Pacientes pueden recordar experiencias cercanas a la muerte tras un paro cardíaco, según estudio
La investigación, liderada por expertos de la Universidad de Nueva York, refleja que algunos pacientes que fueron sometidos a reanimación tuvieron indicios de actividad cerebral relacionada al pensamiento y la conciencia.
Una gran interrogante que ha estado dando vueltas desde tiempos inmemorables es qué ocurre en el cerebro después de que el corazón de una persona se ha detenido por completo y la muerte parece estar cada vez más próxima.
¿Es posible soñar? ¿Qué hay de las experiencias cercanas a la muerte que algunos pacientes dicen haber vivido?
Para comprender más a fondo ese fenómeno, un equipo liderado por expertos de la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés) decidió examinar la conciencia de personas que habían sido sometidas a reanimación cardiopulmonar (RCP) por un paro cardíaco.
Algunos de esos supervivientes recordaron haber sentido “experiencias de muerte lúcida”, incluso mientras estaban inconscientes frente a los médicos. Los investigadores identificaron que los pacientes tenían actividad cerebral relacionada al pensamiento y la memoria durante esos momentos. Después de las pruebas, concluyeron que “los procesos cognitivos y de conciencia pueden ocurrir durante el paro cardíaco”.
Los hallazgos del estudio, primero en su tipo, fueron publicados recientemente en la revista científica Resuscitation.
Experiencias cercanas a la muerte
Cada año hay entre 350 y 750.000 casos de paro cardíaco en Estados Unidos, detalla el estudio. Pese a que la relación de la actividad cognitiva y la conciencia con el paro cardíaco ha sido motivo de interés de la comunidad científica, todavía no ha sido comprendido del todo.
Los autores señalan que, según estudios anteriores, entre un 20% y un 50% de los supervivientes ha presentado daños en la memoria, depresión y trastorno de estrés postraumático. Otro 20% que ha informado efectos positivos después de la afección al corazón, como una evaluación de la vida y lucidez con conciencia visual externa.
Para realizar sus análisis, los investigadores colaboraron con 25 hospitales del Reino Unido y Estados Unidos, donde examinaron a 567 pacientes que habían sido sometidos a RCP. De ese total, apenas el 10% logró recuperarse y ser dado de alta.
Se entrevistaron a 28 de los 53 pacientes que habían sobrevivido al paro cardíaco, con el fin de examinar las experiencias cognitivas que habían tenido mientras estaban aparentemente inconscientes. También usaron otros métodos, como pruebas audiovisuales independientes de conciencia y electroencefalogramas.
Luego, los investigadores identificaron que casi el 40% de esos pacientes había tenido recuerdos, sueños y otras experiencias “que sugerían conciencia”. Los indicios de actividad cerebral regresaban a la normalidad, o casi se acercaban a ella, hasta una hora después de haber sido sometidos a la reanimación.
Con la ayuda del electroencefalograma, se pudo determinar que los individuos presentaban elevaciones en las ondas gamma, delta, theta, alfa y beta, las que están vinculadas con una mayor actividad cerebral.
“No hay nada más extremo que un paro cardíaco porque literalmente se tambalean entre la vida y la muerte, están en coma profundo y no nos responden físicamente en absoluto”, explicó Sam Parnia, profesor de la Facultad de Medicina de la NYU y autor principal del estudio, consigna NBC News.
“Lo que podemos demostrar es que hasta el 40% de las personas en realidad tienen la percepción de haber estado conscientes hasta cierto punto”, añadió el especialista.
Algunos pacientes del estudio reportaron haber vivido “experiencias de muerte trascendentes y recordadas”, las que se pueden entender popularmente se llaman experiencias cercanas a la muerte. Según los autores, este fenómeno implica revisiones significativas de la vida, reevaluación moral de los pensamientos, percepciones de la muerte y una realidad diferente.
Entre esas experiencias de “muerte lúcida” que recordaban los supervivientes se incluye haber visto a seres queridos, personas fallecidas que los aconsejaban regresar a la vida o haberse separado de su propio cuerpo.
Con respecto a los sueños y otras experiencias oníricas, algunos individuos sintieron que eran perseguidos por la policía o que quedaban atrapados bajo la lluvia. Otros pacientes experimentaron una reevaluación de la vida, como que un ente externo les mostraba todas las consecuencias de los actos que habían cometido en el pasado o que regresaban a un lugar que se sentía como el hogar.
Según advierte el comunicado del estudio, las “experiencias trascendentes y recordadas” se distinguen completamente de los delirios, ilusiones y sueños inducidos por la reanimación.
En realidad, los autores creen en la teoría de que cuando el cerebro está cerca de morir, puede rechazar los mecanismos inhibidores naturales. Aquello permite abrirse a “nuevas dimensiones de la realidad”, donde se incluye la memoria lúcida de todos los recuerdos que se han almacenado a lo largo de la vida, desde la infancia hasta la adultez.
En ese sentido, Parnia señala que si bien durante años los especialistas han planteado que el cerebro puede tener un deterioro de por vida “unos 10 minutos después de que el corazón deja de suministrarle oxígeno”, este estudio sugiere que “el cerebro puede mostrar signos de recuperación eléctrica durante mucho tiempo después de la RCP en curso”.
Los expertos enfatizan en su artículo que los estudios no han podido evidenciar por completo “la realidad o el significado de las experiencias y afirmaciones de conciencia de los pacientes en relación con la muerte”, pero que tampoco deben ser negadas.
Por esa misma razón, explican que las experiencias cercanas a la muerte deben seguir siendo motivo de investigaciones empíricas. Ahora en adelante, los investigadores planean continuar realizando estudios que permitan explorar a profundidad este fenómeno y los efectos psicológicos que hay después de haber tenido un paro cardíaco.
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