Sebastián Edwards: "Este Gobierno ha desembocado en un guirigay-gritería, confusión-. La actividad no está débil, está muerta"




Un pésimo diagnóstico de la situación que vive el país entrega el economista chileno radicado en Estados Unidos, Sebastián Edwards. El académico de la Universidad de California en Los Angeles, UCLA, escritor y consultor,  recuerda cómo hace muy poco Chile lideraba en los ranking y no se explica el desorden en que ha caído la autoridad.

Sin rechazar las reformas propuestas por este Gobierno, plantea que falta la ingeniería  de detalles y que al final todos los cambios semejan "caprichos" en vez de políticas públicas bien explicadas.

Advierte que las bases sobre las que se sustenta la nueva coalición  es un sentimiento antimodelo, "hay una incapacidad absoluta de reconocer lo que se ha logrado hasta ahora, de entender que el vilipendiado "modelo" sacó a Chile del sótano latinoamericano, para ponerlo en la vanguardia".

El Banco Central (BC) decidió mantener la tasa de interés en 3% pese a la alta inflación, ¿qué le parece esta decisión?

-El Banco Central enfrenta un dilema: la desaceleración económica requiere de menores tasas, mientras que la mayor inflación indica que éstas deben mantenerse en sus niveles actuales. Ante esta situación - y especialmente con la inflación por encima del 5% - lo que corresponde es la prudencia. La inflación es un costo real en Chile, no sólo distorsiona los precios y da señales nebulosas, sino que además encarece la vida de las familias. Recordemos que muchos servicios aún se contratan en UF.

¿Es preocupante el nivel de inflación sobre  5%? ¿Está Chile en estanflación?

-No, no hay estanflación. Esto es mucho más simple, es un traspaso del mayor  valor  del dólar a los precios. Debiera ser un fenómeno temporal que va a ser compensado por la caída de los precios de los combustibles.

En términos de actividad, ¿mantiene sus proyecciones de 2% para este año y de 3% para el próximo año, conocidos los últimos datos ?

-Yo dije que este año el crecimiento sería 2%, con suerte, aunque posiblemente será más bajo. También dije que el 2015 estaría en la vecindad del 3%. Lo mantengo.

¿Ve signos de repunte? ¿Cómo el dinamismo podría presionar las decisiones de política monetaria?

-Como dije, el Central tiene que mantener un ojo en la inflación y el otro en la actividad. En el Banco Central hay una enorme cantidad de talento, todos economistas de gran calidad. Van a salir adelante, con paciencia y sin pánico. Mi predicción es que la inflación va a amainar y entonces podría haber algún estímulo monetario.

¿El próximo movimiento de la tasa será hacia abajo entonces?

-En la próxima reunión no habrá movimiento. Lo más probable es que el siguiente movimiento, aunque no se sabe en cuánto tiempo, sea hacia abajo.

¿Ello porque la actividad seguirá débil y el BC deberá estimularla más?

-La actividad no está débil, está muerta, no con estanflación sino que con falta de demanda agregada enorme y falta de credibilidad.

El Gobierno lanzó un programa de inversión pública y concesiones, ¿es factible que estas medidas impulsen el crecimiento 2015? ¿Tiene un efecto multiplicador?

-Los programas de inversión pública tienden a tener un efecto adicional, un efecto de "amplificación", pero  habitualmente es mucho menor de lo que los políticos piensan. Por eso este tema no me entusiasma demasiado. La inversión ha caído por un problema de confianza. Por alguna razón este Gobierno no ha logrado establecer credibilidad y eso es malo para todo. Malo y preocupante.

Temperamento  de la autoridad

¿Desde cuándo el Gobierno perdió la credibilidad?

-La perdió cuando llegó como torbellino, desordenado, a cambiarlo todo de una vez sin tener un plan secuencial, sensato; y en segundo lugar cuando empezó a improvisar en las distintas reformas. En la reforma tributaria hubo un comienzo improvisado, con números vagos, sin claridad y eso hizo que se perdiera la credibilidad y generara mucha incertidumbre que es lo que inicia esta situación. Si hay incertidumbre los agentes, las personas y empresas, esperan hasta que la cuestión se aclare.

