacionales palestinas como con los otros gobiernos árabes de la región.
Barreras comerciales y negociación de TLC
Trump ha culpado a la globalización de la pérdida de empleos en EEUU y en su afán de “Hacer América Grande Otra Vez” ha propuesto en múltiples oportunidades la idea de imponer barreras a la importaciones provenientes de México y China, lo cual podría hacer perfectamente.
“Cuenta con el poder para imponer aranceles temporales a productos de país que considere que están haciendo dumping o comercio injusto. Son medidas que se toman como salvaguardas”, explica Juan Carlos Hidalgo, analista de Cato Institute.
En ese marco, podría aplicar los aranceles a China argumentando que manipulan su divisa y sobre México podría apelar a que la relación bilateral no contribuye al déficit comercial estadounidense.
Y aunque Trump tiene que pasar por el Congreso para modificar los tratados de libre comercio, como el NAFTA, si tiene el poder para retirarse de ellos. “Sólo tendría que notificar la salida de EEUU 6 meses antes de hacerlo, por lo tanto cuenta con un margen para hacer mucho daño”, indica Hidalgo.
Deportaciones masivas de indocumentados
Once millones de indocumentados en dos años, es la cifra que el republicano promete deportar. Según William Schneider, académico de la Universidad George Mason, no es posible que logre esa cantidad, pero sí acelerará un proceso que viene ocurriendo desde la administración anterior. El gobierno de Obama deportó cerca de 2,5 millones de inmigrantes entre 2009 y 2015. Ningún otro presidente de EEUU expulsó tantas personas, y aún faltan las cifras de 2016.
“Es algo que ya estaba ocurriendo con Obama, él deportó más inmigrantes ilegales que cualquier otro presidente anterior. Es posible que Trump acelere este proceso y que deporte a más personas. Pero por el momento se concentrará en aquellos con antecedentes penales o que pertenecen a mafias. No creo sea posible e incluso que intente deportar a once millones de inmigrantes ilegales y muy poca gente debe estar esperando algo así’’, declaró Schneider.
Reducción de la regulación sobre Wall Street
La ley Dodd Frank llegó a regular a la industria financiera, la misma a la que se responsabilizó por desatar la crisis financiera global y una larga recesión en EEUU. Pero Trump no lo ve así, para él se trata de un peso que arrastra la economía del país, disminuyendo la posbilidad de generar empleos.
De todas maneras, esto no parece estar entre las prioridades del nuevo Presidente. “No creo que la deroguen, es más probable que la modifiquen. No hay un compromiso tan fuerte con su derogación. En el congreso quieren derogarla y es muy probable que apliquen cambios en sus fundamentos, pero no lo han discutido en profundidad, porque en estos minutos lo que más les importa es el Obamacare”, señaló William Schneider, académico de la Universidad George Mason.
Nuevo código tributario para EEUU
La rebaja de impuestos a las empresas es una de las claves del programa de Trump para impulsar al economía y alentar al mercado laboral, materia en la que bien podría avanzar junto al congreso republicano, que también ve con buenos ojos un cambio en el sistema impositivo.
Sin embargo, la forma final de la reforma tributaria no estará exenta de polémicas. “En teoría, todos quieren cambiar el sistema de impuestos, pero cuando empezamos a entrar en los detalles, las negociaciones se vuelven contenciosas y eso es principalmente porque hay millones de ganadores y perdedores”, asegura Shai Akabas, director de política fiscal del Bipartisan Policy Center.
De todas maneras, destaca que hay posibilidades razonables de que al final de la administración Trump, EEUU cuente con un nuevo código tributario, aunque la aplicación de los cambios “puede tomar más tiempo del que mucha gente espera”.
Construcción de ‘”gran’’ muro en frontera con México
Una de sus promesas más polémicas es la construcción de un muro ‘’grande y gordo’’en la frontera con México, el cual sería reembolsado por el país azteca. En su primera rueda de prensa como presidente electo, Trump ratificó su propuesta y afirmó que comenzará pronto la construcción, sin esperar a negociar el financiamiento. Según expertos, no podrá cumplirlo, ya que EEUU no tiene las facultades para exigir algo así a los mexicanos.
“Necesita la aprobación del Congreso para pago y construcción, él ha dicho que después lo pagará México, pero nadie sabe cómo. Algo hará, pero dudo que sea el hermoso y gran muro que promete’’, dijo William Schneider, académico de la U. George Mason.
“EEUU no tiene manera de forzar a México a reembolsar, pero Trump habló de ‘otras formas’ para ‘hacer pagar’. Yo creo que habla de disposiciones tributarias y arancelarias que podrían impactar negativamente la economía mexicana’’, afirmó Shai Akabas, director de política fiscal del Bipartisan Policy Center.
El acuerdo nuclear con Irán en la mira
“Irán continúa haciendo cosas malas a nuestras espaldas”, señaló Donald Trump cuando cuestionó el acuerdo que condujo al desarme del programa nuclear del país árabe, el mismo que citó para señalar que Estados Unidos estaba siendo “humillado” en la escena internacional bajo el mandato de Barack Obama.
Pero pese a las críticas, en este caso el nuevo presidente de Estados Unidos tiene poco margen de acción, en consideración de que la primera potencia mundial no es la única involucrada.
“El acuerdo nuclear al que se llegó con Irán no solo involucra a Estados Unidos, sino que también a la ONU y la Unión Europea, por lo tanto no tiene tanta libertad para influir sobre eso que ya se acordó”, señala Alberto Rojas, quien plantea que a lo más podría establecer nuevas sanciones de manera bilateral.
Derogar y reemplazar el Obamacare
"Un completo desastre’’. Con esas palabras el magnate se refirió a la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible impuesta por Obama, la cual prometió derogar. El presidente electo afirmó que implementará un nuevo programa de salud “más barato y mucho mejor”, sin entregar detalles concretos. Los expertos señalan que no hay dudas de que sí eliminará el Obamacare, el problema está en cuándo y cómo.
“La derogación es segura, no así el tiempo que esto tomará su remplazo. La alternativa es que la derogación sea un proceso de largo tiempo, tres o dos años por ejemplo, para que definan cómo lo van a remplazar’’, dijo William Schneider, académico de la U. George Mason.
“El desmantelamiento de Obamacare sin un plan para reemplazarlo eliminaría a 20 millones de personas del sistema de seguro de salud y permitiría a los seguros denegar la cobertura a las personas con condiciones preexistentes como el cáncer’’, aseguró Stephen Ansolabehere, académico de la Universidad de Harvard.
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