Se acerca una época complicada para las monedas emergentes




Hace un año, los inversionistas de mercados emergentes estaban en pleno vuelo, a medida que los planes de la Reserva Federal estadounidense por retirar su plan de estímulo expusieran los desequilibrios económicos que muchos no habían tomado en cuenta antes.

Este verano (boreal), el capital internacional ha estado volviendo. Los flujos de cartera hacia las economías emergentes se aceleraron a un máximo de dos años de US$44 mil millones en julio, según estimaciones publicadas por el Instituto de Finanzas Internacionales, siguiendo llegadas similarmente fuertes en mayo y junio. Las llegadas mensuales hacia los bonos y acciones promediaron US$24 mil millones en los tres años anteriores. Un rebrote del carry trade –donde los inversionistas se endeudan en la moneda de un país con baja tasa de interés para comprar activos en una con tasas más altas- está en pleno vuelo.

Las razones para que volviera esta moda fueron claras. La política monetaria ultra laxa ha mantenido los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidenses bajos y las principales monedas fluctuando, lo cual ha llevado a los inversionistas a buscar mayores retornos.

Pero en la última semana, los mercados emergentes nuevamente han estado bajo presión a medida que la evidencia de que la recuperación está tomando impulso genera la especulación de que la Fed podría pronto señalar un alza en la tasa de interés.

Las operaciones de carry trade ya son menos rentables que antes en el año, dado que los rendimientos de los bonos también han bajado y un rally en muchas monedas emergentes ha decaído. Pero todavía son atractivas, dada su baja volatilidad y a un inactivo mercado de divisas que deja pocas alternativas para los inversionistas en monedas ansiosos por elevar sus retornos. Con el Banco Central Europeo en modo “alivio”, analistas dicen que los inversionistas globales en bonos han estado reubicando sus inversionistas desde activos de la periferia europea de vuelta a los mercados emergentes.

Richard Cochinos, estratega en Citigroup, dijo que los inversionistas institucionales han estado comprando activos de mercados emergentes, especialmente en Asia, en una escala que no se había visto antes. “No los vemos saliéndose de estas posiciones”.

Incluso el default argentino y las crecientes tensiones con Rusia han tenido sólo un efecto local. “A medida que crece la incertidumbre sobre Rusia, los inversionistas se han lanzado hacia todo lo demás”, dijo Tim Ash, economista de Standard Bank.

Sin embargo, todavía está muy lejos del apogeo del carry trade pre crisis, con rendimientos menores que en 2007, con mayores desequilibrios económicos en algunos países y la política más problemática en otros. Una corrección en los activos de mercados emergentes debiera venir una vez que la volatilidad y los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense suba, la pregunta es cuándo y cómo.

Las preocupaciones se han vuelto más acuciantes en la última semana, a medida que crece la evidencia de que la economía estadounidense está saliendo de un profundo congelamiento, lo cual ha llevado a un rally en el dólar que ha golpeado a las monedas de los países emergentes, llevando al peso mexicano a un mínimo de cinco semanas contra el dólar, con el real brasileño cayendo 1,65% en lo que va de la semana y la lira turca cayendo 1,67%.

De todas maneras, hay razones para esperar que los mercados emergentes escapen de una repetición de la brutal liquidación que experimentaron en la última locura por el retiro del estímulo. Primero, porque ya ha habido un ajuste económico: en varios países, las tasas de interés reales son superiores y los déficit de cuenta corriente son menores que hace un año, y varios bancos centrales han usado el último rally en sus monedas como una oportunidad para reconstruir su colchón de reservas de moneda extranjera. Segundo, el carry trade todavía no ha alcanzado la locura a la que llegó en los años que llevaron a la crisis global. “No es lo mismo que en 2007, cuando la apreciación nominal de esas monedas era lo único en lo que se enfocaba la gente”, dice Matthew Cobon, director de divisas en Threadneedle Investment.

Bhanu Baweja, estratega de UBS, argumenta además que los recientes flujos hacia los mercados emergentes han sido impulsados por los inversionistas institucionales, quienes tienden a tener horizontes de tiempo más largos que los inversionistas retail, sensibles a las fluctuaciones de corto plazo en los precios. Sin embargo, advierte que muchos países siguen vulnerables a un cambio en el entorno global una vez que la Fed empiece a elevar las tasas.

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© The Financial Times Ltd, 2011.

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