Ana María García, presidenta de la Asociación Chilena de Derecho Constitucional: “Soy partidaria de instaurar un presidencialismo atenuado”
La también académica de la Universidad de Chile cree que en la próxima Convención Constitucional se debe revisar sí o sí el sistema de gobierno. En esa línea, señala que el Ejecutivo debe compartir más atribuciones con el Legislativo, se debe crear un nuevo cargo de "ministro coordinador" y bajar los quórums supramayoritarios.
La Asociación Chilena de Derecho Constitucional es una entidad que agrupa a juristas especialistas de esa materia y que, enfrentados al proceso constituyente en marcha, han generado una serie de debates para conversar temas centrales de la discusión.
La presidenta de la Asociación, Ana María García, es también figura recurrente en foros y webinars que se han desarrollado en los últimos meses. En varias de esas instancias, la también académica de la Universidad de Chile ha reitarado su postura para el cambio de sistema de gobierno que podría darse en la Convención: el presidencialismo atenuado.
En esta entrevista, explica ese punto y da su visión sobre el debate constitucional que se ha dado a contar del 15 de noviembre de 2019 en adelante.
En su rol de presidenta de la Asociación Chilena de Derecho Constitucional y como académica, ¿en términos generales cuál es su visión del debate constitucional que se ha dado hasta ahora?
Creo que se está dando en buenos términos desde el punto de vista académico. Veo que hay académicos en muchas actividades, en debates, seminarios por zoom, donde están todos preocupados por entregar su opinión y entregar aportes a la futura Convención Constitucional que vamos elegir en abril. Ahora, en la ciudadanía, hay grupos que siempre entorpecen y yo quisiera tener confianza en que todo este proceso se va a desarrollar sin violencia, en un grado de normalidad importante porque de lo contrario corre peligro el proceso constitucional. Ojalá que los grupos extremos se moderen y podamos hacerlo de manera democrática, con diálogo y con conversación.
Ya se pueden ver algunos nombres que van a postular para la Convención y varios de ellos son, precisamente, abogados y abogadas constitucionalistas. ¿Cómo ve eso?
En primer lugar, la Convención no va a ser un grupo de expertos, no hay límites, no hay mayor exigencia más que la del artículo 13 que es ser ciudadano con derecho a sufragio. Entonces, van a haber abogados, filósofos, pueden haber historiadores, pueden haber personas que no tienen un título profesional pero que tienen creencias, empleados públicos es decir, una gama amplia. Entonces yo creo que eso va a ser muy importante porque van a haber opiniones diversas que se van a poder escuchar pero también, se van a poder recibir dos cosas: va a haber una Secretaría Técnica dentro de la Convención, que se supone que ahí estarán expertos, un grupo de personas de idoneidad, como dice la Constitución, personas de idoneidad profesional y académica que puedan asesorar, dar su opinión.
¿Le gustaría ser parte de la Secretaría Técnica?
Si me lo preguntan, claro. Por qué no, podría ser.
“Al sistema de gobierno hay que hacerle cirugía”
Usted ha señalado que se debe revisar el presidencialismo que existe en el país actualmente y propone avanzar hacia un presidencialismo atenuado. ¿A qué se refiere con presidencialismo atenuado?
Sí, soy partidaria de instaurar un presidencialismo atenuado y me refiero a lo siguiente. Actualmente hay varios proyectos que se proponen y algunos quieren instaurar un gobierno parlamentario, otros un gobierno semiparlamentario, semipresidencial y otros están con la línea del presidencialismo atenuado. No hay duda que ese va a ser un punto de discusión, no hay ninguna duda. Al sistema de gobierno hay que hacerle cirugía. Soy partidaria de mantener el gobierno presidencial pero atenuado o corregido, no soy partidaria del sistema parlamentario porque en Chile existe multipartidismo, ha sido una constante, se ha mantenido cualquiera sea el sistema electoral. Porque, sin duda, un sistema de gobierno va muy vinculado al sistema electoral. Existen 16 partidos con representación en el Congreso ahora y más de 20 movimientos en curso, entonces, el multipartidismo es un factor muy negativo para un sistema parlamentario, porque dificulta la formación de mayorías, que es un elemento indispensable para que funcione.
¿Y qué otro factor impediría avanzar a un sistema parlamentario?
