Ronquidos
La apnea del sueño puede causar un deterioro cognitivo precoz, según un estudio

La apnea del sueño puede causar un deterioro cognitivo precoz, según un estudio

Los autores especulan con la posibilidad de que los déficits cognitivos se deban al menos a cinco factores.


Investigadores del Reino Unido, Alemania y Australia han publicado un estudio en Frontiers in Sleep que demuestra por primera vez que, en hombres de mediana edad, la apnea obstructiva del sueño también puede causar un deterioro cognitivo precoz.

Incluso en pacientes que están sanos y no son obesos.

Tal y como recuerdan los investigadores, la apnea obstructiva del sueño es una enfermedad potencialmente peligrosa. Mientras están dormidos, los músculos de la garganta de los pacientes se relajan y bloquean el flujo de aire hacia los pulmones, de modo que dejan de respirar repetidamente.

Los síntomas habituales son: sueño agitado, ronquidos fuertes, somnolencia diurna y dolores de cabeza prolongados por la mañana, lo que resulta muy debilitante para los pacientes y sus parejas.

En la actualidad, la apnea obstructiva del sueño está infradiagnosticada: puede afectar a entre el 15 y el 30 por ciento de los hombres y a entre el 10 y el 15 por ciento de las mujeres, es decir, aproximadamente 1.000 millones de adultos en todo el mundo, de los cuales se calcula que el 80 por ciento no sabe que la padece.

Entre los principales factores de riesgo figuran la edad media o avanzada, la obesidad, el tabaquismo, la obstrucción nasal crónica, la hipertensión arterial y el sexo masculino.

Así, también han demostrado por primera vez que la apnea obstructiva del sueño puede causar déficits significativos en la cognición social.

“En los hombres con apnea obstructiva del sueño se observa un funcionamiento ejecutivo y una memoria visuoespacial más deficientes, así como déficits en la vigilancia, la atención sostenida y el control psicomotor y de los impulsos. La mayoría de estos déficits se habían atribuido anteriormente a comorbilidades”, afirma la neuropsiquiatra que dirige el Centro del Sueño y la Plasticidad Cerebral del King’s College de Londres y autora principal del estudio, Ivana Rosenzweig.

El estudio

Rosenzweig y sus colegas estudiaron a un grupo de 27 hombres de entre 35 y 70 años con un nuevo diagnóstico de apnea obstructiva del sueño de leve a grave pero sin comorbilidades.

Estos pacientes son relativamente raros, ya que la mayoría de los hombres y mujeres con este síndrome presentan comorbilidades como enfermedades cardiovasculares y metabólicas, ictus, diabetes, inflamación sistémica crónica o depresión.

Los hombres no eran fumadores ni alcohólicos y no eran obesos -es decir, tenían un índice de masa corporal (IMC) inferior a 30-. Como control, los investigadores estudiaron a un grupo de siete hombres de edad, IMC y nivel educativo similares, pero sin la apnea obstructiva del sueño.

El diagnóstico se confirmó mediante una prueba llamada “WatchPAT” de su función respiratoria durante el sueño en casa, y también mediante videopolisomnografía en el centro del sueño del King’s College.

Con este último método, se midieron las ondas cerebrales de los sujetos dormidos mediante electroencefalografía (EEG), al tiempo que se seguían sus niveles de oxígeno en sangre, frecuencia cardiaca, respiración y movimientos de ojos y piernas.

Los científicos también evaluaron la función cognitiva de los sujetos con el test “CANTAB” o “Cambridge Neuropsychological Test Automated Battery”.

Deterioro cognitivo prematuro

Los resultados mostraron que los pacientes con apnea obstructiva del sueño grave tenían peor vigilancia, funcionamiento ejecutivo, memoria de reconocimiento visual a corto plazo y reconocimiento social y de emociones que los controles emparejados.

Los pacientes con el síndrome leve obtuvieron mejores resultados en estos ámbitos que los pacientes que presentaban mayor gravedad, pero peores que los controles.

“Los déficits más significativos se demostraron en las pruebas que evalúan tanto la capacidad de emparejamiento visual simultáneo como la memoria de reconocimiento visual a corto plazo para patrones no verbalizables, en las pruebas de funcionamiento ejecutivo y de cambio de conjunto atencional guiado, en la vigilancia y el funcionamiento psicomotor y, por último, en la cognición social y el reconocimiento de emociones”, han escrito los autores.

Los autores concluyen que este síndrome es suficiente para causar estos déficits cognitivos, que estudios anteriores habían atribuido a las comorbilidades más comunes de la apnea obstructiva del sueño, como la hipertensión sistémica, las enfermedades cardiovasculares y metabólicas, y la diabetes de tipo 2.

Mecanismo poco claro

Pero, ¿cuál es el mecanismo por el que dicho síndrome provoca un deterioro cognitivo prematuro? Los autores especulan con la posibilidad de que los déficits cognitivos se deban a un bajo nivel intermitente de oxígeno y un alto nivel de dióxido de carbono en la sangre, a cambios en el flujo sanguíneo al cerebro, a la fragmentación del sueño y a la neuroinflamación en los pacientes.

“Esta compleja interacción aún no se conoce bien, pero es probable que provoque cambios neuroanatómicos y estructurales generalizados en el cerebro y déficits funcionales cognitivos y emocionales asociados”, afirma Rosenzweig. Aún no está claro si las comorbilidades tienen efectos negativos similares sobre la cognición, más allá de los causados directamente por el propio síndrome.

“Nuestro estudio es una prueba de concepto. Sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que las comorbilidades probablemente empeoran y perpetúan cualquier déficit cognitivo causado directamente por la propia AOS”, ha afirmado Rosenzweig.

Lo que queda por aclarar en futuros estudios es si las comorbilidades tienen un efecto aditivo o sinérgico sobre estos últimos déficits, y si hay alguna diferencia en los circuitos cerebrales de los pacientes con apnea obstructiva del sueño con o sin comorbilidades.

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