Quién es el abogado acusado de matar a tiros a su esposa y a su hijo menor
Enfrenta los presuntos cargos de dos asesinatos, robo, defraudar fondos de una empresa familiar, mentir a la policía y fingir un atentado contra él mismo. Este es el caso de un conocido abogado que pasó de resaltar por sus credenciales a hacerlo por sus posibles vínculos con el crimen.
Durante las últimas semanas, la localidad rural de Walterboro en Carolina del Sur se ha convertido en un destino frecuente para muchos habitantes de Estados Unidos.
No porque ahí se esté realizando un festival de música o un encuentro deportivo en el marco del Super Bowl, sino que más bien, porque se está realizando el juicio por un asesinato que ha conmovido a todo el país.
Tanto los curiosos que llegan como los ciudadanos locales esperan en las afueras del tribunal preguntándose cuál será el veredicto del caso, uno que ha involucrado a uno de los abogados más conocidos de la región.
Se trata de Alex Murdaugh (54), un hombre proveniente de una familia conocida por obtener puestos de carácter público y por contar con destacados profesionales entre sus filas desde hace décadas.
¿Los cargos que enfrenta? El presunto asesinato a mano armada en contra de su esposa Maggie (52) y su hijo menor, Paul (22).
A ello se le suman acusaciones de defraudar millones de dólares a la empresa de abogados de su familia (que opera desde 1910), además de robo, mentir a la policía y una supuesta planeación para fingir un atentado contra él mismo, con el objetivo de cobrar un seguro a una compañía.
“Ellos gobernaron esta área durante años y años, y ahora todo está empezando a desmoronarse, al menos eso parece”, dijo a la BBC un sujeto que viajó desde Charleston a Walterboro para estar al tanto del juicio.
El caso del abogado acusado de matar a tiros a su esposa y a su hijo menor
La tragedia ocurrió el 7 de junio de 2021, en una perrera que pertenecía a la familia Murdaugh. Ahí, la policía encontró los cuerpos de la mujer y el joven, ensangrentados tras haber recibido una serie de balas.
Según el relato del acusado, esa noche fue “normal” como cualquier otra. Dijo que cenaron juntos y que más tarde se fue a dormir. Una vez que despertó, vio que Maggie y Paul no estaban, por lo que —sin hacerse mayores preguntas— fue a visitar a su madre, quien sufre de demencia.
Posteriormente, detalló que decidió ir a la perrera, lugar en el que se encontró con los cadáveres y llamó inmediatamente al 911.
Tales declaraciones despiertan sospechas tanto en las autoridades a cargo de la investigación como en los civiles que siguen el caso, ya que desde la policía aseguraron que hay incongruencias en su relato y que los datos de su teléfono no coinciden con lo que Murdaugh afirma.
Asimismo, un video —que aparentemente habría sido registrado por su hijo antes de morir— presenta una voz que parece ser la de su papá.
Tras analizar los registros y el historial de Murdaugh, los peritos sugirieron que podría haber cometido los crímenes para esconder los escándalos financieros que lo rodean, aunque las pruebas aún no son suficientes para condenarlo bajo marcos legales.
Frente a dichos cuestionamientos, el acusado declaró este jueves que “no le disparé a mi esposa o a mi hijo en ningún momento”, además de reconocer que sufre de una adicción a los opioides, según informaciones reunidas por el citado medio.
De la misma manera, dijo que el o los culpables podrían estar relacionados con un trágico episodio que protagonizó Paul en 2019, después de manejar un vehículo acuático en estado de ebriedad y desatar un accidente que acabó con la muerte de un joven.
La planeación de un atentado
Otro de los cargos más controversiales que figuran en la ficha de Murdaugh, es que se presume que anteriormente planeó un atentado contra él mismo.
En 2021, meses antes de los crímenes en contra de su esposa e hijo, llamó a la policía para decir que le habían disparado en la cabeza mientras se encontraba cambiando una rueda en la carretera, afirmación de la que más tarde se retractó para informar que quería que otro de sus descendientes cobrara un seguro.
A partir de ahí, las controversias en torno a él y sus supuestas malas prácticas financieras siguieron aumentando, hasta el punto en que le suspendieron la posibilidad de ejercer como abogado y entró en un programa de rehabilitación por el consumo de opiáceos.
En caso de que se le declare culpable de los asesinatos en contra de Maggie y Paul, el hombre enfrentará una sanción de 30 años de cárcel, sin contar las posibles condenas por los otros cargos.
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