Una década de cambios veloces y oportunidades perdidas
En la década desde que Hu Jintao asumió como secretario general del Partido Comunista, la economía china pasó de un tamaño de US$1,5 billón (la sexta más grande del mundo), a US$7,3 billones, siguiendo sólo a Estados Unidos. Desde 2002, el ingreso per cápita se ha más que triplicado desde US$1.135 a US$5.445, transformando a China de un país de bajo ingreso a uno de mediano ingreso.
En ese entonces, 38% de las personas vivían en la ciudad contrario al actual 50%. China no tenía una carretera de alta velocidad, ahora tiene la más larga. Cuando Hu llegó al poder, sólo 45 millones de chinos usaban internet. Ahora casi 600 millones están conectados. Para un presidente del que a veces se dice que presidió durante una década perdida, sus registros no se ven nada mal.
El progreso chino ha sido tan grande que vale la pena recordar cuán lejos ha llegado China. Cuando Hu llegó al poder, China recién se había unido a la Organización Mundial de Comercio. Eso llevó a un auge de sus exportaciones.
El renminbi se ha apreciado, desde la llegada de Hu, en más del 30%. China redireccionó la inversión de las provincias costeras a las provincias del interior, desechando los impuestos de la agricultura y construyendo las bases del sistema de seguridad social. Fue el anfitrión de los Juegos Olímpicos, mostrando su poder en una ceremonia inaugural que sobrecogió al mundo.
También vale la pena reflejar que Hu está entregando todo el poder. El proceso es opaco y completamente antidemocrático, casi levantando sospechas de ¿por qué se hace en realidad? Sólo en 2002, China ha institucionalizado una transferencia generacional de autoridad.
Estos son grandes logros. Pero, Hu probablemente también será recordado por sus fracasos. “En términos de creación de riqueza, los últimos 10 años han sido muy exitosos”, dijo Mao Yushi, un economista liberal influyente.
En término de reformas económicas le da a Hu un cero, porque habla de reequilibrar la economía mientras le permite salirse de control. Las inversiones de capital acordadas han aumentado a un extraordinario 50% del PIB y los precios de propiedad se han elevado. “Tarde o temprano va a haber una crisis”, predijo.
Si es que Hu ha instaurado peligros para sus sucesores o no, los críticos dicen que tan solo ha dejado sin correa al dragón de la economía para sus predecesores.
El discurso de Hu de “construir una sociedad armónica” fue muy bonito. Pero la sociedad se volvió menos armónica bajo su cargo.
Bajo dudas razonables, la economía china debería duplicar su tamaño durante el período de Xi. Eso la haría más grande que Estados Unidos en términos de paridad de poder adquisitivo.
Si elude una crisis, la economía podría estar en un terreno más sólido. McKinsey reconoce que para el 2020 el consumo privado, un 45% del PIB, habrá superado la inversión, que debería haber caído a un 36%. Hu ha más que cuadruplicado el tamaño de la economía y es juzgado por algunos como un fracaso. Xi debería esperar duplicar eso y ser considerado un éxito.
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© The Financial Times Ltd, 2011.
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