El detalle que provocó la desaparición de Madeleine McCann, según su madre Kate
Kate McCann, madre de la niña británica que continúa perdida desde 2007, está segura de que un objeto fue determinante al momento de que se produjera el secuestro de Madeleine desde el hotel Ocean Club.
Kate McCann, madre de la niña británica que continúa perdida desde 2007, está segura de que un elemento fue determinante al momento de que se produjera el secuestro y desaparición de Madeleine desde el hotel Ocean Club.
Faltan un par de semanas para que se cumplan 16 años de la desaparición de Madeleine McCann, la pequeña de 3 años que se extravió en Praia da Luz, Portugal.
Pese a que en este tiempo se han realizado distintas investigaciones para esclarecer su paradero, aún no ha sido posible determinarlo. Eso ha dado pie a que también hayan aparecido una serie de hipótesis por parte de personas que siguen el caso, incluyendo a Kate McCann, su madre, quien está segura de saber lo que provocó la desaparición de Madeleine.
Cabe recordar que Madeleine se encontraba de vacaciones en esa zona turística junto a sus padres Kate y Gerry, además de sus hermanos mellizos, que por ese entonces eran bebés.
La hipótesis de la madre de Madeleine McCann
La noche del 3 de mayo del 2007, los adultos durmieron a sus hijos en la habitación del hotel Ocean Club en que se alojaban para salir a cenar con amigos a un restorán.
Aunque durante la noche fueron a observar en reiteradas ocasiones que todo estuviera bien, en la última ocasión Madeleine simplemente no estaba en su cama y las ventanas estaban abiertas. Desde ese momento nunca más ha vuelto a ser vista.
Al ver en retrospectiva los hechos, Kate McCann cree estar segura de que un factor desencadenó el extravío de su hija, a quien ha seguido buscando en todos estos años.
Según rescató The New York Post, la madre de Madeleine nunca ha podido olvidar un detalle muy particular que tuvo lugar el día del secuestro. ¿Cuál es? Un libro de reservas.
En su libro Madeleine: Our Daughter’s Disappearance and the Continue Search for Her, Kate se refirió en primera persona a la importancia de ese objeto en esta historia.
Según narró la mujer, como los adultos sabían que los pequeños del grupo iban a estar durmiendo cuando acudieran a cenar a un restorán del mismo hospedaje, pidieron al local que se les diera la mesa en la que habían estado todas las noches, dado que tenía la mejor vista panorámica hacia las habitaciones.
Tiempo después, cuando su hija ya había desaparecido, Kate pudo darse cuenta que la funcionaria que la atendió puso su solicitud en un libro de reservas públicamente abierto y al cual podía tener acceso cualquier persona, fueran trabajadores o clientes.
Quien fuera que abriera el libro sabría ese detalle crucial: los niños estaban solos mientras dormían en las piezas.
Bastaría una mínima distracción de los padres para que un extraño ingresara.
“Para mi horror vi que, sin duda, con toda inocencia y simplemente para explicar por qué estaba rompiendo un poco las reglas, la recepcionista había agregado el motivo de nuestra solicitud: queríamos comer cerca de nuestros apartamentos mientras dejábamos a nuestros niños pequeños solos allí y los revisábamos de forma intermitente”, fueron las palabras que escribió Kate en su libro.
“Ahora lo lamentamos amargamente y lo haremos hasta el final de nuestros días”, destacó la mujer británica.
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