Daniel Matamala: "Intento enfrentar a la élite con sus propias promesas"
El periodista y columnista es, según la Encuesta El Poder de Chile 2018, uno de los más influyentes y poderosos líderes de opinión en el país. Ocupa el segundo lugar, detrás del rector de la UDP, el abogado Carlos Peña, y seguido por el periodista Ascanio Cavallo. En esta entrevista, Matamala plantea cuál es su definición del poder y en qué se diferencia con la influencia que puede alcanzar una persona que manifiesta su opinión para incidir en el debate público y así, en las decisiones de los poderosos.
¿Cómo define el poder y ser influyente?
El poder tiene que ver con la capacidad de imponer la voluntad y en Chile se define por la relación entre lo político y lo económico. Y está otra cosa mucho más líquida: la influencia. ¿Qué es? ¿Puede un columnista tener influencia que signifique poder? Creo que algo de eso hay. Influir en cómo se genera una discusión e incidir en quiénes toman las decisiones, los verdaderos poderosos.
No todos los que opinan llegan a influir.
Hay una diferenciación clave: no es el hecho de opinar ni cómo se opina, sino sobre qué se opina, sobre quién se opina y quién se siente afectado por esa opinión. Los temas que afectan al poder. Eso hace la diferencia.
¿Qué le genera que la misma gente con poder lo considere un periodista poderoso e influyente, como arroja esta encuesta?
No sé las razones de quienes votaron, pero especulo que habrán elegido a personas con la capacidad de influir en el debate público y plantear temas y puntos de vista que generan discusión. Aunque esa influencia es solo una más entre muchas otras.
¿Por qué sus columnas están entre las que generan más resonancia?
Difícil saberlo. Creo que toco temas que generan conversación. Intento enfrentar a la élite con sus propias promesas. Si dicen que Chile es un país capitalista, con libre mercado y libre competencia, donde hay meritocracia, les tomo esa promesa y se las cobro. ¿Queremos libre competencia? Endurezcamos las normas contra colusiones y antimonopolios. ¿Creemos en la meritocracia? Ok, pero eligen a sus gerentes entre sus amigos de colegio, familiares y con quienes veranean. Tengamos meritocracia de verdad. Ese es mi punto y puede resultar provocador y efectivo, pues los obligo a mirarse al espejo y pensar si son realmente eso que dicen ser.
¿Busca la provocación?
Sí, una columna siempre tiene que ser provocadora, pero con fondo, porque solo provocar es fácil. Sin eso, lo más que puedes lograr son comentarios en las redes sociales.
Ha tenido varias peleas en redes, como con Luis Larraín, por ejemplo.
Claro, pero últimamente lo hago poco. Uno tiene que evaluar hasta qué punto esas discusiones son constructivas. En Twitter pasa mucho que más que discutir sobre los temas, se empiezan a dar luchas de egos, y eso no aporta nada. Es pura pérdida de tiempo y da la sensación de que uno es adversario de ciertas personas y eso no es así.
Pero la posición del líder de opinión tiene mucho de ego, ¿no?
Creo que siempre lo hay. Por eso es clave distinguir qué es más importante: mi posición frente a lo que me dijo alguien o el tema que quiero plantear. Es una autocrítica que uno siempre tiene que hacer.
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