Pero se terminó la reforma tributaria y la incertidumbre se mantiene.

-Sí, porque refleja un temperamento del Gobierno de ser improvisador, de no tener un programa ordenado, de secuencia, de cómo hacer las cosas. El programa es una expresión de deseos,  pero la ejecución debe tener un aspecto de ingeniería de detalles con  medidas concretas  a realizar y eso no lo hemos visto.

¿A quién responsabilizaría de esta falta de ingeniería de detalles?

-Lo que pasa es que atendiendo que el programa es un conjunto de deseos atendibles; en la formulación específica falta lo central, y al final tenemos  una sucesión de caprichos que no son ni han sido bien explicados, ni justificados. Entonces, por ejemplo,  la idea de terminar con la selección en los colegios es un capricho, terminar con el FUT es un capricho, hacer una asamblea constitucional, todo  es una sucesión de caprichos que crean una  situación de desorden.

¿Quién falla?

-Yo creo que están muy atolondrados y en eso,  como en todo sistema político, la responsabilidad final es del jefe de estado.

¿Y este atolondramiento proviene de esta nueva coalición o por la ambición del  programa?

-Porque nace de un diagnóstico parcialmente equivocado que emerge en este Gobierno y es que el modelo ha fallado, y entonces hay que producir cambios al modelo en vez de construir sobre el modelo. Si quieres cambiarlo todo en 4 años,  naturalmente que si no se hace con mucho orden, con sensatez , van a terminar con un guirigay -gritería y confusión, cuando varios hablan a la vez ;  lenguaje oscuro y difícil de entender, según  la RAE-  y este Gobierno ha desembocado en un guirigay.

¿Cuál sería la solución?

-La solución cuando hay un desorden es que alguien debe ponerse a cargo y ordenar las filas. Se requiere decidir y dar un sentido de dirección que capture la noción de lo que Chile necesita construir, sobre el éxito de la Concertación y transformarlo en un país moderno como lo había logrado antes. Acá da la impresión que es un país manejado por adolescentes reflejado en el desorden de las dos grandes iniciativas del Gobierno que han sido  extraordinariamente confusas, poco transparentes, cambiantes y difíciles de explicar a la población. La reforma educacional obviamente que afecta a la economía porque refleja el temperamento, y la falta de orden y claridad del Gobierno.

Muchos han criticado que sectores de la coalición hablen de retroexcavadora o de asamblea constituyente y que el Gobierno no aclare si está a favor o no, ¿lo considera de la misma forma?

-El Gobierno ha creado un coro disonante donde todos hablan a la vez en forma contradictoria y donde una máquina que funcionaba relativamente bien está poniéndose en cuestión, en sus fundamentos. Entonces, no es casualidad que Chile haya caído en el ranking del Banco Mundial, Doing Business, donde pasa del lugar número 1 al 4, ese es un reflejo  de lo que está sucediendo, que está perdiendo el liderazgo.

¿Por qué está perdiendo ese liderazgo?

-Porque hay un grupo grande del Gobierno que quiere reafimar que el modelo no funcionó. Este Gobierno se deshizo de Velasco (Andrés) para sumar a los comunistas  y básicamente eso es malo para la economía, para el país,  para la libertad, para la transparencia, para la modernidad.

¿Cómo se salva esta situación considerando que aún no se cumple ni un año de Gobierno?

-Acá falta un conductor de peso en la orquesta, alguien que tenga "gravitas", presencia con peso específico;  las personas que tengo en mente en este caso son José Miguel  Insulza, Gutenberg Martinez, lo tenía Lagos; hoy día necesitamos a alguien que tenga ese peso, que sea "gorda" entre comillas, con peso específico y liderazgo a toda  prueba.

¿Qué pasó con Nicolás Eyzaguirre, lo nota muy distinto desde que fue ministro de Hacienda a su paso ahora  en Educación ?

