Pedro Cayuqueo (Ind-PS): “Las repúblicas federales permiten algo muy virtuoso: distribuir poder”
El periodista asegura que el país debe avanzar hacia ese sistema de la mano de un régimen semiparlamentario. Además, sostiene que Chile debe ser un “Estado plurinacional” y que la reforma de escaños reservados se debe aplicar al Congreso Nacional y en las elecciones regionales y comunales.
Decidió no competir dentro de los escaños reservados, sino que hacerlo por la elección regular. El periodista y escritor de origen mapuche, Pedro Cayuqueo, competirá por el distrito 7 de la Región De Valparaíso, en un cupo del Partido Socialista. “Los escaños reservados debieran beneficiar a dirigentes de comunidades a nivel de los distintos territorios indígenas”, dice.
¿Qué falta en la Constitución para que se garantice el reconocimiento a los pueblos originarios?
Si entendemos la Constitución como el principal pacto social que establecen los ciudadanos es indudable que la de 1980 y las anteriores tienen una gran falla de origen, por el no reconocimiento de las primeras naciones. Entonces, debemos avanzar hacia una Constitución que subsane ese error histórico, político y cultural y que reconozca el carácter de pueblos y de naciones de todas aquellas colectividades que son preexistentes al Estado.
¿Ese reconocimiento es la solución a conflictos como el de La Araucanía?
Una nueva Constitución plurinacional, intercultural, que respete a los pueblos originarios, garantice sus derechos, no es la solución a la conflictividad que estalla cada semana en la zona sur, no es una solución mágica. Lo que va a permitir es que tengamos un marco constitucional mucho más favorable para que discusiones relativas a derechos de pueblos originarios puedan ser canalizadas institucionalmente de mejor manera. Lo que tenemos hoy es una camisa fuerza.
¿Qué cambios implicaría la plurinacionalidad?
El concepto de Estado plurinacional existe en muchas partes del mundo, como España. En el caso chileno implica que el Estado reconoce la existencia y los derechos de las naciones indígenas y eso tiene implicancias a nivel de traspaso de competencias de gobierno a los territorios indígenas, de justicia, de administración de recursos, es decir, pasar de un indigenismo paternalista, asistencialista, a un nuevo tipo de relación. Se nos deja de tratar como interdictos o menores de edad y se nos trata como adultos.
¿Se podría, entonces, impulsar una suerte de parlamento en esas zonas?
Sí, la plurinacionalidad es un marco constitucional que permite el ejercicio de los derechos políticos, territoriales, de gobierno de distintas colectividades. Podrían florecer las autonomías indígenas que existen en EE.UU. o Canadá. Se abre un abanico de posibilidades para ir canalizando política y pacíficamente las demandas de los pueblos originarios. Eso ojalá vaya de la mano de cambios en la estructura institucional.
¿Los escaños reservados se deben replicar en otras instituciones?
Absolutamente, el proyecto de ley de escaños reservados es uno de los grandes avances en materia de reconocimiento de derechos indígenas, quizás el principal de los últimos 30 años. Abrió la puerta a la inclusión de los pueblos originarios al sistema político y eso debiera replicarse en la próxima elección al Congreso y también a nivel de elección de autoridades regionales y comunales.
Sobre la discusión del régimen político. ¿Se debe cambiar?
El tipo de Estado centralista es una anomalía en Sudamérica, gran parte son federales y esas repúblicas permiten algo muy virtuoso: distribuir poder. Traspasar poder a territorios, provincias, regiones, departamentos, como se llamen. En la lógica mapuche se entiende el poder como algo que se reparte, no como algo que se concentra.
¿Y sobre el presidencialismo?
Para ser coherente con lo anterior, los Estados federales conviven de mucha mejor manera con un sistema de gobierno parlamentario.
El primer tema que verán es el reglamento. ¿Qué cosas debe tener eso sí o sí?
Uno de los desafíos que vamos a tener es lograr que la convención tenga la mayor legitimidad posible y eso se va a lograr en la medida que se abran espacios reales de participación ciudadana. Tengo la sensación de que va a ser una discusión bastante llevadera, no creo que existan sectores que se opongan a que la constituyente abra espacios de participación. Lo segundo es que tenemos que lograr que algunas sesiones se hagan en regiones, no podemos encerrarnos en un palacio remodelado de Santiago para definir el destino del país.
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