Nosotros estamos acostumbrados a la votación directa del Presidente de la República, por sufragio universal nacional, es una tradición muy arraigada, muy difícil de reemplazar, entonces sería impopular una elección del Ejecutivo a través del parlamento. Un gobierno presidencial atenuado, es aquel que fortalece el equilibrio entre el Ejecutivo y el Legislativo. Yo creo que es importantísimo que haya una reducción de las atribuciones presidenciales que tiene hoy nuestra forma de gobierno y darle mayores atribuciones a las cámaras legislativas. En esa línea he propuesto algunas ideas que no son difíciles de conseguir pero que hay que conversarlas en la Convención.
¿Cómo cuáles?
Por ejemplo, la iniciativa legislativa del Presidente de la República, tu sabes que el Legislativo es colegislador junto con los parlamentarios, con las cámaras, pero el Presidente tiene iniciativa exclusiva en un gran número de materias. Yo mantendría la iniciativa exclusiva solo en materia de gastos. Ahora, es cierto que muchas asuntos significan gastos pero es indispensable que el Presidente maneje los gastos porque él es responsable de la administración del Estado y del adecuado destino de los recursos públicos para cumplir su programa. Pero hay otras materias que son de iniciativa exclusiva y que el Congreso no puede iniciar como por ejemplo, materias laborales, de negociación colectiva, incluso hasta podría dársele facultad para tener iniciativa en la creación de nuevos servicios públicos eso es importante.
¿Qué más?
Lo otro, incorporar al Senado en los nombramientos porque el Presidente nombra muchas autoridades, algunas con acuerdo del Senado y otras las nombra unilateralmente. Aquí hay habría que incorporar al Senado en algunos nombramientos, no los de confianza exclusiva del Presidente pero sí incluso algunos que son de su confianza como los embajadores, los ministros diplomáticos o representantes en organismos internacionales. En Estados Unidos, que es un sistema presidencial, el original de la Constitución de Filadelfia, el Senado otorga la aprobación incluso para que el Presidente nombre a sus ministros de Estado.
¿De qué otra forma le daría más atribuciones al Congreso?
Le aumentaría también las atribuciones al Congreso en materia de tratados internacionales, las que hoy se reducen solamente a aprobar o rechazar los tratados que le presente el Presidente de la República. Luego también es muy importante una idea que está en el proyecto que se presentó en los últimos días de Bachelet al Congreso y que, además, incipientemente está actualmente en nuestra Constitución que es la creación de un Ministro Coordinador.
¿Y qué atribuciones tendría ese nuevo ministro?
En nuestra Constitución en el artículo 33, en el último inciso, se establece la posibilidad que el Presidente encomiende a uno o más ministros la coordinación pero eso nunca se ha hecho. Pienso en un cargo de ministro coordinador que elija el Presidente con acuerdo del Senado, con atribuciones precisas y para ejercer una función prioritaria dentro del gabinete que incluso podría llamarse Jefe de Gabinete, podría ser un interesante vínculo entre el Congreso y el Presidente para que no se formen estos bloqueos insalvables como ha sucedido últimamente.
Y que no sería un Primer Ministro tampoco…
No, no sería un Primer Ministro. Sería un ministro que nombra el Presidente de la República pero con acuerdo del Senado y que ejerza una labor prioritaria frente a los otros ministros. Que sea como un jefe de gabinete que presida las reuniones de gabinete sin perjuicio de que el Presidente de la República puede presidir el Consejo de Ministros más ampliado.
Hay otra materia también que revisar: los quórum supramayoritarios que tenemos para aprobar algunas leyes. Creo que tenemos que mantener solo la mayoría absoluta para algunas materias, no exigir los 4/7 o quórums elevados que impiden la fluidez y la agilidad en la gestión legislativa.
Habría que mantener un quórum de mayoría absoluta para algunas materias pero nada más. Además, encuentro muy importante incorporar mecanismos participativos de democracia directa o semidirecta, como son los plebiscitos, referéndum, iniciativas de ley. Eso es un gran déficit de nuestro sistema. La mayoría de las constituciones europeas, después de la Segunda Guerra Mundial y las constituciones actuales en América Latina, contemplan estos mecanismos porque en realidad, operan como fusibles en momentos de crisis, descomprimen, que es lo que nos hace falta.
Quienes se oponen a darle más atribuciones al Congreso dan el argumento de la sostenida baja en la aprobación de esta institución. ¿Le juega eso en contra al presidencialismo atenuado?
Ciertamente, hay un desapego de la ciudadanía, existe una crítica, hay desconfianza. Creo que a quien corresponde levantar esos niveles, es a los propios parlamentarios. Tienen que elevar su nivel de deliberación y actuar con mayor posibilidad de diálogo.
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