-Son ministerios completamente diferentes. Además, no sé si está convencido o no; o está actuando; o se dejó empujar por los caprichos, con esta idea de terminar con el lucro, copago, selección, una mala idea. Fue simplemente un error de ejecución, no debió empezar por ahí. Una cosa  importante de entender es que si hay un desorden en cualquier área, ello se irradia, hay un contagio al resto;  la falta de racionalidad de la reforma educacional ha contagiado al resto del Gobierno y ha introducido dudas sobre su capacidad de ejecutar distintos aspectos del programa creando incertidumbre e influyendo negativamente en la economía.

Cambio de ministro

Los empresarios sostienen que hay un sentimiento antiempresarial, ¿lo comparte, en qué sentido?

-No sé si el término es antiempresarial. Pero lo que sí hay es un sentimiento anti "modelo", una incapacidad absoluta de reconocer lo que se ha logrado hasta ahora, de entender que el vilipendiado "modelo" sacó a Chile del sótano latinoamericano, para ponerlo en la vanguardia. Aquí ha habido mucha tontería de parte del ala nostálgica de la Nueva Mayoría.

¿Comparte la idea de que hay una crisis de confianza?

-Keynes lo dijo en la primera mitad del siglo pasado: los inversionistas se mueven en base a "espíritus de animales". Y, como es bien sabido, hay ciertas circunstancias en las que los animales se asustan y arrancan desbandados. El rol de todo buen gobernante es preocuparse de que eso no pase, de mantener la confianza. Desafortunadamente - y a pesar de los esfuerzos del ministro Arenas - la confianza se dañó, y no se ha recuperado.

¿Pasaría este clima si cambian al ministro de Hacienda Alberto Arenas?

-Yo creo que la situación de la economía se va a arrastrar y va a quedar claro a principios del próximo año que no era temporal y la Presidenta, que al final es muy inteligente y pragmática, va a enmendar el rumbo de la política económica; eso puede significar o no cambiar al ministro sino que enmendar rumbo. Lo importante es el programa, no los funcionarios.

¿No sería una señal de mayor incertidumbre sacar al ministro de Hacienda cuyo cargo ha sido inamovible desde el retorno a la democracia?

-Obviamente que si una remoción del ministro se debe a un cambio de política hacia una que otorgue mayor incentivo a las reformas de eficiencia, de modernización para recuperar al país en los  ranking,  es positivo.

El Banco Central debe presentar pronto el IPoM, ¿le quitará el piso al Gobierno a la hora de  estimar el crecimiento para 2015, considerando que Hacienda proyecta un 3,6%, un tanto lejos del promedio de mercado?

-Una de las reformas más importante que se establecieron en Chile en los últimos 25 años fue haber creado un Banco Central independiente. La institución debe hablar con la verdad. Es lo que ha hecho desde 1990 y estoy seguro seguirá haciendo: va a dar su mejor opinión profesional sobre el tema.

¿Qué debe suceder para que en 2016 se logre crecer al potencial que hoy se ubica en 4,3%?

-Las personas y las empresas deben tener un mínimo nivel de estabilidad. Visualizar un camino, entender  para dónde va el país. Falta una conducción serena y con un timón firme. Es algo que falta.

En Chile se ha hablado mucho de lo que falta y hace poco el Metro colapsó. ¿Cuán atrasado está el país en infraestructura?

-Sin duda que hay un atraso. Cualquier visitante lo ve con claridad, y cualquier estudioso lo nota en las cifras. Ha habido un descuido a todos los niveles: por ejemplo en casi todo el país las redes de celulares están dos generaciones atrasadas; los puertos se van alejando cada vez más de los más competitivos; la infraestructura vial ya no mejora; los problemas de tráfico generan ciudades colapsadas. Desde el Gobierno de Lagos se ha avanzado muy poco.

¿Las reformas que el Gobierno propone son necesarias o  se está apresurando en un programa que impacta más negativamente en el crecimiento?

-En términos generales, la mayoría de las reformas son necesarias para que el país se mueva al nuevo estadio de desarrollo, al estadio de un país moderno, tolerante, meritocrático, inclusivo, respetuoso, con instituciones legitimas y mucho menos desigualdad. Pero, en muchos casos las medidas específicas han nacido de caprichos que no tienen ningún sostén técnico; tampoco tienen lógica.

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