Arqueólogos descubren cinabrio en ropas de momias incas encontradas hace 46 años en Iquique
Textiles rojos que vestían las jóvenes sacrificadas en ritual, contiene mineral con alta concentración de mercurio lo que representa un peligro para la salud de quienes estén cerca de ellas.
En 1976, las momias de dos jóvenes incas de 9 y 18 años fueron encontradas en el Cerro Esmeralda, en la ciudad de Iquique. Estaban en posición fetal y se estima que vivieron entre los años 1.399 y 1.475. Habían permanecido más de 600 años enterradas.
Ahora, según un nuevo estudio publicado en la revista Archaeometry y dirigido por el investigador de la Universidad de Tarapacá, Bernardo Arriaza, estas momias pueden resultar peligrosas para quien se acerque a ellas debido a mineral tóxico que poseen.
Lo que ocurre es que las ropas con las que están envueltas, contienen un cinabrio, un mineral tóxico con altas cantidades de mercurio y un poco de azufre, capaz de afectar el sistema nervioso, músculos y el tracto gastrointestinal. Dependiendo de la concentración puede llegar a ser incluso mortal. Lo extraño es que este mineral aún no ha sido químicamente identificado en el norte del país, por lo que sugieren debió ser traído desde Perú.
Por las cerámicas, joyas y otros artefactos que acompañaban a las momias, se cree que ambas murieron a causa de un Capacocha, un tipo de sacrificio que los incas practicaban para conmemorar eventos históricos en la vida del emperador o como respuesta a catástrofes naturales.
Como el cinabrio se utiliza por sus pigmentos, se ha detectado en artefactos y restos humanos de la época del neolítico y también se conoce su uso en medicina tradicional China e India. En las culturas del área Andina se ha ocupado en tumbas, murales, máscaras, ornamentos y sobre metales preciosos. Una mina, al norte de Lima es la principal fuente de este mineral.
¿Por qué estaban en estas momias? Los investigadores no saben con certeza por qué las momias tenían polvo de cinabriol en sus ropas. Es probable que haya sido parte del ritual o que se usara para mantener la tumba a resguardo de los saqueadores.
Arriaza, quien además es director de asuntos internacionales de la U. de Tarapacá, señala que esta investigación es parte de un proyecto Fondecyt para estudiar las condiciones de vida de las antiguas poblaciones y en particular los contaminantes naturales. "En estudios previos ya se señalaban la presencia de pigmentos entre las ropas de estas momias. Al parecer fue agregado como parte del ritual mortuorio y espolvoreado entre sus ropas. Es un elemento poco común y traído desde posiblemente desde zonas muy lejanas. Es parte de bienes de prestigio y de la compleja ritualidad Incaica", dijo el investigador a La Tercera.
Según los nuevos antecedentes de este trabajo, es necesario que tanto en los museos como en los lugares donde se lleven este tipo de colecciones, se tomen precauciones al momento de trabajar con pigmentos rojos brillantes, porque pueden contener mercurio
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.