Quiebre del orden: la crisis política sin final en Perú

Peru

Mientras el Congreso del país vecino intenta impulsar un nuevo pedido de vacancia contra el Presidente Pedro Pablo Kuczynski -por presuntas irregularidades ligadas al emblemático Caso Odebrecht-, otros cinco ex mandatarios se encuentran envueltos en problemas con la justicia. A esto se suma que la confianza ciudadana en las instituciones se debilita cada vez más, incluyendo a los partidos y al propio Parlamento.




No han pasado ni dos meses desde que los ojos del mundo se pusieron sobre Perú, cuando el Presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) lograba sortear con éxito una primera solicitud de vacancia en su contra gracias a la abstención de un grupo de diputados de oposición liderado por Kenji Fujimori, hijo del recientemente indultado ex mandatario, Alberto Fujimori.

Pero la situación, que se perfilaba como un punto de inflexión para la política andina, no fue más que un nuevo capítulo en el marco de un importante quiebre del orden y crisis institucional en ese país.

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Hoy, el Congreso peruano intenta impulsar nuevamente un proceso para remover a PPK, al tiempo que cinco ex mandatarios se encuentran envueltos en problemas judiciales. La corrupción se ha convertido en uno de los principales detonantes de la crisis, en un país que goza de bajos niveles de confianza. La encuesta de Latinobarómetro puso a Perú en los últimos lugares en esta materia, amparado en la debilidad de los partidos y del Parlamento.

"Las organizaciones que tenemos son maquinarias electorales de caudillos o personajes con arrastre popular, pero difícilmente son partidos políticos en el sentido clásico, es decir, organizaciones con base o ideología", dice a Pulso el politólogo y académico de la Universidad Católica de Perú, Arturo Maldonado, y agrega que "por eso mismo cuando el caudillo entra en desgracia, el partido desaparece".

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Lo anterior, se ha evidenciado en diferentes oportunidades, con Alejandro Toledo por ejemplo y su partido Perú Posible, hoy casi inexistente, y con Ollanta Humala y el Partido Nacionalista, completamente debilitado. Ambos líderes forman parte de la lista de escándalos judiciales en la política. El primero cumplió el viernes un año como prófugo por el presunto pago de sobornos de Odebrecht, mientras que el segundo y su señora, Nadine Heredia, se encuentran encarcelados por la misma trama de la constructora brasileña.

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"Cuando tenemos estos partidos que son personalismos, con grupos que rinden apoyo culto y protección a los líderes, es terreno muy fértil para que entre la corrupción sin que hayan balances al interior de las propias organizaciones", comenta el analista internacional Eduardo Dargent, acotando que el boom de los recursos económicos también hizo lo suyo en un Estado débil donde la cercanía entre lo público y lo privado evidenció la falta de salvaguardias institucionales.

La historia se repite

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Lo que pasó con Toledo y Humala se repite con Alan García, denunciado por corrupción por el pago de sobornos al consorcio brasileño en perjuicio de la administración pública. A lo anterior, se suma un reciente sondeo de la consultora Pulso Perú, que reveló que el 75% de los encuestados cree que García ha perdido influencia en su colectividad, el Apra.

"Actualmente los partidos están bien inestables y hasta Mario Vargas Llosa ha dicho que en algunas elecciones, el votante peruano termina votando entre el cáncer y el sida", señala el analista político Luis Nunes.

Hoy Perú cuenta con cerca de 23 partidos políticos nacionales, donde la mayoría están fragmentados o sufren crisis de liderazgos. Patrón de lo anterior son Humala y Heredia, "quienes llevan más de seis meses en prisión pero las manifestaciones de su partido por su liberación no duraron ni dos semanas", asegura Nunes.

La principal fuerza de oposición en el Parlamento, Fuerza Popular, formada principalmente por fujimoristas, acaba de perder 10 congresistas, evidenciando una fuerte división entre los hermanos Fujimori, Kenji y Keiko, tras el indulto otorgado por PPK a su padre. Por estos días, la validez de la liberación que está siendo discutida en instancias internacionales, se ha transformado en uno de los principales puntos de discordia en la clase política.

En último lugar en la lista de mandatarios con problemas judiciales es Francisco Morales (1975-1980), quien el año pasado fue condenado a cadena perpetua ante la responsabilidad de la muerte de una veintena de ciudadanos por el Plan Cóndor, un operativo militar emprendido en la década de los '70 y '80.

"Ante la falta de instituciones que brinden controles adecuados a los políticos en funciones, vemos que tenemos presidentes y una seguidilla de funcionarios de alto nivel envueltos en escándalos", dice Maldonado.

Con esto, las problemáticas en la política peruana parecieran estar lejos de desaparecer, porque mientras PPK insiste en que no ha incurrido en irregularidades en torno a sus vínculos con Odebrecht y las bancadas siguen debatiendo ante la posibilidad de unir fuerzas, un 53% de la población considera que el mandatario debería dejar su cargo, develando a otra agrupación golpeada, Peruanos Por el Kambio, fundada por el mismo Presidente.

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