Un nuevo problema para Venezuela




El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ordenó retirar los billetes de 100 bolívares, hasta ahora los de más alta denominación y además altamente devaluados. En paralelo, cerró una vez más la frontera con Colombia, para evitar -afirma- la fuga de dinero e intervino, requisando, una distribuidora de juguetes. Las acciones de Maduro carecen de lógica y racionalidad y sólo agudizan los padecimientos de los venezolanos. Coincidentemente, la semana pasada Bloomberg dio a conocer un nuevo índice, al cual llamó “Café con leche”, para medir la inflación en Venezuela de acuerdo al precio de las tazas de café, algo así como un índice Big Mac, y la mala noticia fue que la inflación en el país sudamericano llegó a 1.500% anual, muy por encima de lo medido por organismos internacionales. La decisión monetaria de Maduro amenaza con dislocar la cadena de intercambios y pagos y agrava la crisis. Actúa -además- en un contexto de fracaso del ya irregular diálogo con la oposición y la imposibilidad de esta de imponer sus términos. Su única buena noticia es la subida del petróleo acordada por el cartel de productores, a quienes posteriormente se sumaron productores no OPEP. Sin embargo, Maduro no parece entender que las políticas de su Gobierno sólo están hundiendo cada vez más a Venezuela en un profundo abismo social.

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